Miami.— El magnate Elon Musk cuyos negocios lo hicieron famoso, parece que hizo el peor de todos cuando entró al gobierno de Donald Trump. Hoy, enfrenta a una de las etapas más críticas de su carrera. Su imperio, que abarca desde Tesla y SpaceX hasta la plataforma X, enfrenta desafíos interconectados que amenazan tanto su estabilidad financiera como su percepción pública. En tres meses su fortuna cayó de 486 mil millones, en diciembre de 2024, a 330 mil millones de dólares en marzo, una disminución de 156 mil millones de dólares.
Tesla, la joya de la corona en el portafolio de Musk, ha sido el eje de los mayores golpes recientes. Musk ha experimentado una caída significativa en el valor de sus acciones. El lunes pasado los títulos de la compañía cerraron con una disminución de 15.4%, situándose en 222.15 dólares por acción, lo que equivale a más de 51% desde diciembre de 2024, eliminando 800 mil millones de dólares en capitalización de mercado. Una pérdida que representa la mayor parte del declive en la fortuna personal de Musk. Este desplome ha sido impulsado por múltiples factores, empezando por su debilitada posición en mercados clave como China y Europa.
En China, el mayor mercado de vehículos eléctricos del mundo, las ventas de Tesla cayeron 49% en febrero, según datos de la Asociación de Vehículos de Pasajeros de China (CPCA, por sus siglas en inglés). Esto se debe en gran parte a la creciente competencia de fabricantes locales como la marca BYD, que han ganado terreno ofreciendo vehículos eléctricos más asequibles y adaptados a las preferencias culturales y económicas del mercado chino. Bill Russo, exejecutivo de Chrysler y fundador de Automobility, afirmó que “Tesla ya no tiene el monopolio de la tecnología en China; sus competidores están alcanzando o incluso superando su nivel en términos de calidad y precio”.
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En Europa, las matrículas de Tesla se han desplomado un 70% en lo que va del primer trimestre de 2025, según datos de JATO Dynamics. Este colapso refleja tanto el aumento de la competencia de marcas tradicionales como Volkswagen y Renault, como la polarización política que ha afectado la percepción pública de la empresa. Analistas del mercado europeo señalan que Tesla ha perdido su “brillo innovador” frente a otras alternativas locales.
Las implicaciones políticas
En sus primeros años, Musk fue el motor detrás del éxito de Tesla, pero su imagen pública está erosionando la confianza de inversionistas y consumidores. Dan Ives, de Wedbush Securities, señaló que “la percepción de que Musk está distraído con otras empresas o con su participación política está afectando directamente la confianza en Tesla”. La falta de atención percibida, combinada con sus posturas controversiales, ha llevado a inversionistas clave a reconsiderar su compromiso.
El involucramiento de Musk en la administración de Trump, como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha añadido un nivel adicional de complejidad a su situación. Su rol dentro del gobierno ha sido divisivo, molestando a algunos de sus consumidores en mercados internacionales, donde las políticas de Trump son vistas de manera desfavorable. Al interior de EU también se percibe una animadversión contra Tesla desde que Musk esta en DOGE, al grado que vehículos de la marca han sido vandalizados.
Las políticas económicas de Trump, como la eliminación de créditos climáticos que previamente beneficiaban a Tesla, han impactado también y directamente en los ingresos de la empresa. Además, las tensiones comerciales con China y la renegociación de acuerdos comerciales han aumentado los costos operativos de Tesla, reduciendo su competitividad frente a fabricantes locales.
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Trump también elevó la incertidumbre económica con su política arancelaria, aunque ayer descartó que Estados Unidos vaya a entrar en recesión. Estas declaraciones contrastan con las que hizo en una entrevista emitida el domingo por la cadena Fox News, en la que evitó prever si sus medidas económicas —centradas hasta ahora en una oleada de anuncios sobre aranceles— derivarán o no en una recesión, lo que generó nerviosismo en los mercados y provocó la caída bursátil del lunes.
Luego de que Trump anunciara su intención de comprar un Tesla, analistas advirtieron que este gesto podría ser contraproducente. La asociación de la compañía con figuras políticas controvertidas podría molestar más a ciertos segmentos de consumidores. Dan Ives, analista de Wedbush Securities, comentó que “Tesla no puede permitirse el lujo de estar desconectada de las necesidades del mercado mientras competidores más ágiles llenan esos vacíos”.
La eliminación de créditos fiscales para vehículos eléctricos por parte de la administración Trump ha reducido el atractivo financiero de Tesla en EU. Esta medida, combinada con las tensiones comerciales con China, ha aumentado los costos operativos de la empresa. “La asociación de Musk con Trump es un arma de doble filo: aunque le proporciona acceso político, molesta a consumidores progresistas y genera riesgos regulatorios”, afirmó Mark Zandi, economista en jefe de Moody’s Analytics.
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Mientras la competencia externa es feroz, Tesla también enfrenta problemas internos. Los defectos recurrentes en sus vehículos, como fallos en los sistemas de frenado, suspensión y actualizaciones automáticas de software, han alimentado una narrativa negativa sobre la calidad de sus productos. Consumer Reports, una publicación influyente en EU, destacó que “la persistencia de estos problemas de calidad amenaza con erosionar irreparablemente la confianza en la marca Tesla”.
Y han surgido críticas hacia la falta de nuevos lanzamientos competitivos. Anthony Sassine, analista de inversiones de Global X, indicó que “Tesla está demasiado enfocada en el desarrollo de modelos como el Cybertruck, cuando el mercado claramente demanda vehículos eléctricos más asequibles y accesibles”.
X en el ojo del huracán
Actualmente X enfrenta dificultades técnicas, financieras y de prestigio. El lunes sufrió un ciberataque masivo, que dejó a decenas de miles de usuarios sin acceso durante un promedio de siete horas y comprometió información sensible.
Jake Williams, fundador de Rendition Infosec, comentó que “la respuesta de X a este ataque fue insuficiente y mal coordinada, lo que podría acelerar la fuga de usuarios y anunciantes”. Además, el hecho de que Musk haya insinuado que el ataque pudo haber sido obra de un “Estado nación”, específicamente Ucrania, sin ofrecer pruebas concretas ha aumentado el escepticismo.
Pero los problemas internos en X vienen desde la adquisición: Musk ha implementado despidos masivos y políticas controvertidas. Los ingresos publicitarios, que constituyen el núcleo financiero de X, han disminuido 38% desde enero de 2025, según informes internos filtrados a diversos medios.
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Además, la percepción de que Musk utiliza la plataforma para promover agendas personales y políticas ha molestado a anunciantes clave. Evelyn Mitchell, analista de Insider Intelligence, afirma que “la falta de un liderazgo claro y una estrategia sólida podría llevar a X a una espiral descendente irreversible”.
El peligro que enfrentan Musk y sus negocios es significativo y multifacético. Tesla, que representa la mayor parte de su fortuna, “podría perder su posición como líder en el mercado de vehículos eléctricos si no enfrenta eficazmente la competencia global y los problemas internos”, comenta a EL UNIVERSAL el economista Iván Jiménez. X está en una posición financiera y técnica precaria que podría agravarse si no se toman medidas correctivas inmediatas. Además, “la implicación política de Musk añade una capa de volatilidad que afecta tanto la percepción pública como las operaciones comerciales de sus empresas”, dice Jiménez.
“Los próximos meses determinarán si Musk puede recuperar la confianza de los inversores, resolver los problemas estructurales en Tesla y estabilizar X”, advierte el economista. Aunque ha demostrado ser un líder visionario, “los desafíos actuales exigen un enfoque más estratégico, disciplinado y enfocado; ese es el gran reto”, señala Jiménez.