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Para garantizar el cuidado infantil y de personas mayores, con estándares internacionales, a 2035 se requiere una inversión del 4,7% del PIB, lo que debe lograrse de forma gradual en los próximos años, coincidieron expertas durante la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
Además, la sociedad del cuidado debe ser un eje estructurante de todas las agendas globales: la climática, económica, digital, de seguridad y más. Por lo que las políticas de cuidados deben garantizar acciones orientadas a concretar una nueva organización social de los cuidados que permita garantizar el derecho al cuidado y promover la corresponsabilidad social y de género.
Dicho concepto también afirma que es un derecho a cuidar, a recibir cuidado y a ejercer el autocuidado. Avanzar hacia sistemas de cuidado integrales, responsables y con financiamiento sostenido no es solo un imperativo de justicia, sino una condición para la agenda de desarrollo sostenible y también para las democracias.
Como lo consideró Paola Narvaéz Ojeda, representante permanente de Chile ante las Naciones Unidas, al igual que Rhoda Reddock, vicepresidenta del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer en representación del Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC):
“Durante las últimas tres o cuatro décadas hemos experimentado la pérdida de sistemas de cuidados apoyados por el Estado en muchas partes de esta región por cuestiones de políticas multilaterales en donde los cuidados y los sistemas de apoyo social, especialmente dentro del sector del estado, han quitado la prioridad y por lo tanto ha aumentado el número de personas que viven en circunstancias marginadas”, dijo.
Por ejemplo, agregó, países que gastan millones tratando de evitar la migración hacia sus países, donde incluso lo pagan a terceros países para que retengan a los migrantes. “¿Por qué no prestan más atención a algunas de las desigualdades internas de los países que se lo critica por esta posición y atiendan esto con una cuestión de comercio justo considerar los programas que afectan los programas de atención social?”, cuestionó.
Por su parte, Citlalli Hernández, secretaría de las Mujeres y presidenta de la XVI Conferencia Regional que el fin de este sistema es profundizar “el gran sueño de otras mujeres en muchísimos momentos de nuestra historia, de lograr la igualdad sustantiva y de ir construyendo de manera, lo más acelerada posible, una sociedad de cuidados que nos permita construir una sociedad totalmente distinta”.
Al afirmar que hoy es un derecho humano el cuidar, dedicó unas palabras a las que cuidan sin que se les reconozca, “a las que cuidan sin tener mayor expectativa de vida, porque es a ellas a las que más lo necesitan, a las que queremos transformar la vida con esta construcción de cuidados”.
“Reconocer a las mujeres que resisten, a las mujeres afro, indígenas que defienden sus territorios, a las miles de esas perseguidas por alzar la voz, a las presas políticas que también hay en nuestra región, exiliadas, a las invisibles, a las olvidadas, que son quizás las que no pueden estar en estos espacios de discusión, personas que tendrían que estar y seguramente están presentes en nuestros planteamientos, en nuestras discusiones”, mencionó.
José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indicó que el concepto también incluye todas las dimensiones de la autonomía de los individuos, económica, política, física y en la toma de decisiones.
“Y señala la necesidad de responsabilidad social, es decir, la responsabilidad del estado compartida con la las empresas, las comunidades y los hogares y también la corresponsabilidad género, es decir, entre hombres y mujeres”, expresó durante la presentación del documento de posición "La sociedad del cuidado: gobernanza, economía política y diálogo social para una transformación con igualdad de género".
Mientras que María-Noel Baeza, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU-Mujeres recordó que la inversión necesaria en materia de cuidados a nivel regional varía según las características de cada país, pero representa al promedio un 4.7% del producto bruto interno y oscila entre el 2.7 y 11% del producto bruto interno según los países de la región.
“No nos olvidemos que el uso del tiempo de las mujeres representa casi 25% del producto interno bruto. Por ende, los países caen sobre nuestros hombros. Esta inversión que necesitamos no es nada en comparación a lo que brindan las mujeres todos los días en nuestros países. Financiar los cuidados es una inversión estratégica”, aseguró.
La participación laboral se incrementa, dijo, y por lo tanto se incrementan los ingresos fiscales. Por lo que cuestionó la preocupación de ministerios y secretarías de Hacienda: “Estos sistemas se van a volver sostenibles con los impuestos de las trabajadoras y los trabajadores. No es un tema de rentabilidad, es un tema de cohesión social, es un tema de bienestar y por último es un tema de justicia. No es posible continuar con la división sexual del trabajo cargándole todo a la mujer”.
Con la presencia de cientos de mujeres de 36 estados miembros y asociados de la CEPAL, el evento continuó con la participación de foros feministas, académicos y parlamentarios, así como un diálogo entre todas las delegaciones.
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