San José.— El izquierdista mexicano Andrés Manuel López Obrador y el ultraderechista argentino Javier Milei finalmente hallaron un punto en común: fortalecer al poder militar.
Empeñado en balancear las finanzas estatales, el presidente argentino arrasó en 2024 con el gasto social, recortó el presupuesto de las universidades públicas y bajó el costo de la burocracia al cesar a miles de trabajadores del gobierno, pero premió a los militares, uno de los sectores con más desprestigio de Argentina.
En la peor crisis socioeconómica argentina del siglo XXI y en contraste con su severa política financiera en un país en el que la pobreza subió de 45% en diciembre de 2023 —20 millones 745 mil— a 57% en febrero de 2024 —26 millones 277 mil— y siguió creciendo, Milei recompensó a las Fuerzas Armadas.
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El 16 de este mes, pagó 650 millones de dólares a Dinamarca por 24 aviones de guerra F-16 Fighting Falcon y sus sistemas de armas, como misiles y bombas guiadas.
“Muchas gracias presidente y comandante en jefe” proclamó, efusivo, conmovido y jubiloso, el ministro de Defensa de Argentina, Luis Petri, al exaltarlo por modernizar la flotilla.
“Un agradecimiento de todas las fuerzas” militares porque “usted está (…) sacando a Argentina de décadas de decadencia” y esto “se siente y resuena en Dinamarca”, agregó, en el acto que formalizó el negocio.
Por teleconferencia, Milei se unió a la exaltación por la compra, autorizada por Estados Unidos por ser aparatos de manufactura estadounidense, ya usados y de última generación.
Fuentes políticas argentinas adujeron que Buenos Aires buscará, entre otras metas, equipararse a las fuerzas aéreas de Chile y de Brasil. Los aviones llegarán de 2025 a 2028.
El accionar de Milei coincidió con el del presidente mexicano. Desde 2018, López Obrador expandió el trabajo de los militares de México más allá de los cuarteles y les cedió el control de aeropuertos, aduanas y obras cruciales de infraestructura.
Entre tanto, y a cuatro meses y medio de los 48 de su mandato, Milei oxigenó a los militares argentinos y sin vientos de guerra en el vecindario.
“Los 650 millones de dólares que Milei va a gastar en aviones de guerra no están justificados en momentos de absoluta austeridad”, alertó el sociólogo, politólogo y relacionista internacional boliviano Franco Gamboa, catedrático para Bolivia de Fulbright, plan internacional estudiantil y cultural de Estados Unidos.
“Las contradicciones en el control del déficit fiscal en Argentina son sorprendentes. El aumento del gasto en comprar aviones de combate se traduce en una sola conjetura: probables pingües beneficios para algunos altos funcionarios que, previsiblemente, van a conseguir algún tipo de incentivo o comisiones”, dijo Gamboa a EL UNIVERSAL.
“Los gastos militares se caracterizan por la opacidad y las tendencias a la corrupción. El volumen de recursos es demasiado alto. Están involucradas cifras millonarias”, adujo.
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Temen carrera armamentista
“En este momento histórico de América Latina lo que menos necesitamos es una carrera armamentista. Lo mejor es calmarse: no comprar armas absolutamente innecesarias en la zona”, alertó el abogado, economista, historiador y analista político y de seguridad costarricense Álvaro Ramos.
“Agregar más pólvora a una situación inestable por la penetración del narcotráfico es un sinsentido completo. Preferiría que Argentina se dedicara a resolver sus graves problemas económicos y de pobreza, en vez de iniciar una carrera armamentista para la que su economía tampoco está preparada a soportar”, precisó Ramos a este diario.
“Somos atacados en América, en particular el Cono Sur, por narcotráfico, crimen organizado, migración descontrolada. A eso debemos abocarnos. Es lo que destruirá la democracia. Atacar la criminalidad en vez de gastar esa cantidad increíble de dinero en armas. Hay que fortalecer a la policía con tecnología contra el crimen organizado”, sugirió.
El (no estatal) Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés), que monitorea las operaciones globales castrenses, reportó que el gasto militar de Argentina de 1948 a 2023 sumó 400 mil 229,2 millones de dólares.
Las fuerzas castrenses argentinas arrastraron desprestigio por los hechos en Argentina de 1976 a 1983.
Argentina cayó en un régimen de terror a partir del 24 de marzo de 1976, cuando la cúpula castrense argentina asestó un golpe de Estado, sepultó la democracia, instaló una junta militar que se alió a Washing- ton y a los regímenes dictatoriales derechistas de América del Sur y gobernó a sangre y fuego hasta el 10 de diciembre de 1983.
La dictadura dejó más de 30 mil detenidos-desaparecidos, centenares de asesinatos, centros estatales de torturas, presidio político, exilio forzoso, cientos de adopciones ilegales y terror generalizado por casi 94 meses de imparable represión política y terrorismo de Estado.
El descrédito de los militares argentinos se agravó por la derrota del país ante Reino Unido en la guerra, de abril a junio de 1982, que desataron para reclamar la soberanía del archipiélago de las Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur en el sur del Atlántico.
Argentina cumplió 40 años del fin de la dictadura el 10 de diciembre de 2023, cuando Milei asumió. Decidido a reposicionar el poder militar, Milei anunció este mes que pedirá a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) convertir al país en socio global.
Colombia se transformó en 2018 en el único país de América Latina y el Caribe con ese rango en el bloque castrense de Occidente, sin ser integrante pleno de la OTAN.
Argentina, en 1998, y Brasil, en 2019, fueron declarados aliados importantes extraOTAN, una designación otorgada por Estados Unidos para mantener una estrategia de trabajo con las fuerzas militares de esas naciones y también sin pertenecer a la Organización.
El periódico La Nación, de Argentina, calificó la compra a Dinamarca como “la más ambiciosa de aeronaves militares desde la recuperación de la democraci
a”.