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Ucrania renuncia a su compromiso de destruir el arsenal de casi seis millones de minas antipersona heredadas de la época soviética debido a la invasión de Rusia, a la que acusó de usar estas armas en ciudades, explotaciones agrícolas y estaciones de transporte público.
“Desgraciadamente, el cumplimiento de esta obligación no es posible en el momento actual”, afirmó el martes Yevguenii Kivshik, un representante del Ministerio de Defensa de Ucrania, en una cumbre internacional en Siem Reap, en Camboya.
“La agresión masiva, no provocada e injustificada de la Federación Rusa contra Ucrania ha implicado el ajuste de los planes de destrucción de reservas", expuso Kivshik, quien apuntó que ya habían destruido 2.5 millones de los seis millones de minas heredadas.
El funcionario justificó esta renuncia a los recursos financieros limitados en tiempos de guerra, los bombardeos “constantes” y la “ocupación” rusa de algunos territorios donde se encuentran los arsenales.
En su discurso ante los delegados reunidos en Camboya, Kivshik no hizo referencia a la oferta estadounidense de suministrar a Kiev minas antipersona destinadas, según Washington, a ralentizar el avance de las tropas rusas en el este de Ucrania.
Protestas contra minas antipersona; la mayoría matan a civiles, acusan
En la misma cumbre, otro representante del mismo ministerio, Oleksandr Riabtsev, acusó a Rusia de llevar a cabo “actividades genocidas” mediante el uso de minas antipersona.
Moscú coloca estos explosivos en “ciudades, explotaciones agrícolas, estaciones de transporte público" en regiones donde viven unos seis millones de ucranianos, afirmó.
Siem Reap acoge hasta el viernes la quinta conferencia de la Convención de Ottawa, encargada de examinar cada cinco años la implementación de este texto que impide la adquisición, producción, almacenaje y el uso de minas antipersona.
Un total de 164 países o territorios, incluida Ucrania, han firmado el texto, pero no Estados Unidos o Rusia.
Frente al lugar de la conferencia, más de un centenar de personas se manifestaron para recordar los daños causados por estas municiones que matan mayoritariamente a civiles, a menudo mucho después del fin de los conflictos.
En sus pancartas se podían leer lemas como “No a la transferencia estadounidense de minas antipersona a Ucrania” o “Una mina enviada a Ucrania hoy puede matar a un niño ucraniano mañana”.
La directora de la Campaña Internacional para la Prohibición de Minas Antipersona (ICBL), Tamar Gabelnick, denunció que Kiev muestra “un desprecio flagrante a sus obligaciones” al usar las minas estadounidenses.
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“Estas armas no tienen lugar en la guerra en la actualidad (...) El pueblo ucraniano ya ha sufrido durante suficiente tiempo el horror de estas armas”, dijo.
ss/mcc