Vinhedo, Brasil.— Un avión de pasajeros con 61 personas a bordo se estrelló ayer en una comunidad residencial cerrada en el estado brasileño de Sao Paulo y todas las personas que iban a bordo fallecieron, informó la aerolínea VOEPASS en un comunicado.

La compañía había informado anteriormente que 62 personas iban a bordo del vuelo que se estrelló en Vinhedo, a unos 80 kilómetros al noroeste de Sao Paulo, pero más tarde actualizó la cifra a 61. “La compañía lamenta informar que las 61 personas a bordo del vuelo 2283 murieron en el lugar”, dijo VOEPASS.

“En este momento, VOEPASS está dando prioridad a la prestación de asistencia sin restricciones a las familias de las víctimas y colaborando con las autoridades para determinar las causas del accidente”.

En un evento en el sur de Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva pidió a la multitud que se pusiera de pie y observara un minuto de silencio mientras compartía la noticia.

Los bomberos, la policía militar y la defensa civil del estado enviaron equipos al lugar.

El secretario de Seguridad Pública de Sao Paulo, Guilherme Derrite, habló con los periodistas y confirmó que no se encontraron supervivientes. También declaró que se encontró la caja negra del avión, aparentemente intacta.

“Pensé que iba a caer en nuestro patio”, dijo a los periodistas una vecina y testigo que sólo se identificó como Ana Lucía cerca del lugar del accidente. “Fue aterrador, pero gracias a Dios no hubo víctimas entre los vecinos. Sin embargo, parece que las 62 personas que iban dentro del avión fueron las verdaderas víctimas”.

En una de las grabaciones, compartida en X, se ve a la aeronave girando en el aire mientras cae.

Un residente, asustado por el avión en llamas a pocos metros de su casa luego de la caída, pidió a sus vecinos que tengan cuidado, por miedo a una explosión.

“¡Tengan cuidado, va a explotar!”

“¡Tengan cuidado, va a explotar ahí!”, gritó un residente, que hizo la grabación a pocos metros del avión, que ya estaba ardiendo, reportó el medio O Globo.

Nathalie Cicari, que vive junto al lugar de la caída, describió a la TV CNN Brasil que fue “aterrador”. “Estaba almorzando, escuché un ruido muy fuerte y muy cerca de mi casa, pensé que era un dron”, pero “volaba mucho más alto”, explicó sobre los segundos previos al accidente. “Salí al balcón y vi el avión girando en remolino. En segundos me di cuenta de que no era un movimiento normal para un avión. Sólo dio tiempo de agacharme y como hacen en las películas, rezar. Ahí fue cuando escuché el ruido enorme de la caída”, relató. Y luego “el humo negro subiendo”. Cicari no sufrió heridas, pero debió abandonar su casa que fue invadida por el humo.

El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aéreos de la Fuerza Aérea Brasileña dijo en un comunicado que los pilotos no respondieron a las llamadas del control de tráfico aéreo en Sao Paulo, ni pidieron ayuda ni dijeron que estaban operando en condiciones climáticas adversas.

El avión estaba en condiciones regulares de vuelo y no llegó a reportar ninguna emergencia, informaron los responsables de la investigación. En un comunicado separado, la Policía Federal de Brasil dijo que ya había comenzado su investigación. El fabricante de ese avión, la franco-italiana ATR, declaró en un comunicado que había sido informado de que el accidente involucraba al ATR 72-500, y que los especialistas de la compañía están “plenamente comprometidos para apoyar tanto la investigación como al cliente”. El ATR 72 se utiliza en vuelos cortos.

En 2007, un Airbus A320 de la aerolínea TAM falló en su aterrizaje en el aeropuerto Congonhas de Sao Paulo y se estrelló con 187 personas a bordo. El siniestro dejó 199 muertos, incluidas 12 personas que trabajaban en la pista. Agencias


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