Con mucha magia e inspirados en elfos, los hermanos Ángel y Nébula intervienen ropa de paca para crear prendas únicas: sustentables, maximalistas y revolucionarias, pero también accesibles y con personalidad. Así nació Laguna de Elfos, la primera marca mexicana disruptiva con conceptos basados en la estética japonesa y tecnológica.
“El estilo de la marca es cyberpunk élfico porque realmente creemos que ya vivimos en una realidad digital, en una realidad distópica y es algo que nos inspira mucho, pensar en el futuro de la moda y cómo el futuro de la moda puede ser diferente. Porque ahorita la moda y la industria de la moda es algo muy dañino para el planeta”, reflexiona Nébula.
En entrevista, lamentó que la mayoría de las tiendas en centros comerciales son de moda rápida (fast fashion), lo que involucra explotación laboral e infantil y contaminación para el planeta, por lo que utilizar ropa de paca es la definición más cercana a lo punk: “Porque es rebeldía, es rebeldía extrema, cómo no seguir los estándares de ropa de marcas de lujo, que es lo que da estatus. Queremos implantar esta rebeldía en los corazones jóvenes”.

Desde pequeños, disfrutaban ver programas de televisión sobre moda, aunque se dieron cuenta de que esa ropa no estaba a su alcance al ser de clase media baja. Al entrar a la adolescencia, descubrieron la ropa de paca o la “pulga”, en donde un pantalón puede costar hasta cinco pesos… pero el estilo no era suficiente, por lo que comenzaron a pintar y modificar sus prendas.
“Comenzamos a vender esa ropita de paca pintada e intervenida en mi Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Nos fuimos acercando mucho a la intervención textil y a la moda como desde la rama del suprareciclaje, que es el upcycling y ahí surgió Laguna de Elfos, cada prenda es única”, cuenta Nébula, de 26 años.
Sin saberlo, comenzaron a ser emprendedores y diseñadores: aprendieron a coser, agregar accesorios y estilizar la ropa para ganar dinero extra, invertir y comprar más. La creatividad, las manualidades y su amor por la moda los llevó a aprender alambrismo, a modelar, a maquillarse de forma profesional, hacer joyería y administrar una marca desde cero, cuyos precios van desde los 100 pesos.

“Es algo que nos agarra mucho a los jóvenes, de si tengo una licenciatura o no tengo una licenciatura, nos preguntamos: ‘¿qué voy a hacer?, ¿cómo voy a ganar dinero?’ Y decíamos: ‘tenemos que emprender’, y nos preguntamos cómo o desde dónde. Vendíamos joyería y sacábamos unos pesos como para nuestro día a día, pero a raíz de eso dijimos: ‘deberíamos de ya tomar esto en serio”, agrega.
Con el paso de los meses, pasaron de vender en bazares y tianguis escolares a presentarse en pasarelas, acaparar la atención en conciertos, ser invitados a programas de televisión y crecer en redes sociales: ahí, hacen marketing y crean contenido para darse a conocer y conectar con más personas que buscan ser diferentes.
“La vida godín y del día a día no te da esta apertura de expresión, porque al final, el maquillarte, el vestirte de una manera más extravagante significa estar más expuesto. Tiene mucho que ver con la corporalidad, el cómo habitamos nuestra corporalidad y cómo eso es expresividad punk”, dice Nébula.
La moda urbana, inspirada en animes, bandas de punk japonés y en la corriente Harajuku han definido dos años de trayectoria de los hermanos, quienes rechazan la explotación en las maquilas, critican a las grandes marcas de lujo y las pasarelas de la Semana de la Moda en las principales ciudades del mundo.
“Buscamos irrumpir con eso, dar vida a la ropa que es considerada como basura. Lo vamos a intervenir de tal forma que ya no lo sea, que ahora sea una prenda punk, una prenda estéticamente y visualmente extravagante, que rompan paradigmas y así porque al final de cuentas, la característica más imprescindible es la extravagancia en Laguna de Elfos”, afirma.
A eso se le suma su amor por los elfos, los cuales, aseguran, tienen vida propia y los ayudan a cumplir sus más grandes sueños. A ellos también les confeccionan ropa, los pasean y promocionan como la esencia de su microempresa, cuenta Ángel.
A través de su arte, buscan inspirar a personas de todas las edades, romper esquemas y, ¿por qué no? ir en contra del sistema. No tienen miedo de llamar la atención, de ser observados y criticados por personas que no entienden que las nuevas generaciones buscan dejar huella en la moda de forma sustentable.
“Han cuestionado nuestra salud mental, nos han dicho que si a mi mamá le faltó ácido fólico, que si nuestro papá no nos ponía atención, ya estamos acostumbradas porque sabemos que es raro. No importa lo que piensen los demás, (...), solo tú puedes trabajar por tus sueños”, finalizan.