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A unas semanas de que concluya la gestión de Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), exintegrantes del Consejo Consultivo interno, ONG y especialistas advierten que el Senado podría apoyar a la ombudsperson para cumplir un segundo periodo en el organismo o designar nuevamente a una persona afín al partido hegemónico.
“Tomando en cuenta la manera en que han actuado los senadores, la mayoría de ellos la designaron [a Rosario Piedra] en su primer periodo sin que alcanzara el número de votos requerido constitucionalmente, y la manera en que han procedido, hacen previsible que a pesar de que la ombudsperson, que le ha hecho honor a su apellido, ha sido omisa y sumisa al frente de la comisión, la terminen reeligiendo”, dice Luis de la Barreda Solórzano, expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del entonces Distrito Federal.
“Es una desvergüenza que Piedra Ibarra quiera reelegirse. Terminó con la CNDH y se desempeñó como una apoyadura incondicional del gobierno federal. Es una tristeza en lo que acabó la CNDH, pero es algo que va acorde con lo que está pasando en el país: la demolición de la democracia, la concentración del poder en la Presidencia de la República y la eliminación de los organismos autónomos”, añade.
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El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez insiste en que se debe asegurar que el próximo proceso de nombramiento de la persona titular de la comisión sea adecuado, transparente y participativo, de conformidad con los estándares internacionales establecidos en los Principios de París, y que garantice los principios de idoneidad, independencia y autonomía.
“El tema de la autonomía es fundamental, y a partir de eso hay que valorar el plan de trabajo que se tiene que presentar como parte de la postulación y si este incluye un abordaje a los principales problemas en materia de derechos humanos: la situación de militarización y de violaciones cometidas por las Fuerzas Armadas, la crisis de desapariciones, el contexto de tortura y las cuestiones de derechos de las personas en situación de movilidad humana entre otros”, indica Eduardo Guerrero, abogado del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).
Asegura que a cinco años de que Rosario Piedra Ibarra ocupó el cargo como presidenta de la CNDH, entregará una institución debilitada, incapaz de pronunciarse en temas clave en defensa de los derechos humanos, como la militarización y la reforma al Poder Judicial, por mencionar algunas.
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“Rosario Piedra anunció, desde hace un par de años, la propuesta para convertir a la CNDH en una Defensoría del Pueblo, que tiene aspectos que no abordan en ningún sentido las necesidades fundamentales que habría que reforzar en la comisión. Entonces, más que verse hacia futuro una posibilidad para fortalecer a este organismo, el escenario pinta una continuidad que sería perjudicial para el debilitamiento de la CNDH”, menciona Guerrero.
Argumenta que si el Senado elige nuevamente a Piedra Ibarra como titular de la comisión o a un simpatizante del partido hegemónico, será un reflejo de que al gobierno de la Cuarta Transformación no le interesan los derechos humanos.
“Teniendo el antecedente de que en 2019 Piedra Ibarra llegó con los votos cuestionados de Morena a la CNDH y viendo el escenario en la conformación actual del Senado, esa posibilidad existe. Y el mensaje que quedaría es que no existe un compromiso serio para garantizar que la CNDH sea un órgano autónomo, independiente, que pueda cumplir con su labor, en un contexto en el que se están debilitando a otros organismos autónomos”, considera el abogado.
Adalberto Méndez López, exintegrante del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, expresa que Rosario Piedra Ibarra está en su derecho para ser reelegida, pero sostiene que cuando una persona tiene intenciones de repetir en un cargo, es porque realizó bien su trabajo, “y este no ha sido el caso”.
“No tiene una gestión que pueda celebrarse. Creo que al contrario, ha sido notoriamente señalada por ser una gestión marcada por ser comparsa del oficialismo, con una capacidad técnica bastante cuestionable y disminuida en comparación con el pasado, Creo que a pesar de que está su derecho el reelegirse, la crítica tendría que venir desde la autocrítica”, remarca.