Miami. La publicación, en Truth Social, de un post donde el presidente estadounidense, , decía que es un “gran momento para comprar” acciones, han desatado sospechas y reclamos de investigación por presunta manipulación de mercados. Menos de cuatro horas después de su “invitación” a comprar, el mandatario anunciaba una pausa de 90 días en casi todos sus . Las acciones se dispararon con la noticia, cerrando con un aumento del 9.5% al final de la jornada.

Trump firmó su publicación en su red con las letras "DJT", que corresponden tanto a sus iniciales como a la sigla utilizada en el mercado bursátil para su empresa mediática, Trump Media & Technology Group.

¿Cruzó Trump la línea? ¿Manipular el mercado para su propio beneficio o el de sus allegados? Es lo que demócratas acusan y exigen investigar. El senador Adam Schiff, uno de los primeros en pronunciarse, advirtió en la red BlueSky que el Congreso no puede mirar hacia otro lado y preguntó: “¿Alguien compró o vendió acciones y obtuvo ganancias a expensas del público? Porque si es así, estamos ante un uso inaceptable de información privilegiada”. Schiff ya ha solicitado que el Comité de Inteligencia del Senado y el Comité Bancario exijan documentos internos sobre cómo y cuándo se tomó la decisión de la pausa arancelaria, y quiénes tuvieron conocimiento previo de la decisión.

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El senador Chris Murphy, demócrata por Connecticut, dijo que “estamos frente a un posible escándalo de uso de información privilegiada a nivel presidencial. Esto no puede quedar sin investigación”. Murphy pidió a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) que audite cualquier transacción bursátil vinculada a funcionarios de alto nivel, incluyendo movimientos relacionados con Trump Media & Technology Group, cuya acción subió más del 22% ese día.

Los medios estadounidenses dieron a conocer que Elon Musk y Tesla se beneficiaron significativamente de la subida de las acciones, al dispararse 22.6% en un solo día. Este aumento se tradujo en una ganancia de aproximadamente 36 mil millones de dólares en la fortuna personal de Musk, según el índice de multimillonarios de Bloomberg.

El propio Trump presumió de lo bien que le fue a multimillonarios el miércoles. Durante una reunión con Charles Schwab, fundador y copresidente de la firma de administración de activos Schwab, el presidente estadounidense dijo que “hoy ganó 2 mil 500 millones (de dólares)”.

La mayoría de los líderes republicanos han guardado silencio, optando por no criticar abiertamente al presidente. Sin embargo, una figura que sí rompió filas fue el senador Mitt Romney, quien declaró en una entrevista con Bloomberg: “Las declaraciones de un presidente que impactan de manera directa los mercados deben manejarse con extrema responsabilidad. Si hubo intención de influir en beneficio propio, eso merece una investigación seria”.

Otras voces dentro del ala más tradicional del Partido Republicano, como la exgobernadora de Massachusetts Jane Swift, han señalado que “la imagen internacional de Estados Unidos como economía estable se deteriora cuando su presidente actúa como un influencer financiero sin control”. No obstante, hasta ahora, no hay líderes republicanos en el Congreso que hayan solicitado formalmente una investigación, lo que ha reforzado la acusación demócrata de complicidad silenciosa.

Mientras tanto, el Comité de Ética del Congreso y la SEC han recibido solicitudes formales para auditar todas las transacciones bursátiles realizadas el 8 y 9 de abril por parte de funcionarios, familiares, empresas vinculadas al presidente y fondos asociados a Trump Media. En paralelo, se discute la posibilidad de convocar audiencias en el Senado para examinar la conducta del presidente y los efectos de sus declaraciones públicas sobre la economía nacional.

Richard Painter, exasesor de ética de la Casa Blanca durante la administración Bush, declaró a Associated Press: “La ley de valores prohíbe operar con información privilegiada o ayudar a otros a hacerlo. Las personas que compraron cuando vieron esa publicación ganaron mucho dinero. Y eso tiene consecuencias”. El problema no es solo que Trump haya predicho una subida, es que la provocó intencionalmente, y eso puede constituir una violación directa de la Sección 10(b) del Securities Exchange Act de 1934 y la Regla 10b-5, que prohíben cualquier acto de manipulación fraudulenta en el mercado de valores, señaló Painter; “lo que podría costarle 20 años de cárcel y 5 millones -de dólares- de multa”.

La profesora Kathleen Clark, experta en derecho público en la Universidad de Washington, coincidió en que “la publicación puede interpretarse como manipulación del mercado. Envía el mensaje de que Trump sabe que puede mover la bolsa y lo hace, incluso cuando está en el cargo. Es profundamente peligroso”, afirmó. Clark subrayó que, aunque no haya pruebas aún de que Trump o sus allegados ejecutaron transacciones bursátiles, el solo hecho de usar información no pública para alterar expectativas del mercado es, en sí, una infracción grave.

Desde el plano macroeconómico, Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, advirtió que “estamos en el entorno económico y geopolítico más peligroso desde la Segunda Guerra Mundial” y señaló que la volatilidad provocada por decisiones arbitrarias como las de Trump están aumentando el riesgo de recesión e inflación. “El comercio no se improvisa. Una potencia como Estados Unidos no puede actuar como una tienda de descuentos cambiante cada semana”, declaró en una reunión con inversores en Nueva York.

En Europa, Javier Díaz Giménez, profesor del IESE Business School, afirmó que las oscilaciones bursátiles reflejan una desconfianza profunda en la consistencia de la política económica estadounidense. “Trump está reorganizando el comercio mundial a golpe de tuit, y eso no es gobernar, es jugar al caos”. Añadió que si Estados Unidos sigue por este camino, “su moneda se debilitará, su poder negociador caerá y la economía global empezará a tomar otros referentes”.

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Para Santiago Niño Becerra, reconocido economista español, la gravedad del momento supera incluso lo económico: “Estamos ante decisiones que no pueden sostenerse tres meses sin colapsar parte de la economía global. Trump está construyendo una guerra comercial total y, a este ritmo, lo que colapsará no serán las bolsas, será el comercio internacional”. Niño Becerra recordó además que China posee una carta estratégica devastadora, las tierras raras, esenciales para la industria electrónica estadounidense. “Si las restringe, el problema no será bursátil, será industrial”, advirtió.

A todo esto, Trump ha respondido con evasivas. Cuando se le preguntó cuándo decidió suspender los aranceles, respondió: “Diría que esta mañana. En los últimos días he estado pensando en ello”, sin ofrecer una explicación clara sobre la coincidencia con su publicación.

La Casa Blanca aseguró que Trump solo quería “tranquilizar” a la gente. “Es su responsabilidad tranquilizar a los mercados y a los ciudadanos respecto a su seguridad económica frente al constante alarmismo mediático”, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, al diario The Washington Post.

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