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El expresidente estadounidense, Donald Trump, planearía restablecer Quédate en México, grandes redadas, campos de detención y deportaciones masivas de migrantes, informa este sábado el medio The New York Times.
El Times informa que asesores de Trump dieron la descripción más amplia y detallada hasta el momento de la agenda de inmigración de Trump en un potencial segundo mandato. La campaña de Trump remitió las preguntas a Stephen Miller, un arquitecto de las políticas de inmigración del primer mandato de Trump que sigue siendo cercano a él y se espera que ocupe un alto cargo en una segunda administración.
Miller dijo que Trump intentaría nuevamente poner fin a DACA.
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El expresidente también usaría la diplomacia coercitiva para inducir a otras naciones a ayudar, incluso haciendo de la cooperación una condición para cualquier otro compromiso bilateral, dijo Miller.
Una segunda administración Trump buscaría restablecer un acuerdo con México para que los solicitantes de asilo permanezcan ahí mientras se procesan sus solicitudes. (No está claro si México estaría de acuerdo; un tribunal mexicano ha dicho que el acuerdo violaba los derechos humanos), indica el Times.
Trump también presionaría para revivir los acuerdos de “terceros países seguros” con varias naciones de América Central y trataría de expandirlos a África, Asia y América del Sur.
"Trump desatará el vasto arsenal de poderes federales para implementar la represión migratoria más espectacular”, dijo Miller, y agregó: “Los activistas legales de inmigración no sabrán lo que está sucediendo".
Trump también ha dicho que invocaría una ley arcaica, la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, para expulsar a presuntos miembros de cárteles de la droga y bandas criminales sin el debido proceso. Esa ley permite la deportación sumaria de personas de países con los que Estados Unidos está en guerra, que han invadido Estados Unidos o que han participado en “incursiones depredadoras”.
Las prohibiciones que planea Trump si regresa
El republicano quiere retomar la prohibición de la entrada de personas de ciertas naciones de mayoría musulmana y la reimposición de una política de la era Covid-19 de rechazar solicitudes de asilo, aunque esta vez basaría esa negativa en afirmaciones de que los migrantes portan otras enfermedades infecciosas como la tuberculosis.
Planea recorrer el país en busca de inmigrantes no autorizados y deportar a millones de personas cada año, de acuerdo con el reporte del Times.
Además, está preparando una enorme expansión de una forma de expulsión que no requiere audiencias de debido proceso. Para ayudar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a llevar a cabo redadas amplias, planea reasignar otros agentes federales y designar oficiales de policía locales y soldados de la Guardia Nacional aportados voluntariamente por los estados gobernados por los republicanos.
Trump quiere construir enormes campos para detener a las personas mientras se procesan sus casos y esperan los vuelos de deportación.
Miller dijo que los nuevos campamentos probablemente se construirían “en terrenos abiertos en Texas, cerca de la frontera”. El uso de estos campamentos, dijo Miller, probablemente se centraría más en adultos solteros porque el gobierno no puede retener a niños indefinidamente bajo una orden judicial de larga data conocida como el acuerdo Flores.
El exmandatario redirigiría dinero del presupuesto militar, como lo hizo en su primer mandato, para gastar en un muro fronterizo más de lo que el Congreso había autorizado.
De acuerdo con el reporte, millones de indocumentados quedarán excluidos del país o desarraigados años o incluso décadas después de establecerse aquí.
El proyecto implicaría desafíos logísticos, financieros y diplomáticos y sería impugnada enérgicamente ante los tribunales. Pero no hay duda de la amplitud y ambición del cambio que Trump está considerando.
El Times agrega que se cancelarían las visas de estudiantes extranjeros que participaran en protestas antiisraelíes o pro palestinas. A las personas a las que se les concedió el estatus de protección temporal porque son de ciertos países considerados inseguros, lo que les permite vivir y trabajar legalmente en EU, se les revocaría ese estatus.
Numerosas personas a las que se les ha permitido vivir temporalmente en el país por razones humanitarias también perderían ese estatus y serían expulsadas, incluidas decenas de miles de afganos que fueron evacuados en medio de la toma de poder de los talibanes en 202, y se les permitió ingresar a Estados Unidos. Los afganos que tuvieran visas especiales otorgadas a personas que ayudaron a las fuerzas estadounidenses serían investigados para ver si realmente lo hicieron.
El republicano también intentaría poner fin a la ciudadanía por nacimiento para los bebés nacidos en Estados Unidos de padres indocumentados.
Trump y sus asesores aún no han dicho si recrearían uno de los elementos disuasorios más polémicos contra la inmigración no autorizada que impulsó como presidente: separar a los niños de sus padres,
Todd Schulte, presidente de FWD.us, un grupo de defensa de la inmigración y la justicia penal, declaró que “los estadounidenses deben entender que estas propuestas políticas son una agenda autoritaria, a menudo ilegal, que destrozaría casi todos los aspectos de la vida estadounidense: hundiendo la economía y violando los derechos civiles básicos de millones de inmigrantes y estadounidenses nativos por igual".
El Times recuerda que Trump había prometido llevar a cabo deportaciones masivas cuando se postuló para el cargo en 2016, pero el gobierno sólo logró varios cientos de millas de deportaciones por año bajo su presidencia, a la par de otras administraciones recientes. Si tienen otra oportunidad, Trump y su equipo están decididos a alcanzar cifras anuales de millones.
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