Con gallardía y lealtad, con trajes de gala o de asalto, las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional marcharon por última vez bajo el mando de su presidente y comandante supremo .

Para la historia quedará que también por primera vez junto al presidente saliente la presidenta electa, , presenció, a un lado del titular del Ejecutivo, el desfile cívico militar por el 214 aniversario del inicio de la Independencia.

Sólo faltan 15 días para que concluya el sexenio del presidente López Obrador, quien dijo que tanto el Ejército como la Marina se convirtieron “en dos pilares del Estado mexicano” en su administración, y ayer solados de tierra, de aire y marinos derrocharon disciplina y precisión ante los dos dirigentes.

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La Guardia Nacional, el cuerpo de seguridad pública civil creado por López Obrador hace cinco años, desplegó una participación protagónica en el desfile militar. Foto: Hugo Salvador | El Universal
La Guardia Nacional, el cuerpo de seguridad pública civil creado por López Obrador hace cinco años, desplegó una participación protagónica en el desfile militar. Foto: Hugo Salvador | El Universal

Este año destacó que la vanguardia del contingente, formado por más de 15 mil 688 efectivos, fue encabezada por la Guardia Nacional, el cuerpo de seguridad pública creado por López Obrador hace cinco años y que quedará bajo responsabilidad de la Secretaría de la Defensa Nacional.

La Ciudad de los Palacios literalmente se estremeció con la salva número 21 —que desplegó una estela de humo verde, blanco y roja—, lanzada en honor al Presidente de la República.

Antes, el Mandatario, como marca el protocolo, realizó el izamiento de la Bandera monumental del Zócalo, mientras se realizó un pase de aviones de entrenamiento T6 Texan y PC-7 Pilatus que dejaron una estela tricolor. Una marcha militar llenó el ambiente del primer cuadro. El Mandatario abordó un Humvee descubierto acompañado por “sus dos brazos” con los que gobernó todo el sexenio, el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, y el secretario de Marina, almirante José Rafal Ojeda Durán, para hacer el pase de revista de las tropas desplegadas en la Plaza de la Constitución.

El comandante de la columna del desfile fue el general de división diplomado de Estado Mayor, Enrique Dena Salgado, comandante del cuerpo de Policía Militar, institución determinante para el establecimiento de la Guardia Nacional.

A diferencia de titulares del Poder Ejecutivo de administraciones pasadas, que veían el desfile desde el balcón central de Palacio Nacional, López Obrador y Sheinbaum Pardo lo hicieron desde un presídium a ras del suelo.

No estuvo presente ningún presidente del Poder Legislativo ni Judicial, y ambos estuvieron acompañados por miembros del gabinete legal y ampliado, la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres.

Al rendir honores al Presidente, la salva número 21 ensordeció por un momento a los asistentes y un humo verde, blanco y rojo pintó el primer cuadro de la ciudad.

Las protecciones se abrieron y la multitud corrió al envallado para poder ver el desfile desde el mejor lugar en la plancha del Zócalo, mientras que en las graderías de los alrededores familiares de oficiales y de funcionarios y artistas como Los Aguilar disfrutaron un “lonche” y servicio de cafetería.

Los únicos oradores fueron los altos mandos de Marina y Sedena. El almirante Ojeda recordó al Presidente que éste sería el último desfile bajo su mando y le recordó que bajo su guía hicieron historia juntos.

En tanto, a la presidenta electa Sheinbaum, quien en dos semanas será comandante suprema de las Fuerzas Armadas, el alto mando naval le ofreció “demostración de respeto y subordinación”.

Fue un desfile largo, de casi dos horas con más una hora de discursos, sin una participación nutrida de delegaciones extranjeras.

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Tras el pase de 32 banderas de guerra, 15 mil 688 efectivos, seis asesores extranjeros de los “países amigos”, 143 soldados honorarios (menores), 115 charros y civiles, 753 vehículos terrestres (entre ellos vehículos temáticos del Tren Maya y el AIFA, Bancos del Bienestar y Sembrando Vida), 92 aeronaves, 21 embarcaciones, 449 caballos, 111 canes y 20 aves, entre águilas y halcones, el general Dena Salgado informó que el desfile se llevó a cabo sin novedad.

Tras la demostración de disciplina, gallardía y ejecución, el presidente López Obrador regresó caminando a Palacio Nacional, en medio de un cielo de papelitos tricolores, y notas de “Viva, México”.

De la mano de su esposa y escoltado por sus dos “brazos”, se abrió la Puerta de Honor del histórico inmueble y a lo lejos se escuchaba el grito que siempre lo ha acompañado: “¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador!…”

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