Ahora sólo está ella: Lucía Topolansky.

Conoció a durante una operación clandestina, cuando ambos formaban parte de la guerrilla en Uruguay. Ella era experta en falsificar documentos y él dirigía un grupo de armados rebeldes. Acabarían dirigiendo una pequeña nación en

“Unimos dos utopías”, le dijo Topolansky a un documentalista. “La utopía del amor y la utopía de la militancia”.

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Ella ha dicho que los detalles de su primer encuentro son difícil de recordar porque "esto se parece bastante a esos relatos de las guerras y eso donde las relaciones humanas tienen un marco de distorsión porque tú estás corriendo, podés caer preso, te pueden matar. Entonces no tiene los parámetros de una vida normal".

Pero él ha dicho que ella formaba parte de un equipo que le ayudó a él y a otros tupamaros a escapar de la cárcel, y que la vio por primera vez cuando asomó la cabeza por un túnel. Ella llegó a mencionar que había dado a Mujica documentos falsificados.

No obstante, “cuando vives una vida clandestina, el afecto es realmente importante. Renuncias a muchas cosas. Por eso, cuando aparece una relación y el amor, ganas mucho”, ha mencionado ella.

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Ambos eran integrantes de Los Tupamaros y luchaban contra el gobierno que consideraban represivo, recuerda el periodista Jack Nicas, en un artículo del The New York Times titulado "La historia de amor de dos rebeldes que llegaron a liderar Uruguay".

Cuando se conocieron él tenía 37 años y ella 27; semanas después fueron encarcelados y torturados.

Tras salir de prisión, “al otro día empezamos a buscar un local para juntar a los compañeros y reunirnos. Había que empezar a militar”, dice Topolansky. “No perdimos un minuto. Y no paramos, porque en realidad esa es nuestra vocación. Ese es el sentido de nuestra vida”.

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Tiempo después ambos fueron elegidos para el Parlamento y mientras Mujica fue presidente, ella llegó a ser vicepresidenta en otro gobierno, además, fungió como presidenta en funciones de la nación.

En vez de hijos, cuidaron innumerables perros, incluida su perrita Manuela, quien también ya falleció.

En 2005, escribe Nicas, "una noche, Mujica hizo una entrevista en un programa de televisión nacional. “Y ahí le dijo al periodista que nos íbamos a casar. Yo estaba mirando el programa y me enteré”, recordó Topolansky la semana pasada, riendo. “En realidad de vieja vine a claudicar”".

Luego de que a Mujica le diagnosticaran un tumor en el esófago,dijo: "Si estoy vivo es porque está ella”.

Ahora sólo está ella.

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mgm

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