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Tras las muertes violentas de los hermanos Alexander “N” y Gael Antonio “N”, de nueve y 12 años en Culiacán, Sinaloa, expertos y organizaciones de la sociedad civil lamentaron que la violencia contra infancias en México vaya en incremento. Casos como el de Fátima Cecilia en Ciudad de México o el de Camila en Guerrero, ilustran esta problemática, advierten.
Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, dijo que México atraviesa desde hace tiempo una profunda crisis de derechos humanos.
“El Estado mexicano cada vez tiene mayor dificultad para proteger la vida, la integridad y la propiedad de sus habitantes. Una de las expresiones de esto es que tenemos ya 17 años con la guerra contra el crimen o contra las drogas, que sin importar el sexenio, empezó con Felipe Calderón, lo mantuvo Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador lo reforzó y continúa con la administración de Claudia Sheinbaum”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.
Al decir que los niños y niñas representan uno de cada tres habitantes en México, lamentó que todo lo que sucede en el país les impacta directamente, pues de 90 homicidios que se registran todos los días, siete de ellos son de niños, niñas y adolescentes. La mitad de ellos considerados dolosos y la otra mitad culposos, y seis de cada 10 se ejecutan con arma de fuego.
Jesús Villalobos de Utopía A.C, y de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) coincidió en que la violencia contra las infancias se debe al marco nacional y el mal manejo de seguridad pública del país.
Señaló que el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) no funciona, cada vez más pierde prestigio y están completamente desprotegidos pues no tienen presupuesto, orientación política y tampoco peso político.
