Miami.— Donald Trump cumple este lunes una semana como presidente, que para muchos se siente como una eternidad. Sus órdenes ejecutivas, sus amenazas, sus anuncios de retiro de foros internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de acuerdos como el de París, y sus posibles reconsideraciones muestran hasta qué punto está dispuesto a cumplir sus planes de Estados Unidos Primero.
Trump ha mostrado que aprendió del caos de su primera administración, ha mostrado estar mucho más organizado, con objetivos más claros y con leales que llegarán hasta donde diga que haya que llegar.
El nuevo presidente comenzó con la revocación de 78 órdenes ejecutivas y memorandos emitidos por la administración de Joe Biden, muchos de los cuales se relacionaban con iniciativas de diversidad, equidad e inclusión y con el tratamiento de la crisis climática. El sábado dijo en un mitin en Nevada que tomó casi 350 acciones ejecutivas y que fueron para “revertir los horribles fracasos y traiciones” que heredó.
Lee también: Donald Trump desata un repunte de ultraderechas
Seguridad nacional y la frontera
En el ámbito de la seguridad nacional, Trump ha aumentado de manera exponencial el presupuesto para la defensa y la seguridad. Pero sin duda, su prioridad ha sido el tema migratorio: ha ordenado la construcción y mejora de barreras físicas en la frontera sur, así como el despliegue de más agentes de la Patrulla Fronteriza y personal militar de la Guardia Nacional y de las fuerzas armadas para apoyar en la seguridad fronteriza.
También ha aprobado fondos adicionales para mejorar la infraestructura de seguridad crítica, como aeropuertos, puertos y redes de transporte, lo que incluye la implementación de tecnologías avanzadas de vigilancia y control para prevenir amenazas y ataques terroristas. Estas medidas buscan fortalecer la capacidad del país para proteger sus fronteras y garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
Trump implementó medidas enérgicas para detener los cruces fronterizos ilegales y restableció el programa Quédate en México.
Además, canceló la aplicación CBP One, que permitía a los migrantes programar citas para solicitar asilo y ordenó el despliegue de mil 500 tropas adicionales en la frontera con México. Estos soldados se suman a los 2 mil 500 miembros de la Guardia Nacional y las reservas ya presentes en la frontera. Las tropas no realizarán tareas de aplicación de la ley, sino que apoyarán en la seguridad fronteriza y en la construcción de barreras físicas adicionales, pero está preparando una orden para que también los efectivos militares puedan detener a inmigrantes.
Entre las medidas más controvertidas, emitió directrices para acelerar el proceso de deportación de indocumentados, priorizando aquellos con antecedentes penales y órdenes de deportación pendientes, aunque se podrá detener a cualquier sospechoso. Los vuelos de deportación han comenzado a países como México, Colombia, Brasil, Guatemala, lo que ha desatado indignación y la primera crisis, con Colombia, ante el rechazo de este país a recibir los aviones, debido a los malos tratos a que, señala, son sometidos los migrantes. Los dos países se decretaron aranceles de 25%.
Trump restringió la ciudadanía por nacimiento, pero esa medida fue congelada por un juez federal. Canceló la protección a la deportación conocida como parole otorgada por Biden a más de un millón y medio de migrantes de diversas partes del mundo: si las autoridades estadounidenses los detectan y detienen serán inmediatamente deportados.
Se desplegaron nuevas tecnologías en la frontera, como drones, sensores y sistemas de vigilancia avanzada para detectar y prevenir cruces ilegales de manera más efectiva. Se reforzó la colaboración entre las agencias federales de inmigración y las fuerzas del orden locales, permitiendo que estas últimas puedan participar en la identificación y detención de inmigrantes indocumentados. Trump firmó una orden ejecutiva para designar a los cárteles mexicanos del narcotráfico y a grupos criminales como el Tren de Aragua como organizaciones terroristas extranjeras, lo que facilita su expulsión de EU y la toma de sanciones económicas, pero también podría derivar en el aval a acciones militares en contra de los líderes del narcotráfico en territorio mexicano.
Lee también: Donald Trump reactiva suministro militar a Israel; autoriza entrega de 1,800 bombas MK-84, según Axios
Retirada de organismos internacionales
Uno de los primeros movimientos de Trump fue otorgar el indulto a aproximadamente mil 500 personas involucradas en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Entre los beneficiados se encuentran líderes de grupos extremistas como Enrique Tarrio, de los Proud Boys, y Stewart Rhodes, de los Oath Keepers.
La proclamación presidencial describió a los acusados como “patriotas” y “rehenes” tratados injustamente por el sistema judicial.
En política exterior, anunció la retirada de varios acuerdos internacionales que, según él, no benefician al país, lo que incluye acuerdos comerciales, la revisión de alianzas militares y la implementación de nuevas sanciones económicas y restricciones comerciales a México, Canadá, la Unión Europea (UE) y China.
Trump ordenó una revisión de las alianzas militares de Estados Unidos, incluyendo la OTAN, para asegurarse de que los aliados cumplan con sus compromisos de gasto en defensa. También anunció planes para reducir la presencia militar estadounidense en algunas regiones, argumentando que otros países deben asumir una mayor responsabilidad por su propia seguridad. También retiró a EU de la OMS, aunque dijo que podría reconsiderarlo, así como del Acuerdo de París.
Otra de sus primeras acciones fue la revocación de regulaciones sobre emisiones de gases de efecto invernadero de las plantas de energía y otras industrias. Además, ha promovido la producción de energía fósil, incluyendo el carbón, el petróleo y el gas natural. Ha eliminado restricciones y concedido permisos de extracción en tierras federales y áreas protegidas. Redujo los estándares de eficiencia energética para vehículos y electrodomésticos. Los defensores del medio ambiente han criticado estas acciones, advirtiendo sobre posibles consecuencias negativas para el ecosistema y la salud pública.
Política de salud
En cuanto a la política de salud, Trump revocó varias disposiciones de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare) y propuso un nuevo plan de salud que —según él— ofrecerá más opciones y reducirá los costos. Entre las medidas se incluyen la eliminación del mandato individual, la expansión de los planes de seguro a corto plazo y la flexibilidad para los estados en la administración de los fondos federales destinados a Medicaid. Se promovió la expansión de los planes de seguro a corto plazo, que suelen ser más económicos, pero ofrecen una cobertura limitada.
Se introdujeron incentivos fiscales adicionales para fomentar el uso de las cuentas de ahorro para la salud, que permiten a los individuos ahorrar dinero para gastos médicos con ventajas fiscales. Revocó varias regulaciones impuestas a las aseguradoras, permitiéndoles ofrecer mayor variedad de planes y precios.
Una de sus primeras acciones fue firmar una orden ejecutiva que pone fin a los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) dentro del gobierno federal. Además, la administración Trump ha ordenado que todo el personal de DEI en el gobierno federal sea puesto en licencia pagada y eventualmente despedido. También se han eliminado las páginas web y los programas de capacitación relacionados con DEI en las agencias federales.
En el ámbito fiscal, Trump anunció una nueva reforma que busca reducir los impuestos corporativos y personales para estimular el crecimiento económico. Además, se introdujeron incentivos para la inversión en infraestructura, investigación y desarrollo, así como en energías renovables. Aunque la reforma fiscal implica una reducción de los ingresos fiscales a corto plazo, Trump ha propuesto medidas para reducir el déficit fiscal a largo plazo, como la anulación de programas gubernamentales considerados ineficientes y la reducción del gasto público en áreas no prioritarias. Estas medidas generaron un debate intenso entre economistas y políticos. Los partidarios de la reforma argumentan que los recortes fiscales estimularán el crecimiento económico y la creación de empleos, mientras que los críticos advierten que podrían aumentar el déficit fiscal y beneficiar desproporcionadamente a los más ricos.
Lee también: Donald Trump cierra la frontera sur a indocumentados; acusa que hay “invasión”
Economía
Las primeras decisiones de la administración Trump, así como sus declaraciones en eventos internacionales, especialmente en Davos, causaron debates sobre el impacto a largo plazo en la economía global y la competitividad estadounidense.
Uno de los temas más comentados fue el anuncio de un ambicioso programa de infraestructura tecnológica que busca establecer una red masiva de centros de datos con una inversión multimillonaria. Otras acciones, como la presión para bajar los precios del petróleo en la OPEP, o las amenazas de aranceles a diestra y siniestra, han provocado caídas en las bolsas, afianzando la imagen de Trump como “el gran disruptor”.