La misteriosa hospitalización de Kate, princesa de Gales y esposa del príncipe heredero William, acaparaba este jueves la atención de una opinión pública británica pendiente de su dolencia, tras los pocos detalles sobre su cirugía "abdominal".
Su ingreso en un hospital durante unas dos semanas, con su esposo cerca de ella estos días, lo que se une al próximo tratamiento al que se someterá el rey Carlos III, de 75 años, por un problema de próstata, privará en las próximas fechas a la familia real de su primera línea en actos oficiales.
La operación del miércoles de Kate, de 42 años, uno de los personajes más populares de la realeza, que mantendrá ingresada a la princesa entre diez y catorce días, ha hecho preguntarse a la opinión pública sobre su dolencia.
Tras su intervención, la princesa deberá anular todos sus compromisos oficiales durante varias semanas, hasta el final de las fiestas de Pascua, el 31 de enero.
"El hecho de que la princesa de Gales permanezca en el hospital durante gran parte de los próximos quince días indica una operación seria", escribió el jueves el diario The Times.
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Operación exitosa
Varios medios británicos afirmaron el miércoles que no padece cáncer, algo que también piensa The Times, cuando el comunicado tras su intervención aseguró que la operación "fue un éxito".
"Se entiende que su condición no implica cáncer, pero dado el tiempo que se espera que esté en el hospital y su lento regreso a los deberes reales, es poco probable que su cirugía haya sido menor", explicó The Times.
El texto oficial que anunció este miércoles la misteriosa hospitalización de la princesa advertía "que solo habrá actualizaciones sobre el progreso de Su Alteza Real cuando haya nueva información significativa para compartir".
"La cirugía abdominal puede referirse al estómago, el apéndice, los riñones o el intestino, o el sistema reproductivo", añadió The Times.
Por su parte, The Guardian recordaba que el único problema de salud que ha tenido hasta ahora la princesa fue una hiperémesis gravídica en sus tres embarazos, que se manifiesta por la presencia de náuseas y vómitos intensos y persistentes durante la gestación. Debido a ello, Kate tuvo que ser ingresada en su primer embarazo, del príncipe Jorge, en 2012.
Los problemas de salud de dos miembros de la realeza dejan a la monarquía a tres de sus figuras más importantes (Carlos, William y Kate) fuera de acción, por lo que la reina Camila será casi el único miembro de la primera línea real en activo.
Camila, segunda esposa de Carlos, de 76 años, estuvo en Escocia el jueves para un evento público en una galería de arte, mientras acudirá a Swindon, en el centro de Inglaterra, el lunes para visitar un servicio de apoyo a la violencia doméstica.
"Es inaudito, creo, tener a tres de los miembros de la realeza de más alto rango temporalmente fuera de acción, posponiendo compromisos", señaló la corresponsal real de Sky News, Laura Bundock.
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Actos oficiales
William y Kate tenían previsto viajar a Roma en los próximos meses para su primera visita conjunta al extranjero en dos años, según varios medios de comunicación británicos.
El hijo menor de Carlos III, el príncipe Harry, quinto en la línea de sucesión al trono, tras William y sus tres hijos, renunció a sus funciones en 2020 y se mudó a California.
La prensa británica especulaba con que la hermana de Carlos, la princesa Ana, de 73 años, quien recientemente completó una gira por Sri Lanka, estaría dispuesta a reemplazar a su hermano en los eventos programados en las próximas semanas.
Pero el palacio aseguró a The Times que el rey pronto volvería a "leer y firmar papeles" tras su tratamiento de próstata.
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