Más Información
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días presentó su Informe Anual de Ayuda Humanitaria 2024, donde reportó que sus más de 50 proyectos sociales impactaron positivamente a casi un millón de personas en gran parte del país, especialmente en aquellos con comunidades rurales o en situación vulnerable como Chiapas, Oaxaca, Guanajuato, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Quintana Roo, Chihuahua, Sonora, Querétaro, Guerrero, Baja California, entre otros.
Ranulfo Cervantes, gerente de Ayuda Humanitaria de la Iglesia, indicó que el propósito de la institución es llevar ayuda a quienes más lo necesitan con el objetivo de fortalecer a las comunidades.
“Tenemos grandes proyectos en puerta para 2025, en los que el impulso de la salud, atención a los discapacitados, seguridad alimentaria, educación para todos y la atención integral de comunidades vulnerables serán pilares y las iniciativas beneficiarán a prácticamente todos los Estados”, dijo.
Lee también Iglesia llama a construir en 2025 un año de esperanza; “México lo necesita y se lo merece”, dice
Por su parte, Lilian Guzmán, gerente de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia, destacó que, a través de la colaboración con diversas asociaciones como APAC, Fundación IMSS, Save the Children, MUCCAM, Federación Mexicana de Diabetes, Fundación CIMA, Banco de Alimentos, Un Kilo de Ayuda y muchas más, este año fue posible apoyar importantes causas como la prevención y tratamiento de cáncer de mama, donación de sangre, mejora de hospitales, prevención de la ceguera en pacientes con diabetes, rehabilitación de niños con parálisis cerebral, ayuda legal y capacitación para desplazados internacionales así como acceso a nutrición digna para infantes y población vulnerable.
En ese sentido, Netza Salinas, director de Asuntos Temporales de la Iglesia en México, mencionó que promover proyectos con causa social y sostenible continuará siendo una prioridad para su comunidad y resaltó que prueba de ello es que los fondos que la institución brinda no provienen de una utilidad, sino que son obtenidos de donaciones voluntarias realizadas por todos los miembros de la Iglesia, cuyo propósito es crear mejores condiciones para las personas que más lo necesitan.
jf/bmc
