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Bruselas.— En una sesión especial del Consejo del Atlántico Norte, el holandés Mark Rutte relevó ayer al noruego Jens Stoltenberg como secretario general de la OTAN, probablemente, el cargo internacional de mayor relevancia en la actualidad.
La estabilidad de Europa peligra como nunca desde la Segunda Guerra Mundial luego de la invasión a gran escala emprendida hace dos años por Rusia contra Ucrania, al tiempo que la unidad es difícil de mantener en una organización compuesta por 32 estados de tamaños muy diferentes y con preocupaciones e intereses muy distintos. De allí que en su discurso inaugural, el veterano político neerlandés hiciera referencia a estos desafíos como parte central del instructivo personal de mando para la Alianza en los próximos años.
“La primera [prioridad] es mantener fuerte a la OTAN y garantizar que nuestras defensas sigan siendo eficaces, frente a todas las amenazas”, dijo Rutte, luego de que Stoltenberg le diera la bienvenida refiriéndose a él como amigo y buen colega.
“Mi segunda prioridad es intensificar nuestro apoyo a Ucrania y acercarla cada vez más a la OTAN, porque no puede haber seguridad duradera en Europa sin una Ucrania fuerte e independiente”, agregó.
Rutte asumió las riendas del Partido Liberal neerlandés (VVD) en 2006 y a partir de 2010 fue Primer Ministro de Países Bajos. Tras el retiro de la canciller alemana Angela Merkel, se convirtió en el dirigente europeo más longevo. En Países Bajos, en el verano de 2022, rompió el récord del democristiano Ruud Lubbers como el premier que más tiempo ocupó el cargo. En julio de 2023, tras el fracaso de las negociaciones para regular la migración, Rutte presentó su dimisión. A partir de ese momento comenzó a mover sus fichas para hacerse de un cargo que en principio tocaba a los países del Báltico o del Este.
Al llegar al cuartel aliado no hay país que haya ocupado más veces la secretaría general de la OTAN que Países Bajos. Rutte es tras Dirk Stikker, Joseph Luns y Jaap de Hoop Scheffer el cuarto líder “naranja”. El comportamiento impredecible del Kremlin no es el único desafío de la OTAN, preocupa la inestabilidad en Oriente Medio, el norte de África y la creciente asertividad de China, un “reto sistemático”.
Igualmente inquietan el terrorismo, las amenazas en el ciberespacio y el creciente acercamiento entre gobiernos autócratas. Irán y Corea del Norte se han convertido en socios clave de Moscú en la guerra con Ucrania y las sanciones de Occidente. Además, existe la posibilidad de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca después de los comicios del 5 de noviembre. El magnate se ha distinguido por ser hostil hacia la Alianza, a la que criticó por su bajo gasto en defensa.