De 1998 a 2022, la mortalidad por diabetes aumentó 26.7% a nivel nacional, lo que significa una pérdida de 1.6 años de esperanza de vida, comentó la académica de la Facultad de Medicina, Marcela Agudelo Botero.

Señaló que es necesario desmitificar que la diabetes tipo II sólo afecta a adultos y adultos mayores, pues las cifras indican que la prevalencia, mortalidad y afectaciones se presentan cada vez más en edades tempranas.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 menciona que la prevalencia de diabetes —tanto diagnosticada como no diagnosticada— es de 18.3%, lo que representa alrededor de 14.6 millones de personas mayores de 20 años que viven con diabetes tipo II.

Por ello, Agudelo Botero consideró que se requieren políticas públicas más firmes de los gobiernos para lograr resultados favorables en la reducción de estos indicadores.

La doctora en Estudios de Población estimó necesario reconocer que los riesgos son multifactoriales: urbanización, envejecimiento de la población, bajos niveles de actividad física, sobrepeso y obesidad, lo que hacen que tengamos estos resultados tan preocupantes.

“Esto también se debe a que no es tan fácil revertir la inercia de alimentaciones que son poco equilibradas, con excesivo consumo de productos azucarados y procesados. También tiene que ver con un cambio cultural de base, pues México es uno de los países con alto consumo de bebidas de cola”, detalló la especialista.

La también investigadora recordó que uno de los objetivos de desarrollo sostenible está encaminado a reducir 30% las muertes prevenibles y la diabetes se puede prevenir y evitar.

Agudelo Botero subrayó que “la diabetes se relaciona de manera directa con enfermedades cardiacas, cerebrovasculares, hígado graso no alcohólico, afectaciones en la apnea del sueño, depresión, algunos tipos de cáncer y, últimamente, se ha encontrado una relación con ciertos tipos de demencia”.

También afecta a órganos y tejidos, entre ellos, los riñones. La académica advirtió que si no se lleva un control adecuado de la enfermedad, en algún momento el paciente requerirá de diálisis y hemodiálisis, que para el sistema de salud representa un costo significativo.

Aseveró que cualquier cambio en nuestros estilos de vida puede impactar de manera significativa en cuanto a salud, productividad, proyectos personales, entre otros ámbitos. Hay que reflexionar sobre lo que estamos haciendo.

Destacó que no sólo las personas que potencialmente tienen el riesgo de la enfermedad deben estar alertas a síntomas, pues al ser un padecimiento silente no se manifiesta de manera rápida y contundente.

La experta mencionó que entre los principales síntomas de la diabetes está presentar manchas tibiales (es decir, oscuras en ciertas zonas de la piel), demasiada sed, orinar con frecuencia, visión borrosa, hormigueo o entumecimiento de manos o pies, sensación de fatiga permanente, heridas que no sanan, hambre frecuente y pérdida de peso no intencional.

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