.- Salisbury se convirtió en el epicentro de una investigación pública que busca desentrañar la sombría conexión entre la trágica muerte de Dawn Sturgess, una madre británica de tres hijos, en 2018, y el envenenamiento con el letal Novichok del exespía ruso Sergei Skripal.

Sturgess murió en julio de 2018 después de exponerse a una neurotoxina de origen soviético conocida como Novichok. La sustancia, introducida en el país por presuntos agentes de inteligencia rusos, se encontraba en un frasco de perfume desechado que su pareja, Charlie Rowley, había encontrado en un contenedor en Amesbury.

Sin conocer el peligro que corría, Sturgess se aplicó el contenido del frasco en la muñeca, y murió días después. Las autoridades británicas han señalado que el frasco contenía suficiente veneno como para matar a miles de personas.

El abogado principal de la investigación, Andrew O’Connor KC, describió a Sturgess como una “víctima inocente, atrapada en el fuego cruzado de un intento de asesinato ilegal y escandaloso”. La investigación, que comenzó en el Guildhall de Salisbury este lunes, tiene como objetivo desentrañar las circunstancias que llevaron a esta tragedia y si se podría haber evitado, pero también analizará en detalle el ataque al agente Skripal.

El Novichok que mató a Sturgess había sido utilizado en marzo de ese mismo año en un ataque contra Sergei Skripal, un exespía ruso que había vendido secretos a Gran Bretaña y residía en Salisbury tras un intercambio de espías.

Skripal y su hija Yulia fueron encontrados inconscientes en un banco público, después de que el agente tóxico se aplicara en el picaporte de la puerta de su casa. La exposición al veneno afectó también a un oficial de policía que acudió al lugar.

Aunque todos lograron recuperarse, el incidente desencadenó una crisis diplomática, con la expulsión de 23 diplomáticos rusos acusados de espionaje.

Rusia ha negado su participación en el ataque y los agentes acusados por Gran Bretaña han afirmado ser inocentes, señalando que estaban en Salisbury como turistas. Sin embargo, las autoridades británicas sostienen que el envenenamiento fue orquestado por la inteligencia militar rusa (GRU) y que fue autorizado al más alto nivel.

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El rol de Putin

Según el testimonio de Jonathan Allen, un alto funcionario británico, el presidente Vladimir Putin pudo haber autorizado personalmente el ataque, dada la jerarquía requerida para llevar a cabo una operación de este tipo.

“En vista de la antigüedad requerida bajo la ley rusa para aprobar asesinatos… fuera de Rusia, y que este incidente involucraba a un objetivo políticamente sensible (Skripal era ciudadano del Reino Unido y fue atacado en suelo británico), es opinión del gobierno británico que el presidente Putin autorizó la operación”, dijo.

La investigación en curso, encabezada por el juez Anthony Hughes, evaluará si se tomaron medidas adecuadas para proteger a los Skripal y si la muerte de Sturgess pudo haberse prevenido.

Heather Hallett, la forense que dirigió la pesquisa inicial, destacó la necesidad de una investigación pública para abordar todos los aspectos sensibles del caso, incluidas las conexiones de Skripal con la inteligencia británica. Se incluirán pruebas confidenciales de los servicios de seguridad del Gran Bretaña, y se explorará cómo el frasco de perfume contaminado fue dejado en un lugar público, exponiendo a la población al peligro.

Además, la investigación reveló declaraciones de Skripal, quien por razones de seguridad no testificará en persona. En la última semana, Skripal señaló que considera a Putin responsable del ataque: “Creo que Putin toma todas las decisiones importantes él mismo. Por tanto, pienso que al menos dio permiso para el ataque contra Yulia y contra mí”, dijo, según la BBC.

Tensiones diplomáticas

Las repercusiones de este caso se sintieron en todo el mundo. Tras el envenenamiento de los Skripal, más de 100 presuntos espías rusos fueron expulsados de países occidentales, y la red de espionaje rusa en el Gran Bretaña quedó temporalmente desmantelada.

La relación entre Londres y Moscú se ha deteriorado aún más desde entonces, agravada por la invasión rusa de Ucrania.

La embajada rusa en Londres ha desestimado las acusaciones, calificando de “absurdas” las referencias al uso de Novichok. Sin embargo, Andrew O’Connor ha dejado claro que la investigación tomará en cuenta la respuesta rusa, pero seguirá su curso de manera independiente, con el objetivo de llegar al fondo de los hechos y, eventualmente, proporcionar respuestas a la familia de Sturgess y al público británico.

La investigación continuará en las próximas semanas y se espera un informe final para 2025, con la esperanza de esclarecer este complejo y trágico episodio.

Agencias AP y AFP

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