Bruselas.— , otrora un aliado incondicional de Estados Unidos, no tiene más la disposición de acompañar a la Unión Americana en sus aventuras extraterritoriales.

Londres, prácticamente a ciegas, acompañó a Washington en su guerra de 20 años contra los talibanes en Afganistán tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2021. Igualmente ocurrió con la ofensiva que llevó a la caída del dictador iraquí, Saddam Hussein, a quien se le acusó de poseer armas de destrucción masiva sin que se le encontrara una sola.

El 10 de Downing Street, en esta ocasión, ha pintado su raya y no pretende hacer mancuerna con la Casa Blanca en su nueva cruzada internacional, que incluye cambiar de nombre al por golfo de América, y declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.

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El gobierno del premier laborista, Keir Starmer, se ha inclinado por apoyar el consenso internacional en lugar del unilateralismo estadounidense.

“El Ministro de Exteriores [del Reino Unido, David Lammy] mantiene contactos regulares con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. No han hablado de la designación por parte de Estados Unidos de los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras”, sostiene Stephen Doughty, ministro de Estado del Reino Unido para Europa y Estados Unidos.

No obstante, precisa el también legislador laborista, “se trata de una decisión de EU. Es poco probable que tenga un impacto significativo en nuestra relación bilateral con México”.

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Con estas líneas, Doughty respondió al cuestionamiento por escrito realizado por el legislador del Partido Conservador Andrew Rosindell, respecto a las implicaciones que tendría para la nación del noroeste de Europa la orden ejecutiva de Trump de equiparar al Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel del Noreste, la Nueva Familia Michoacana, Cártel de Golfo y Cárteles Unidos, con Al-Qaeda, el Estado Islámico, Boko Haram y la organización clandestina indonesia Jemaah Islamiyah.

Richard Andrew Balfe, miembro de la Cámara de los Lores, y Alison Griffiths, integrante de la Cámara de los Comunes, cuestionaron sobre el capricho de Trump de cambiar unilateralmente el nombre al golfo de México y si Reino Unido hará lo propio. La Ministra de Estado para el Indo-Pacífico, Catherine West, respondió que “corresponde a Estados Unidos decidir cómo nombrar los accidentes geográficos de su litoral”.

Jenny Chapman, secretaria de Estado para América Latina, señaló que “para los nombres de accidentes marítimos internacionales fuera de cualquier soberanía, el Comité Permanente de Nombres Geográficos suele aconsejar el nombre común convencional en inglés, que para esta extensión de agua es golfo de México”, detalla.

Sobre Groenlandia, que Trump insiste en anexar a Estados Unidos, Doughty dijo que “Groenlandia forma parte del Reino de Dinamarca”.

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