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Rusia acusó a Estados Unidos de hacer todo lo posible para “prolongar la guerra” en Ucrania, después del anuncio del suministro por parte de Washington de minas antipersona a Kiev, pese a las advertencias de Moscú.
Además de la entrega de estos dispositivos, Washington autorizó hace pocos días a Kiev usar misiles estadounidenses de largo alcance contra territorio ruso, un giro estratégico importante a pocas semanas de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump.
Estados Unidos quiere “prolongar la guerra en Ucrania y está haciendo todo lo posible para lograrlo”, denunció el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Un alto funcionario estadounidense indicó a AFP que Washington se disponía a suministrar a Ucrania minas antipersona, un arma muy criticada por las oenegés debido al número de víctimas civiles que puede causar, incluso mucho tiempo después de los conflictos.
Según la fuente, las minas que se entregarán a Ucrania serán “no persistentes”, es decir que contarán con un dispositivo de autodestrucción o autodesactivación. Los aliados de Kiev, esperan que estos dispositivos ayuden a frenar el avance de las tropas rusas en el este de Ucrania.
La Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona (ICBL) -premio Nobel de la Paz en 1997- fustigó esta “terrible” decisión de Estados Unidos y urgió a Ucrania a no aceptar este tipo de armamento.
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El anuncio de Washington coincidió con la publicación de un informe del Observatorio de Minas, que constató que el número de víctimas de minas antipersona en el mundo aumentó en 2023. Ucrania ya es el país con más minas, según la ONU.
Enterradas u ocultas en el suelo, las minas antipersona estallan cuando una persona se acerca o entra en contacto con ellas.
El martes Ucrania empleó por primera vez misiles balísticos estadounidenses ATACMS contra Rusia, que prometió responder “en consecuencia”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, no se refirió directamente a esa nueva situación, pero ese mismo día firmó un decreto que amplía las posibilidades en las cuales su país podría recurrir al uso de armas nucleares.
Esas posibilidades incluyen el recurso a armas nucleares contra un país sin ellas, como Ucrania, pero apoyado por una potencia nuclear, como Estados Unidos.
Este cambio “descarta de facto la posibilidad de derrotar a las fuerzas armadas rusas en el campo de batalla”, señaló el miércoles el jefe de la inteligencia exterior rusa, Sergei Narychkin, sugiriendo que Rusia recurriría a la bomba atómica antes que arriesgarse a ser derrotada en una guerra convencional.
Washington, París, Londres y la Unión Europea denunciaron esta actitud “irresponsable”. Ucrania instó a sus aliados a “no ceder al miedo”.
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China, un estrecho aliado político y económico de Rusia, llamó el miércoles a “todas las partes” a mostrar “calma” y “moderación”.
En el terreno, el ejército ruso sigue avanzando. El miércoles reivindicó la conquista de una nueva localidad en el frente este, cerca de Kurajove.
Kiev y la segunda ciudad de Ucrania, Járkov, en el noreste, fueron blanco de ataques con drones y misiles, sin que se reportaran daños significativos o víctimas, anunciaron las fuerzas aéreas.
La embajada estadounidense en Kiev advirtió el miércoles de un “posible ataque aéreo significativo” contra Ucrania, sin dar más detalles.
Del lado ruso, el Ministerio de Defensa indicó que abatió medio centenar de drones ucranianos sobre varias regiones.
Según Kiev y los países occidentales, Rusia cuenta también con el apoyo de hasta 10.000 soldados norcoreanos. Pyongyang suministraría también obuses y misiles a Moscú.
La ofensiva rusa en Ucrania, lanzada en febrero de 2022, rompió los lazos entre Occidente y Moscú, cuyos principales apoyos son ahora Corea del Norte e Irán.
mcc