OTAN: una cumbre sin ambición

Este martes arranca el encuentro marcado por el conflicto en Medio Oriente, la guerra entre Rusia y Ucrania, y el impredecible Trump; expertos creen que si acaba sin pleitos, será ganancia

Policías rodean a manifestantes del grupo Extinction Rebellion, durante una protesta en Abbenes, Países Bajos, en vísperas de la cumbre de la OTAN. Foto: EFE
Policías rodean a manifestantes del grupo Extinction Rebellion, durante una protesta en Abbenes, Países Bajos, en vísperas de la cumbre de la OTAN. Foto: EFE
Mundo| 24-06-25 |04:19| Actualizada |24-06-25 |04:19|

Bruselas.— La cumbre de La Haya que reunirá los días 24 y 25 de junio a los Jefes de Estado de las naciones responsables de la seguridad transatlántica, probablemente pasará a la historia como la reunión ministerial más breve celebrada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte () desde su creación en 1949.

El encuentro en la capital de la justicia internacional igualmente promete ser el de menor contenido, a pesar de la inestabilidad global generada por la guerra de Rusia en Ucrania, el conflicto entre Israel e Irán —pese al cese el fuego adelantado por el presidente estadounidense, — y la creciente tensión en la región del Indo-Pacífico.

Ese es el balance que hacen los expertos consultados por EL UNIVERSAL en la antesala de una cumbre que anticipan “descafeinada”.

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El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ayer durante una conferencia de prensa previa a la cumbre en La Haya. Foto: John THYS / AFP
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ayer durante una conferencia de prensa previa a la cumbre en La Haya. Foto: John THYS / AFP

Coinciden en que el objetivo principal del anfitrión, el astuto político holandés Mark Rutte, secretario general de la OTAN, es mantener a todos contentos y llevar la fiesta en paz. Con ese fin, el tiempo se mantendrá corto y la agenda escueta, coinciden los estudiosos.

De entrada, el denominado communiqué, las conclusiones que acompañarán a la reunión, serán extremadamente breves, de acuerdo con fuentes con acceso al borrador. El comunicado de la cumbre de Washington del año pasado contenía 44 párrafos, mientras que la precedente, Vilna, el consenso quedó plasmado en 90 párrafos.

“Esta cumbre es muy distinta a las previas. Mientras que en los años y décadas precedentes, las cumbres eran motivo de celebración de la unidad transatlántica y de adopción de planes de gran alcance, esta no es muy ambiciosa, más allá del gasto en defensa”, afirma Tim Sweijs, director de Investigación del Centre for Strategic Studies (HCSS) de la Haya.

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Una reflexión similar hace Ian Lesser, experto en Bruselas del German Marshall Fund of the United States, quien precisa que la ministerial será distinta por la personalidad del presidente Donald Trump, su crítica visión de la OTAN y su comportamiento impredecible. Además por el contexto internacional, marcado por la guerra de Rusia en Ucrania, la situación en Medio Oriente, China y la proliferación nuclear.

El platillo fuerte de la cumbre es sellar el compromiso de aumentar el gasto en defensa de 2% del PIB al 5% para todos los socios de la alianza. La fórmula presentada por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y que previamente obtuvo el consenso de los ministros de Defensa de los países miembros, es destinar 3.5% en inversión militar “pura” y 1.5% adicional en infraestructura estratégica.

“Por lo que se ve, será una cumbre muy breve, de manera que puedan declararla un éxito y Trump pueda volver a casa con 5% en su bolsillo”, sostiene Sven Biscop, politólogo del Instituto Real de Relaciones Internacionales Egmont.

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“En la cumbre veremos un juego táctico. Realmente no pienso que los europeos alcanzarán 5%. Es especulación para mantener contento por un tiempo a Trump. Para cuando esto se revise, habrá terminado su mandato”.

Otro tema relevante es el pilar europeo al interior de la OTAN, el que las fuerzas europeas puedan operar de manera sincronizada y autónoma de Estados Unidos, un reclamo reiterado por la administración del presidente Donald Trump, quien quiere que el arsenal estadounidense apunte hacia el Pacífico.

El dossier ha sido foco de debate en la capital de Europa y para avanzar demanda el compromiso político de los gobiernos europeos. Si bien en papel parece un tema sencillo, la emancipación militar de Europa de Estados Unidos tiene implicaciones, debido a que va más allá de abrir la cartera para modernizar unidades obsoletas y adquirir nuevo equipo.

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El problema radica en las profundas divergencias que hay en los enfoques nacionales de defensa. Para ilustrarlo, está el caso de los tanques. En la actualidad, los miembros de la Unión Europea cuentan con 14 sistemas diferentes y la industria nacional se enfoca en la competencia y la modernización de sus modelos, como el alemán Leopard 2 o el francés Leclerc XLR. Esto complica la cooperación, erosiona la suma de esfuerzos, fragmenta las capacidades y disemina recursos. “La idea del pilar europeo en la OTAN, a pesar de estar sobre la mesa del debate en Bruselas, dudo que avance, soy escéptico”, dice Biscop.

“Más allá de estos dos asuntos, las ambiciones para esta cumbre son muy bajas. La atención y el énfasis serán no hacer de Trump un enemigo y asegurar que no hay fracturas en la Alianza. Si lo logran, será considerada una cumbre triunfal, porque realmente hay un riesgo, no sólo por el comportamiento de Trump, sino por su clara agenda de Estados Unidos primero”, insiste Sweijs.

“No tengo una bola mágica, pero lo que veo es una cumbre alineada a lo que los estadounidenses quieren: que sea corta, simple y no muy cara. Rutte está trabajando para no crear tensión y evitar que la cumbre estalle”.

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Entre los temas adicionales que generan expectativa, figura la necesidad de una mayor claridad sobre la presencia de las tropas estadounidenses en Europa, unos 80 mil hombres; la reafirmación del compromiso con el artículo 5 de la OTAN que estipula que el ataque contra un socio constituye una agresión a todos y la confirmación de que se trata de una alianza nuclear.

La cuestión china podría aparecer apegándose al lenguaje habitual, es decir, como una preocupación por la carrera armamentista y las maniobras bélicas en el estrecho de Taiwán.

No faltarán los elogios a Trump por haber logrado el cese el fuego en el conflicto israelo-iraní, un “triunfo” que seguramente significará que el mandatario estadounidense llegará más envalentonado a la reunión que nunca.

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¿Fractura o cohesión?

 Los estudiosos coinciden en que con Trump en la lista de invitados, ningún escenario puede descartarse. Mientras el avión presidencial Air Force One esté aparcado en el aeropuerto internacional de Ámsterdam, Schiphol, existe el riesgo de que la cumbre trascienda como un foro de fractura en vez de unidad.

“No importa el lugar, invitar a Trump implica el riesgo de un incidente como el ocurrido en el G7 [que el mandatario estadounidense abandonó de manera anticipada por el conflicto Israel-Irán]. Por eso hay gran nerviosismo, por eso quieren que la cumbre sea breve. En principio, la principal decisión ya se adoptó, pero con Trump nunca se sabe”, indica Biscop.

“La cohesión en la Alianza y la capacidad de trabajar todos los temas por adelantado, hacía que la polémica fuera algo raro en las cumbres. No es más así, porque el estilo del presidente [Trump] no es ser predecible, sino impredecible”, sostiene Lesser.

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Así que siempre existirá la posibilidad de que algo salga mal: un desacuerdo con el presidente, que se marche antes de tiempo o que se niegue a firma en el comunicado final. “En Europa muchos piensan que si la cumbre termina sin desacuerdos, grandes controversias, blow-ups, será vista como exitosa”, reitera Lesser.

Piden que cada aliado cargue con su parte

La Haya.— El jefe de la alianza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) advirtió ayer que ningún país podría optar por no participar en un aumento masivo del gasto en defensa, y que el progreso que hagan hacia el nuevo objetivo será revisado en cuatro años.

En una cumbre programada para este martes y miércoles en La Haya, Países Bajos, se espera que los líderes del bloque de la OTAN respalden el objetivo de gastar 5% de su Producto Interno Bruto (PIB) en seguridad, para cumplir con los planes de defensa ante ataques externos.

“La OTAN no tiene opción de exclusión, y la OTAN no hace acuerdos paralelos”, dijo a los periodistas el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en La Haya. “Es crítico que cada aliado cargue con su parte justa del peso”.

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El acuerdo buscado en esta cumbre “introduce un nuevo piso, de 5% de cada PIB, a ser invertido en defensa. Es un ambicioso, histórico y fundamental salto hacia adelante”, subrayó Rutte en una conferencia de prensa.

Sin embargo, España dijo que llegó a un acuerdo con la OTAN para ser excluida del objetivo del gasto de 5%, mientras que el presidente Donald Trump dijo que la cifra no debería aplicarse a Estados Unidos, sólo a sus aliados.

El viernes, Trump insistió en que Estados Unidos ha sostenido a sus aliados durante años y ahora ellos deben dar un paso adelante. “No creo que debamos, pero creo que ellos sí deberían”, expresó. “La OTAN tendrá que lidiar con España”.

Según Rutte, España deberá invertir “en conjunto” 3.5% del PIB en capacidades militares puras. “Cada país informará periódicamente sobre lo que está haciendo en términos de gasto y de alcanzar los objetivos. Y de todas formas, habrá una revisión en 2029”, detalló el secretario general de la OTAN.

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Reino Unido se comprometió ayer a destinar 5% de su PIB en gastos de seguridad para 2035, anunció el primer ministro Keir Starmer. “Esta es una oportunidad para profundizar nuestro compromiso con la OTAN y fomentar aún más la inversión en la seguridad y la resiliencia de la nación”, declaró el líder laborista. El gobierno británico dijo que espera que los 32 aliados de la OTAN acuerden gastar al menos 3.5% del PIB en necesidades militares fundamentales para 2035, y 1.5% en elementos relacionados con la seguridad más amplios, como ciberseguridad e infraestructura.

Alemania prevé un aumento continuo de su esfuerzo en defensa hasta alcanzar 3.5% del PIB en 2029, indicaron fuentes gubernamentales. El gasto militar representará 2.4% del PIB este año, frente al 2% actual, antes de subir a 3.5% en 2029.

Rutte, exprimer ministro neerlandés, no eludió el tema del conflicto entre Irán e Israel y el bombardeo, por parte de Estados Unidos, de tres instalaciones nucleares iraníes.

“Cuando se trata de la posición de la OTAN sobre el programa nuclear de Irán, los aliados han estado de acuerdo desde hace tiempo en que Irán no debe desarrollar un arma nuclear”, dijo. Tras considerar que EU no violó el derecho internacional con su ataque, habló de Ucrania, y aseveró que el tema será clave en la cumbre, aunque el presidente Volodimir Zelensky no estará presente. Agencias

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