El dolor, la desesperación, la tristeza, el desánimo, la angustia y la incertidumbre sobre el presente y, en especial, sobre el futuro, desaparecen como por arte de magia en el Centro Médico Nacional Siglo XXI al aparecer sorpresivamente los doctores payaso en la entrada principal que dan la bienvenida a enfermos chicos, grandes, no tan grandes y adultos mayores.

Las risas, el buen humor y la alegría invaden de inmediato el Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que por unos minutos se transforma en un hermoso circo con alegres payasos que asisten a interactuar con los enfermos, en especial de cáncer, y muy en particular con los niños, quienes pierden la noción del tiempo y del lugar donde se encuentran. Sus dolores se alejan por un instante, mientras un rayo de esperanza se refleja en sus ojos y en los de sus familiares.

Juegan, platican, realizan actividades artísticas, cantan y en algunas ocasiones relatan cómo han enfrentado con valentía el terrible mal, con la fe de tocar un día muy cercano la campana, que significa salir del hospital libre de cáncer.

Toda esta gran labor es obra de los voluntarios de la asociación Doctor Payaso, Felicidad que Sirve, que de acuerdo con su página, es un programa de voluntariado para hospitales tanto públicos como privados.

En esta ocasión, EL UNIVERSAL platicó y vio interactuar con los pacientes del Siglo XXI a las doctoras Relistita (Rebeca Aguilar), Chicua (Alicia Balderas), Moni Mupet (Mónica Manzano), Roker Tok (Liza Hernández) y la coordinadora del grupo, Ohana (Nat), quienes reciben a los enfermos en la entrada principal con una enorme sonrisa, mucho ánimo y juegos.

“Imagínate ser un niño alejado de la seguridad de tu casa, en un ambiente estéril y atemorizante lleno de olores, sonidos y personas desconocidas. Cada día te dicen que necesitas más intervenciones, tratamientos y estudios”, señalan las doctoras payaso.

Entonces, agregan, “a través de los ojos de las familias se puede ver su preocupación, angustia y estrés (…) ¡De repente! Tu mundo se ilumina de amor, diversión, juego, alegría y risa. ¡Llegaron tus doctores payasos! y por unos momentos no eres un niño enfermo, eres simplemente… un niño feliz, y las salas de espera se convierten en patios de juegos con naves espaciales.

“Terapia intensiva [del área de pediatría de Siglo XXI] se transforma en un casting de talentos artísticos, y las camas del hospital se vuelven submarinos y alfombras mágicas”, comparten.

De acuerdo con la asociación, su labor va mucho más allá de la risa, ya que a través del juego sus visitas atienden las necesidades sicosociales de los niños hospitalizados, quienes tienen poco control sobre su entorno.

La estrategia Doctor Payaso utiliza una metodología especialmente diseñada, la cual pide permiso al niño para entrar en su espacio, improvisa cada juego con base en sus necesidades y hasta se mete en problemas ridículos para que el niño ¡lo rescate! Esto es más que sólo divertir al niño, ya que le devuelve una sensación de control y confianza, empoderándolo para enfrentar su situación, explica en su página.

Así, lo que puede ser una atemorizante y angustiosa visita al médico y a los tratamientos de radioterapia o quimioterapia, a las donaciones de sangre y a otros servicios, incluso al internamiento en el Hospital de Oncología de Siglo XXI, se transforma en un servicio agradable, y los pacientes se relajan y aunque algunos aún no están libres de sus enfermedades salen aliviados del alma.

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