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San Antonio, Texas. SpaceX completó la sexta prueba del Starship, el mayor cohete espacial jamás construido, con éxito, bajo la mirada atenta del consejero delegado de la empresa aeroespacial, Elon Musk y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
El cohete, el más grande construido hasta la fecha, despegó sobre las 16:00 hora local (22:00 GMT), desde Starbase, la base ubicada en Boca Chica, cerca a la frontera con México.
El objetivo de la prueba era "ampliar las capacidades de la nave y los propulsores, y acercarse a la reutilización de todo el sistema en línea".
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El Starship quiere convertirse en el primer servicio privado que llegue a la Luna y Marte y establezca presencias permanentes y colonias en esos planetas, una visión repetida y considerada viable por el magnate.
El también dueño de Tesla se ha convertido en una figura inseparable de Trump, quien lo ha elegido para estar al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés).
Lo fue durante la campaña a la presidencia, convirtiéndose en uno de sus principales donantes, y también tras su victoria en las elecciones del pasado 5 de noviembre frente a la demócrata Kamala Harris.
La compañía espacial privada SpaceX abortó su intento de captura de la primera sección propulsora del megacohete Starship, en los brazos de su torre de lanzamiento, optando en su lugar por un amerizaje en el océano, según imágenes de una transmisión en vivo el martes.
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