A pesar de que la Secretaría de la Defensa (Sedena) y la Guardia Nacional (GN) suman 3 mil 480 quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, hasta octubre de 2024, el organismo apenas emitió 39 recomendaciones para esas instituciones.

Entre 2020 y 2024, la GN acumuló 2 mil 273 quejas ante el organismo que dirige Rosario Piedra Ibarra, pero hasta 2024 sólo se habían emitido 13 recomendaciones. Lo mismo sucedió con la Sedena que sumó 2 mil 109 recomendaciones, pero sólo le fueron dirigidas 26 recomendaciones.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) señala que las recomendaciones dirigidas a la GN se refieren, en su mayoría, a hechos ocurridos previo a que esta corporación fuera creada, por lo que se refiere a actos cometidos por la entonces Policía Federal.

En su informe CNDH: balance de su debilitamiento institucional durante la gestión 2019-2024, señala que en la emisión de recomendaciones por violaciones graves, principalmente cometidas por agentes castrenses, la CNDH ha concentrado sus esfuerzos para analizar eventos ocurridos en administraciones previas a las del expresidente Andrés Manuel López Obrador, pues de las 132 recomendaciones por violaciones graves desde 2020 hasta el 8 de octubre de 2024,115 son relativas a hechos ocurridos antes del 1 de diciembre de 2018.

“Esto evidencia que la CNDH ha centrado sus esfuerzos en investigar violaciones a derechos humanos cometidas por las Fuerzas Armadas en administraciones gubernamentales anteriores a las del partido hoy en el gobierno, mientras ha desviado la mirada de las problemáticas actuales”, resalta.

Expone el documento que el organismo, creado en 1990, no emitió ninguna recomendación por los asesinatos de alrededor de 25 personas en el marco de un enfrentamiento en La Concordia, Chiapas, en marzo de 2024; la ejecución de Nahomi, de nueve años, quien murió por los disparos de agentes de la GN, en julio del año pasado en San Luis Potosí, ni por el caso de la niña Heidi Mariana, víctima de ejecución extrajudicial por agentes de la Sedena, ocurrida en Tamaulipas en 2022, por mencionar algunos casos.

El activista y ex integrante del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional, Michael Chamberlin, señala que dada la partidización de este organismo no es de asombrarse que se reciban tantas quejas contra elementos de las Fuerzas Armadas y se emitan pocas recomendaciones.

“La Comisión de Rosario Piedra, su presidenta, hace acuerdos además con la Sedena, por lo que tienden a no mirar la gravedad del problema. No se puede esperar mucho. Históricamente, ha sido una constante de la CNDH mirar los casos de manera individual y no de manera contextual. Una cosa que tampoco ha hecho es proponer medidas preventivas o mirar el conjunto de una manera más crítica”, menciona.

Agrega que, a estas alturas, todos los organismos internacionales se han abocado a la problemática de derechos humanos en México abordando los derechos de los niños, de los migrantes, de los desaparecidos, por problemas de tortura y por detenciones arbitrarias.

“El problema de la militarización en el país y la necesidad de desmilitarizar la seguridad es algo que la CNDH en general no mira, mucho menos en esta administración”, dice.

Para el expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del extinto Distrito Federal, Luis de la Barreda Solórzano, en la CNDH existe una demora excesiva para investigar las recomendaciones.

“Existen casos gravísimos de tortura, en los que la Comisión se abstiene de dictar recomendación a pesar de que se dicta sentencia. Una característica del ombudsman debe ser la actuación expedita”, indica.

David Saucedo, analista en temas de seguridad, asegura que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha realizado una labor de blindaje y de respaldo hacia los integrantes de las Fuerzas Armadas, para evitar una erosión en su imagen y siga interviniendo en las tareas de seguridad del país.

Comenta que el gobierno federal, con el apoyo de Rosario Piedra, ha reducido al mínimo la integración de expedientes con las quejas que emiten en contra de la actuación de las corporaciones de seguridad pública federales.

“La Comisión Nacional de los Derechos Humanos se rige con este criterio: blindar a las corporaciones federales de seguridad de denuncias y de golpeteo mediático, retrasando e inhibiendo la presentación de denuncias e incluso no dando seguimiento a muchos casos que son denunciados por los propios ciudadanos. La reelección de Rosario Piedra como titular de la CNDH, fue en ese sentido”, expone.

Asegura Saucedo que el perfil de la presidenta de la Comisión Nacional “es de un absoluto encubrimiento a los abusos de autoridad por parte de elementos del Ejército, de la Marina, de la Guardia Nacional. Y no hay muchas opciones. La única manera de obtener justicia es escalar las denuncias a los organismos internacionales, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su caso, a la ONU, al Tribunal de La Haya. Porque aquí en México la Comisión Nacional no está desempeñando su papel.

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