Integrante de la facultad Complexity Science Hub con sede en Viena, Austria, y asesor del Banco Mundial y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Rafael Prieto-Curiel afirma que en México operan entre 160 y 180 cárteles que reclutan semanalmente a 350 personas para reemplazar aquellos delincuentes que han sido abatidos durante enfrentamientos o detenidos por agentes de seguridad.
Prieto-Curiel, quien en 2023 participó en la investigación junto con Alejandro Hope y Gian Maria Campedelli, Reducir el reclutamiento de los cárteles es la única manera de bajar la violencia en México, está convencido de que inhibir el reclutamiento de los cárteles ayudará a reducir los niveles de violencia que enfrenta el país.
“Si el cártel no recluta, pues se tendría que estar haciendo más chiquito cada vez. Para que eso no suceda significa que el cártel está reclutando y eso sucede en todos los cárteles. A fuerza tienen que reclutar a más miembros cada semana. El cártel recluta más o menos a casi 19 mil personas al año. De esas que están reclutando, más o menos la mitad van a ser arrestados o muertos, mientras que la otra mitad van a seguir formando parte del crimen organizado en algún momento”, menciona en entrevista con EL UNIVERSAL.
El científico creó un modelo matemático para realizar el referido estudio que le permitió conocer que en el país el crimen organizado emplea a unas 185 mil personas, lo que lo convierte en el quinto empleador más fuerte de México y está antecedido por Femsa, Walmart, Manpower y América Móvil.
Comenta que la cantidad de personas que están siendo reclutadas por el cártel está creciendo, al igual que las bandas criminales: “Definitivamente [el reclutamiento] ha aumentado en los últimos seis años porque hay más homicidios, más desapariciones, hay más personas puestas a disposición en los ministerios públicos, porque la población penitenciaria creció”.
Egresado de la carrera Matemáticas Aplicadas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el científico señala que una gran mayoría de los cárteles de la droga en México tienden al reclutar principalmente a jóvenes.
“Hace dos años hicimos el modelo matemático para que a través de ecuaciones y de sistemas dinámicos y de datos, estimar más o menos cuántos miembros tienen los cárteles. Lo que dice nuestro modelo es que el Cártel Jalisco [Nueva Generación] es de los más grandes y recluta muchos miembros, pero hay otros que también tienen que estar reclutando, por ejemplo, el Cártel de Sinaloa, La Nueva Familia Michoacana, La Unión Tepito, el Cártel de Noreste, el Cártel Santa Rosa de Lima y Los Ardillos, que son grandes y que en esa grandeza de tamaño tienen a muchos miembros, por lo tanto también a muchos reclutados”, señala Prieto-Curiel.
El especialista está convencido de que las matemáticas pueden aportar mucho a la discusión de seguridad, al igual que la sicología y la sociología, la economía y la ciencia de la computación y de los datos.
“México necesita un enfoque muy científico para atajar la inseguridad. Se está encarando el problema social más difícil al que se ha enfrentado México, y la única manera de hacerlo es con las mentes más científicas y poderosas que tiene nuestro país”, expone.
¿Cómo es que llegas a la cifra de 185 mil personas que trabajan para los cárteles o que es el quinto empleador más grande del país?
—Yo no sabía de qué tamaño iba a ser el fenómeno que estábamos observando. Me imaginaba grupos más pequeños, menos homogéneos, más antagonistas. Recuerdo mucho el día que llegamos por fin a esos resultados. Estamos hablando de que prácticamente es una ciudad hecha por miembros del crimen organizado, es más del doble de lo que tenemos de capacidad operativa en la Guardia Nacional para combatirlos, es más o menos el tamaño de la población penitenciaria.
Me preocupó, me alertó, cierto, pero también lo puse en perspectiva: son sólo 185 mil miembros del cártel en México. Es decir, en realidad el crimen organizado es una rareza, es 0.4% del país. Somos 99.6% del país los que no somos miembros del crimen organizado. Ponerlo en perspectiva también me hizo ver la esperanza de que esto se puede resolver.
Insiste en que si se reduce el reclutamiento, habrá cárteles menos violentos y disminuirán las muertes en el país.
—Matemáticamente sí, sólo que es un reto porque requiere de mucho presupuesto y disposición por parte de las autoridades. Hasta el momento se desconoce qué parte del reclutamiento es voluntario.
Si hablamos por un segundo, el de los voluntarios, eso significa que alguien les vendió la idea de que ser miembro del cártel produce más estatus o ingreso o beneficio que estar fuera del cártel. Sólo que esa es una mentira. En realidad, lo que te ofrece tal vez es un poco de dinero, más de lo que tendrían por estar afuera, pero también te ofrece un mundo de muchísima violencia. Estimamos que una persona al ser reclutada por el cártel sufre 100 veces más probabilidad de ser víctima de un homicidio.
Comenta que en el caso del reclutamiento forzado, lo ideal es que “el gobierno esté monitoreando permanentemente esas posiciones de trabajo que ofrecen altos salarios. Esos lugares de trabajo donde te dicen: ‘Ven a trabajar aquí y te ganas 50 mil pesos al mes’. No puede ser que se ofrezca un puesto de trabajo y que el gobierno no se entere. Entonces, hay dos estrategias importantes. Una es comunicarle a las personas el riesgo en concreto que están sufriendo cuando se unen al crimen organizado, y dos, para el reclutamiento forzoso, un monitoreo específico de todos los puestos de trabajo que son engañosos”.
Rafael Prieto-Curiel habla también del rancho Izaguirre, en Jalisco, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) reclutó a cientos de jóvenes a través de jugosas ofertas de trabajo y donde recientemente fueron encontrados restos humanos y cientos de prendas y pares de zapatos.
“Para mí fue muy doloroso entender la pesadilla que viven las mamás que están buscando a sus hijos y a sus hijas, y que encuentren ese rancho. Yo creo que es el peor infierno que le puedes hacer pasar a una persona. También me dejó un muy mal sabor de boca la reacción del gobierno federal que rechaza que el rancho fuera un centro de entrenamiento. Ha sido muy decepcionante la reacción del gobierno federal”, subraya.
¿Habrá más ranchos Izaguirre?
—Estoy seguro de que existen ranchos de ese tipo por todos lados y que éste es el que conocemos. Éste es por el que nos escandalizamos hoy. El problema es que ahorita tenemos este que tiene un escándalo muy grande porque son muchas personas, pero en realidad no es un tema aislado lo que estamos viendo, es algo recurrente, sistemático, que tenemos en México, donde el crimen organizado ha estado ya formando las estructuras de poder, reemplazando lo que el gobierno no tiene.