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“La cooperación internacional ante el flagelo de la desaparición es necesaria”, afirmaron madres buscadoras que organizaron una vigilia de oración frente a la Representación de Jalisco en Ciudad de México en memoria de sus compañeras asesinadas por motivos relacionados a su labor.
“No estamos haciendo un llamado al injerencismo, pero sí un llamado a la cooperación internacional. Con 130 mil víctimas de desaparición en nuestro país y con 72 mil cuerpos sin identificar en los servicios forenses, se deja ver que las autoridades locales, que las autoridades nacionales, no han sido capaces de contener la violencia y, que conste, que son cifras oficiales sin tomar en cuenta la cifra negra”, señaló el padre Arturo Carrasco durante la homilía de la ceremonia.
Con playeras que tienen impresas las identidades de sus hijos desaparecidos y sosteniendo claveles blancos, las mujeres hicieron un llamado a la unidad nacional para enfrentar juntas la mortal ola violenta, que inició hace años, pero se intensificó tras el hallazgo del campo de entrenamiento del crimen organizado en el Rancho Izaguirre.

En llanto, colocaron un memorial con pétalos y flores en forma de cruz, para pedir por el descanso y paz de María del Carmen Morales, rastreadora asesinada en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, junto a su hijo, por ser quien dio con el Rancho Izaguirre.
“Entre colectivos contamos con un grupo de monitoreo. Tenemos nuestras propias formas de autocuidado. Sin embargo, la violencia tanto del Estado como del crimen organizado nos rebasa.
“Han entrado por compañeras a su casa y todo esto queda en la impunidad, a pesar de que se haga público, a pesar de que se haga en todas las noticias, no se da un seguimiento. Sigue habiendo impunidad ante todos los casos de las familias que han asesinado”, denunció Jacqueline Palmeros, buscadora de Ciudad de México.
Después de la homilía, buscadoras y buscadores de la capital del país compartieron pensamientos para las fallecidas. También testimonios sobre casos personales de violencia y persecución por su labor de búsqueda.
“Yo no conozco hasta la fecha un caso resuelto de una familia buscadora que haya sido asesinada”, añadió Jacqueline.
Los colectivos revelaron que han tenido acercamiento con el equipo argentino y guatemalteco de antropología forense, más otros actores civiles que podrían ayudar, específicamente, en identificación humana.

Sobre la cooperación internacional, explicaron que “necesitan la buena voluntad, las manos y los corazones de muchas naciones para colaborar en poner un freno a la violencia”.
“No queremos injerensismo de nadie, pero sí necesitamos la colaboración internacional para la búsqueda y localización de las 130 mil víctimas de desaparición que oficialmente están registradas hasta el día de hoy”.

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