Bruselas.— Luego de nueve años de recorrido, el proceso para actualizar las relaciones entre México y la Unión Europea (UE) ve la luz al final del túnel, después de que el Colegio de Comisarios de la Comisión Europea diera su visto bueno a la propuesta de texto definitivo que dará forma a la nueva arquitectura del Acuerdo Global.
El texto consolidado, revisado jurídicamente y traducido a las lenguas oficiales de los países miembros, pasará a la fase de ratificación, firma e implementación.
De la parte mexicana, involucra al gobierno federal y al Congreso. Del bando europeo, para que entre en vigor el Acuerdo Global, es decir, los tres rubros que lo integran (diálogo político, cooperación y comercio), es necesario el consentimiento por separado por todos los Estados miembros. La vertiente comercial del acuerdo transitará por rumbo propio y podrá entrar en vigor antes, al requerir sólo el aval del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo, lo que se define como procedimiento exclusivamente comunitario.
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El comisario europeo encargado de la cartera de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, prevé que el proceso concluya este año para que el acuerdo entre en vigor en 2026. “Esta modernización no sólo era necesaria, sino esencial para el crecimiento económico y la resiliencia económica”, dijo Sefcovic en el edificio Berlaymont, sede de la Comisión Europea. “Con ello aseguramos el acceso a minerales críticos, abrimos oportunidades en compras de gobierno y servicios digitales, así como eliminamos prácticamente todas las barreras a exportaciones agrícolas”.
“En el complejo contexto geopolítico actual, Europa necesita alianzas con socios de confianza más que nunca. Estos acuerdos crean estabilidad en un mundo marcado por la incertidumbre. Fortalecen nuestra asociación estratégica y cooperación política”, declaró Kaja Kallas, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores.
El acuerdo con México, descrito por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como un “hito importante para el futuro económico de la UE”, fue anunciado en una conferencia en la que se presentó la propuesta para un Acuerdo de Asociación con el Mercosur. A EL UNIVERSAL, César Guerra, secretario general de la Cámara de Comercio México-UE, plataforma que ofrece asesoría y acompañamiento a proyectos binacionales, dijo estar muy complacido por el paso dado. “Estamos convencidos de que este nuevo instrumento traerá nuevas oportunidades de negocios y proyectos tanto para México como para la UE.
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“Hay que recordar que es un acuerdo que tardó varios años en aterrizar. Las desgravaciones arancelarias se negociaron desde 2018. Es por ello que, aunado a un entorno global marcado por tensiones comerciales, resulta clave que este acuerdo modernizado esté plenamente alineado con las realidades actuales”.
El proceso para poner al día los lazos políticos, económicos y de cooperación arrancó en 2016. Luego de nueve rondas de conversaciones las partes llegaron a un principio de acuerdo en 2018. A partir de ahí, con Morena en el poder, el proceso entró en una espiral de complicaciones, reproches, culpas, desacuerdos y falta de entendimiento.
Primero surgieron demoras por la lista de compras de gobierno a las que tendrán acceso los europeos y después por la inconformidad por parte de México por los cambios sugeridos por la Comisión Europea sobre la arquitectura del acuerdo. Posteriormente, la reforma energética impulsada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador descarriló el proceso al descuadrar lo acordado. El 17 de enero pasado, la Comisión Europea anunció el cierre definitivo del acuerdo tras la conclusión de unas negociaciones que tomaron en consideración los impactos de la reforma energética. Para mantener el equilibrio con el pacto de 2018, México tuvo que renunciar a logros previamente obtenidos en el mercado vacuno, avícola y automotriz, y aceptó una cláusula de revisión que evitará que los exportadores europeos enfrenten en el mercado nacional un trato discriminatorio frente a sus competidores de Canadá y EU.
Una vez que entre en vigor, el nuevo pacto pondrá fin al distanciamiento político, al reanudar el compromiso de cumbres periódicas al más alto nivel, y dotará al espacio económico de nuevas oportunidades. En el ámbito comercial, gran parte de los aranceles existentes en el Acuerdo de 2000 quedarán eliminados, particularmente en el sector agropecuario. En servicios habrá enorme apertura, incluyendo comercio online y servicios de entrega a domicilio, así como sectores altamente protegidos como las telecomunicaciones y el naval.
En el apartado de inversiones, el acuerdo elevará el nivel de protección, introduciendo la posibilidad de imponer sanciones y un panel de solución de controversias.
México abrirá por primera vez sus compras de gobierno a la competencia externa, incluyendo estados como Jalisco, Nuevo León, Veracruz, Guanajuato y CDMX, y entidades como el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el IMSS, ISSSTE, Pemex, Lotería Nacional y algunos rubros de la Sedena y la Marina. Será el primer acuerdo suscrito por la UE con un tercer país que incluirá un capítulo contra la corrupción, y habrá espacio de cooperación para promover medidas contra el lavado, evasión fiscal y fraude. Guerra insiste en que habrá que usar las cláusulas de revisión para analizar temas como el calendario de desgravaciones, a fin de actualizar los beneficios y generar oportunidades a corto plazo.