Gritos, pancartas, acusaciones de narcogobierno y amenazas de desafuero empañaron la entrega del al Poder Legislativo.

El acto protocolario del 1 de septiembre inició de manera pacífica, derivada de un pacto de civilidad que posteriormente fue roto por el grupo parlamentario de Morena.

La secretaria de Gobernación, , entró al salón de plenos en punto de las 17:00 horas. Caminó durante nueve minutos entre congresistas de Morena, PT y PVEM que le pedían fotografías, además de la diputada del PAN, Kenia López Rabadán, que aspira a la presidencia de la Mesa Directiva, y aprovechó un momento para acercarse y saludar de mano a la funcionaria.

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Hasta entonces, la sesión se desarrolló en paz. La entrega del informe duró menos de 10 minutos, y Rodríguez Velásquez no ofreció ningún mensaje, a diferencia del año pasado, cuando la entonces titular de la Segob, Luisa María Alcalde, se tomó más de su tiempo para promover al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Tras la toma de una fotografía oficial, los legisladores guindas gritaron: “¡Es un honor estar con Claudia hoy!”, al tiempo que la secretaria se retiraba del pleno.

Posteriormente comenzó el análisis del informe, lo que abrió paso al debate entre los grupos parlamentarios.

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Los demonios se desataron ahí cuando pasó a tribuna el senador y presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, quien fue interrumpido seis veces por la bancada oficialista.

“Jamás en la historia de este país habíamos visto una estrategia sistemática de persecución política contra los opositores”, declaró. “¡Fuera, fuera!”, le gritaron los guindas.

“El terrorismo de Estado que encabeza el gobierno de Morena constituye la más grave amenaza para la paz, la seguridad y la integridad territorial”, dijo.

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“¡Es un honor estar con Obrador!”, respondieron los morenistas en una segunda interrupción. “Morena no es un partido, ustedes son un cártel que pactó con los criminales”, insistió Moreno.

“¡Rata de dos patas!”, “¡Alito, entiende, el pueblo no te quiere!”, “¡Alito, culero, te vas al desafuero!”, prosiguieron los diputados guindas. Al término de su participación, la senadora del PT Geovanna Bañuelos alertó que Moreno estaba saliendo del pleno: “Esos del PRI no aguantan el debate y prefieren retirarse, no tienen argumentos para el debate y sólo tienen la fuerza de los puños y de la violencia”.

Pero en menos de cinco minutos, el dirigente del PRI volvió acompañado de otros diputados armados con pancartas con las leyendas: “Respeto a los derechos humanos”, “Morena, dictadura terrorista”, “No al narcogobierno de Morena”, así como bocinas con el sonido de patrullas y ambulancias, las cuales fueron reproducidas en plena sesión.

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Tras varios minutos de gritos y descalificaciones entre las bancadas del PRI y Morena se observó a Ricardo Monreal, que se acercó a hablar con el coordinador del PRI, Rubén Moreira, y enseguida pidió el uso de la voz.

“A todos mis compañeros también les pido respeto para intentar retomar el debate”, solicitó.

Moreno Cárdenas se comprometió a permitir que continuara la sesión, pero advirtió que si se presentaba un insulto más reventarían la misma.

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“Hicimos un acuerdo, me interrumpieron seis veces, no hubo respeto al acuerdo, y no podemos permitir que una bola de salvajes quieran reventar y dividir al país. Si nos vuelven a aludir, si nos vuelven a insultar y si nos vuelven a ofender será lamentable que no trascienda la sesión”, dijo.

La sesión concluyó tras casi tres horas de debate y se citó para este martes a las 12:00 horas.

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