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San José.- El factor sorpresa, una de las viejas y predilectas tácticas de las operaciones del narcotráfico internacional, volvió a emerger en la persistente penetración del fentanilo en América Latina y el Caribe, al descubrirse este miércoles en Honduras un cargamento de 48 mil 600 ampollas de la poderosa y mortal droga que llegó en un barco que zarpó de Reino Unido, hizo escala… en Colombia y con capacidad de inundar a Centroamérica con el opiode sintético.
La nueva ruta usada para el transporte del narcótico a los masivos mercados de consumo en Estados Unidos y a los emergentes en América Latina y el Caribe, confirmaría que las mafias decidieron buscar opciones y cambiar las vías marítimas tradicionales: por el océano Pacífico, de China e India a México y Guatemala, y, por el Atlántico, de Turquía y Países Bajos a Guatemala.
El hallazgo del fentanilo se registró en un contenedor en un barco que atracó en Puerto Cortés, en el norte de Honduras y sobre el mar Caribe, en un hecho que lanzó la atención sobre Reino Unido.
“Se están abriendo las puertas del infierno para lo que es el continente americano. Con la llegada del fentanilo, ¡que Dios nos proteja y nos cuide!”, advirtió el abogado costarricense Gustavo Mata, exministro de Seguridad Pública de Costa Rica y exjerarca de la policía judicial de este país.
“Los cárteles han visualizado que, ya no sólo Estados Unidos, principalmente, que ha estado sufriendo por esta droga desde hace varios años, sino que Centroamérica y Suramérica también son sus potenciales clientes. Una muestra es esta gran cantidad de droga que se decomisó en Honduras”, dijo Mata a EL UNIVERSAL.
La incautación “da un aviso importante de que somos vistos como un gran mercado por estas organizaciones criminales. Esta cantidad de droga perfectamente abastece lo que es Centroamérica y parte de Suramérica, por la sencilla razón de que la zona todavía no está tan contaminada (por el fentanilo)”, subrayó.
Al explicar que “lo que (los cárteles) quieren es, lógicamente, empezar ya a abrir mercados trayendo estas grandes cantidades de drogas”, señaló que “va a haber más gente que va tratar de buscarla, principalmente muy joven que la ve muy atractiva y de mayor impacto”.
“Si el continente americano fue visualizado este año como de alto impacto de la criminalidad, la entrada del fentanilo a las diferentes regiones y países americanos nos va a poner en una posición peor para el futuro”, destacó.
Tras precisar que “los cárteles ya están haciendo expansión del mercado y nos están viendo como sucursales de venta y fabricantes en la región”, advirtió las mafias acumularon abundante experiencia de que sufren pérdidas al traficar cocaína o marihuana en comparación con fentanilo.
“No es lo mismo transportar mil kilos de cocaína o de marihuana que los 493 kilos de fentanilo que se decomisaron en Honduras. Eso es más pequeño y se puede trasladar perfectamente”, recalcó.
El ministro de Seguridad Pública de Honduras, Gustavo Sánchez, informó este miércoles en su cuenta de X (antes Twitter) que el conteo del decomiso llegó a 493 kilogramos de fentanilo que equivalen a 493 mil dosis y “suficiente para inundar” Centroamérica.
Honduras “necesita apenas 115 gramos para fines médicos”, agregó, sin precisar el periodo que se cubriría en ese país centroamericano con esa cantidad mínima requerida.
En una publicación “preliminar” en X aproximadamente a las 13 horas del miércoles, precisó que en la mañana del miércoles hubo una “incautación histórica de contenedor con fentanilo”, con “al menos 50 mil dosis”.
En un mensaje que difundió como “ampliación” una hora después, aclaró que son 493 mil dosis. En una conferencia de prensa en el entorno de las 18:00 horas del miércoles, reveló que son 48 mil 600 ampollas en 122 cajas.
En un boletín, el Ministerio Público (Fiscalía General) detalló este miércoles que “la información preliminar en poder de las autoridades establece que una empresa importó en octubre pasado un lote de fentanilo sin tener un permiso vigente y con una serie de inconsistencias en cuanto a la cantidad reportada, la documentación soporte y las regulaciones sanitarias requeridas”.
“Se trataría del primer decomiso registrado en el país de este potente opioide sintético, que como se sabe, producto de su desvío y uso ilegal, en países como EU y México ha generado una crisis sin precedentes en materia de salud y seguridad, respectivamente”, puntualizó, para advertir: “La letalidad del fentanilo y sus mezclas con la cocaína, heroína, éxtasis y otras drogas análogas, representa una amenaza mundial”.
El Ministerio “le dará seguimiento a este caso y determinará si existen grupos de criminalidad organizada y redes de narcotráfico detrás del ingreso de este lote de fentanilo”, anunció.
Los cárteles mexicanos De Sinaloa, por medio del clan de Los Chapitos dirigido por los hijos del condenado narcotraficante mexicano Joaquín El Chapo Guzmán Loera, y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fueron reiteradamente señalados por EU de dirigir el contrabando de fentanilo en asocio con redes nacionales del resto del hemisferio occidental.
La maniobra para detectar, verificar y confiscar la droga fue ejecutada por autoridades policiales, antidrogas, aduanales, sanitarias, forenses, portuarias y de inteligencia e investigación de Honduras.
La delincuencia organizada internacional lanzó una intensa ofensiva en América Latina y el Caribe para incursionar con el fentanilo, que como medicamento controlado reduce el dolor, integra la lista de estupefacientes y sicotrópicos bajo fiscalización sanitaria en la zona y es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
Ofrecido en tabletas o pastillas, polvo y líquido, el fentanilo prosiguió con su peligrosa, alarmante e incontenible expansión por América Latina y el Caribe en 2023. EU ubicó en septiembre pasado a México, Guatemala, Colombia y Ecuador como ejes del fenómeno.
Con mayor o menor fuerza, la presencia del opiode ya se detectó también en República Dominicana, Costa Rica, Honduras, Panamá, Venezuela, Chile, Argentina, Brasil y Paraguay, con alerta en El Salvador, Perú y Uruguay.
El conflicto con el opiode exhibió a Guatemala como punto neurálgico del negocio, al ser país receptor de los precursores químicos procedentes de China, India, Turquía y Países Bajos que son utilizados en laboratorios clandestinos en suelo guatemalteco para elaborar fentanilo y exportar a México, de donde se reenvía a EU.
Otra ruta que EU denunció colocó a Guatemala como trampolín directo a México de los ingredientes, para procesarlos en laboratorios clandestinos en territorio mexicano, donde se confecciona el fentanilo y reexporta al mercado estadounidense, el de mayor consumo de esa sustancia mortífera.
EU reportó este año que, por sobredosis de esa droga y en un hecho sin precedentes, unos 110 mil estadounidenses murieron en 2022 y que la “continua epidemia” prosiguió en 2023 y reforzó el temor de propagación incontrolable.
El fentanilo se convirtió en foco de choques diplomáticos entre México, China y EU, en un cruce de ataques, acusaciones y desmentidos sobre las naciones orígenes, tránsito y destino de la droga.
Por su ubicación geográfica entre el sur de América, con Colombia como principal productor mundial de cocaína seguida de Perú y Bolivia, y el norte, con EU como mayor consumidor global de drogas, Centroamérica se afianzó desde los últimos 25 años del siglo XX como puente y trampolín del contrabando internacional de estupefacientes a destinos en América y Europa.
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