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El narcotráfico operado por el crimen organizado transnacional representa una amenaza global multidimensional por su vinculación con delitos de corrupción, lavado de dinero, trata de personas y tráfico de armas. Este fenómeno erosiona las instituciones democráticas, económicas, el Estado de derecho y propicia la violencia en los países que lo padecen.
Latinoamérica es profundamente vulnerable a esta amenaza. Colombia ha enfrentado décadas de conflicto armado, donde se ha confundido el narcotráfico con la insurgencia, con profundas repercusiones sociales. Ecuador, por su parte, se ha convertido en un país de tránsito crucial, experimentando un aumento en la violencia y corrupción que amenaza su estabilidad. El problema se agrava, porque la mayoría de los países combaten al narcotráfico criminalizando la adicción, pero no entienden que es un negocio más del crimen organizado, que opera como una gran empresa criminal transnacional que sólo busca lucro.
Existen pocas alternativas, pero la UNODC propone cinco esferas clave: el problema mundial de las drogas, la delincuencia organizada transnacional, la corrupción y delincuencia económica, la prevención y lucha contra el terrorismo, y la prevención del delito y justicia penal. Proponen desde mejorar la recolección de datos y acceso a tratamientos para el problema de las drogas, hasta fortalecer la cooperación internacional.
Daniel Cabeza de Vaca Hernández. Exprocurador general de México