El acuerdo financiero alcanzado tras arduas negociaciones en la COP29 de Bakú fue “imperfecto” a causa de la inflexibilidad de los países ricos, según el presidente de la conferencia, el azerbaiyano Mujtar Babayev, en declaraciones publicadas este martes.
El polémico acuerdo, alcanzado el pasado domingo, estipula que los países ricos y contaminantes entregarán 300 mil millones de dólares anuales a los países en desarrollo de aquí a 2035 para ayudarlos a reducir sus emisiones y prepararse para los impactos cada vez más peligrosos de un mundo en calentamiento.
Babayev reconoció en un artículo en el diario británico The Guardian que el acuerdo era insuficiente para satisfacer las necesidades de esos países y sugirió que China habría estado dispuesta a aportar más dinero si otros países también lo hubieran hecho.
Los mayores emisores históricos, responsables de gran parte de la riqueza global, habían sido “inamovibles” hasta muy tarde en el proceso de negociación, aseguró.
“Este acuerdo puede ser imperfecto. No deja a todos contentos. Pero representa un avance significativo respecto a los 100 mil millones prometidos en París en 2015”, dijo.
“Es un acuerdo que estuvo a punto de no lograrse”, recordó.
Azerbaiyán, un país exportador de petróleo y gas, recibió fuertes críticas por su manejo de la COP29, especialmente por parte de Francia y Alemania.
Babayev anunció el acuerdo en la madrugada del domingo después de casi dos semanas de negociaciones tensas, que en un momento parecieron estar al borde del colapso.
Tan pronto como se aprobó el acuerdo, India, Bolivia, Nigeria y Malawi, hablando en nombre del grupo de 45 países menos desarrollados, se pronunciaron en contra.
El financiamiento era el tema esencial para las casi 200 naciones reunidas en Bakú.
Los países ricos no cumplieron con la meta anterior a tiempo, lo que erosionó la confianza en el proceso climático de la ONU.
La COP29 estableció un objetivo más amplio de 1.3 billones de dólares anuales para 2035 para ayudar a las naciones en desarrollo a financiar su transición energética y prepararse para los impactos climáticos cada vez peores.
El acuerdo prevé que los 300 mil millones movilizados por las naciones ricas se combinen con fondos del sector privado y de instituciones financieras como el Banco Mundial para alcanzar esta suma mayor.
Sin embargo, Babayev coincidió con las naciones en desarrollo en que “la contribución del mundo industrializado fue demasiado baja y que la participación del sector privado fue demasiado teórica”.
El nuevo texto establece que las naciones desarrolladas “asumirán el liderazgo”, pero implica que otros podrían unirse.
mcc