Ante el desconocimiento de los perfiles de personas juzgadoras, el electorado en México votará por sus tocayos, por quien esté en su número favorito, basados en el sexo, por el apellido más curioso, por el nombre más largo, o de plano: “de tin marin de do pingue”, advierten especialistas.
“Más del 80% y hasta el 95% estamos en una imposibilidad de hacer una elección con conocimiento de cada uno de los perfiles. En realidad, la mayoría, si no es que todos vamos a hacerlo de manera azarosa”, considera Antonio Zavaleta, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM.
Este 1 de junio, se elegirán 881 cargos entre 3 mil 422 aspirantes en 19 estados del país, aunque la población no está entusiasmada por este proceso, de hecho, gran porcentaje del electorado no conoce qué es un magistrado, qué hace un ministro o un juez de distrito.
“Por lo menos más del 80% de la población va a votar al azar en más de una boleta. Lo cual implica que estaremos eligiendo algo de lo cual podríamos arrepentirnos si no tenemos conocimiento de sus trayectorias. Y es muy difícil conocer sus trayectorias porque los perfiles son muy amplios, otros son más breves, pero estar leyendo cada uno es imposible”, dice el experto.
“Voy a votar por el primero de cada lista”, asegura un joven de 25 años en un sondeo realizado por este medio. “Si no me suena ningún nombre, votaré solo por hombres”, dice otro mientras lamenta que las boletas no tendrán sobrenombres o la edad de los aspirantes.
“No hay ni siquiera fotografías, hay nombres que se repiten y habrá gente que diga: ‘yo quería votar por un Felipe y veo aquí como cinco Felipes, pues voto por los cinco para no equivocarme’. O se aprenden el apellido y al final llegan a la urna y dirán: ‘Hmm, ¿cuál era de todos era?, ¿para qué boleta?’. Y ahí se perderán”, lamenta.
Antonio Zavaleta, profesor de estadística de la comunicación, explicó que en México persiste el machismo, aun cuando en el Poder Ejecutivo y Poder Legislativo se alcanzó la paridad de género en las últimas elecciones, hecho que no podría lograrse bajo las votaciones al azar.
“Tenemos una presidenta de la Suprema Corte, pero no es garantía de un futuro similar a partir de esta votación. Somos un país en donde todavía existen muchos resquicios de machismo”, destacó.
Así, prevé una situación de riesgo para todo el país en términos de paridad, a lo que se le suman candidatos ligados a casos de corrupción o que benefician a empresarios o figuras políticas, mismos que podrían ocupar estos espacios al ser elegidos al azar.
“La izquierda debería de tener una visión más incluyente, de diversidad, de pluralidad, con más espacios para todas, todos y todes. Y en esta elección no se ve así, habrá abstencionismo muy fuerte: Mucha gente por esta complejidad no va a votar y de los que van a votar, pocos lo harán a conciencia”, agregó.
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El experto consideró que las personas utilizarán el azar utilizando criterios semejantes a los de muestreos aleatorios. Por ejemplo, votar por nombres que tengan números pares en las boletas. Lo que se suma a que tampoco está claro la cantidad de magistrados o jueces se votarán en cada distrito.
“No tenemos una claridad de cuántos magistrados tenemos que votar. En mi caso, para las magistraturas del Tribunal del Poder Judicial de la Federación son 38 los candidatos, pero no me dice cuántos tengo que elegir. En el caso de la sala superior del Tribunal del Poder Judicial Electoral, en mi sección son 15 candidaturas, ¿voto por todos o será que tenga que votar solo por algunos?”, cuestionó.
Entre cientos de candidatos y candidatas, se complejiza revisar cada perfil y memorizar sus nombres completos. Además, cada uno está postulado por un Poder diferente y muy pocos cuentan con la aprobación de los tres comités (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
“Habrá quien esté ideológicamente en contra de las resoluciones del Poder Judicial y dirá: ‘Ah, no, este está por Poder Judicial, no lo voto’, o viceversa: ‘ah, no, este está por el Poder Ejecutivo y yo estoy en contra, no lo voto’. Habrá criterios de diferente índole para cada selección”, dijo.
Al explicar que los muestreos probabilísticos tienen una sistematización en donde cada integrante que forma parte de una muestra tiene un número y en las boletas se desconocen las características de cada candidato; aseguró que se aplicará una técnica de muestreo por juicio u opiniones.
La psicoterapeuta Adriana Domínguez abundó en que el electorado vota como si los candidatos fueran espejos: buscan proyectarse y conectar emocionalmente con los aspirantes, a modo de alter ego. Además, intervienen factores como los medios de comunicación, las redes de pertenencia social, ideologías, el ambiente y la experiencia directa.
“Los votantes se rigen sobre todo por las emociones y el cerebro es el campo de batalla en el que se van a librar las decisiones. Sin embargo, estamos frente a unas elecciones utópicas porque hay muy poco tiempo para conocer a los candidatos. Además, muchos van a anular el voto de manera grosera”, dice.
Agregó que las personas votarán a ciegas porque también se desconoce si los candidatos cuentan con el perfil adecuado, si ejercen con honestidad o si están ligados a partidos políticos o grupos criminales.
“No he visto ninguna campaña ni en medios. He visto fotos que dicen vota por mí, pero no dice nada, no dice ni quién es. No tiene sentido votar porque, por ejemplo, imaginemos que el padrón es de 60 millones de votantes pero votan 2 millones, no se puede tomar una mayoría de eso. ¿Eso es democracia, eso es justicia?”, cuestionó la experta.
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