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Tijuana, BC.— “Hay que mostrar a los niños que la vida también puede ser feliz”, dijo Ángeles Gómez, directora de Love Does, escuela ubicada en el barrio de migrantes Little Haití, en Tijuana, Baja California, donde niños y niñas que huyen con sus padres de crisis económicas, de la violencia o de haber sido reclutados por bandas delictivas, encuentran refugio.
“Cuando llegan aquí [a Love Does] no comprenden lo que está pasando, pues vienen de contextos violentos y llegan con ideas que no son positivas por todo lo que han vivido a su corta edad. Aquí les damos un hogar, los hacemos sentir protegidos y los ayudamos a que olviden un poco lo que han vivido. Para nosotros es fundamental su felicidad”, explicó la pedagoga.
El 15 de mayo de 2023 el pastor Gustavo Banda Aceves, director del albergue Embajadores de Jesús, abrió las puertas a la organización no gubernamental Love Does para construir el centro educativo, que tiene un plan de enseñanza semestral para alfabetizar a niños y jóvenes que nunca habían estado o quieren retomar el aprendizaje trunco tras ser desplazados.
En Love Does interactúan, en su mayoría menores de edad provenientes de Guerrero, Michoacán, Zacatecas, Jalisco, Chiapas y Tabasco, consideradas como algunas de las entidades más peligrosas del país por el propio gobierno federal.
Además, llegan niños y niñas de Venezuela, Colombia, Haití, El Salvador y otros países de Centroamérica con altos índices de migración.
“Aquí les enseñamos de amor, empatía y solidaridad. Ellos no comprenden lo grave de lo que están pasando como que tal vez nunca podrán volver a casa, entrar a otro país a resguardarse o que probablemente se tengan que quedar aquí por más tiempo. Es muy triste.
“Al estar aquí los ayudamos a que poco a poco ellos mejoren su parte socioemocional, que para nosotros es lo fundamental. Hay actividades de lectoescritura y de alfabetización, hay las actividades académicas de aprendizaje, pero el eje central es la parte emocional”, explicó Ángeles Gómez.
A Love Does llegan, en su mayoría, niños desde los seis años hasta jóvenes de 17. Por la aceptación entre las personas que migran y el progreso emocional y académico que han visto entre sus estudiantes, abrieron hace dos meses un curso para adultos que quieren alfabetizarse.
No trabajan con el plan de estudios de la Secretaría de Educación Pública (SEP), adaptaron su sistema a cursos semestrales pues la población de Little Haití siempre está en movilidad y así todos pueden tener un turno.
“Cuando llegan al albergue de los Embajadores de Jesús llegan llorando. Tienen recuerdos de todo lo que han vivido y cuando se tienen que ir también se van llorando”, narró la profesora Ángeles, quien también vivió desplazamiento forzado de su natal Veracruz debido a amenazas de muerte por extorsión.
“Hay situaciones de vida tristes de familias que se quedan sin su hogar, sin empleo porque fueron extorsionados o les quitaron sus negocios. Hay niños que, a muy corta edad, los reclutó el crimen organizado y se saltaron varias etapas de su infancia por la obligación de cometer delitos para que no los maten. Es un reto muy grande trabajar con ellos, pero es satisfactorio que se vayan felices”.
Love Does sobrevive de donativos de personas solidarias y organizaciones no gubernamentales en defensa de los derechos de los niños y de los migrantes. Actualmente están buscando que la SEP certifique su plan de estudios para que sus alumnos puedan comprobar un nivel académico que les permita integrarse al campo laboral. También buscan apoyo estatal.
La matrícula de alumnos oscila entre 150 a 180 en meses donde hay altos índices de migración y de 60 en los meses con menos afluencia.
“Vienen días complicados. En la última semana [cuando Donald Trump tomó posesión de la presidencia de EU] llegaron muchas familias y sabemos que se viene lo peor, pero estamos preparados y tenemos muy clara cuál es nuestra tarea, porque ahora más que nunca hay que empatizar con esta situación.
“Hay que ser una sociedad más empática. Hay que mirar más allá en situaciones complicadas, brindar apoyo, acompañar porque si lo hacemos así podemos mejorar las vidas de muchas personas que no tienen el privilegio de tener su futuro bien claro”, pidió la maestra Ángeles.