A pesar de haber confirmado su presencia, el presidente argentino Javier Milei cambió de planes y suspendió el viaje que había programado para el próximo viernes a México, informó el diario La Nación. Se trataba del viaje número 15 desde su llegada a la Casa Rosada.
Su agenda en México, en principio de solo dos días de duración, iba a incluir un encuentro con empresarios locales y su participación en otra cumbre de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). No estaba previsto un encuentro con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Fuentes oficiales se limitaron a informar a La Nación que el Presidente sí estará el viernes en Rosario, para el acto de aniversario número 140 de la Bolsa de Comercio de esa ciudad santafesina.
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Sin embargo, medios argentinos señalaron dos razones principales por las que Milei habría suspendido su viaje: por un lado, un sondeo según el cual, a los argentinos les molesta más los constantes viajes de Milei al extranjero que el escándalo de violencia de género que rodea al expresidente argentino Alberto Fernández, investigado por presuntas agresiones contra su expareja, la exprimera dama Fabiola Yáñez.
Por el otro, la mala relación que hay entre Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien habría tenido que suplirlo en su ausencia y con quien ha tenido una serie de desencuentros.
La decisión de Milei de viajar a distintos países para recibir premios o participar en cumbre con políticos afines, sin encontrarse con sus pares, señaló La Nación, ha sido una constante en el actual gobierno.
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Así, en su viaje a Chile, Milei no se reunió con el presidente Gabriel Boric, por lo que su llegada al país trasandino se limitó a un discurso en la conmemoración organizada por la empresa GasAndes, donde talla fuerte el empresario (y exempleador del Presidente), Eduardo Eurnekian.
Por distintas razones, Milei tampoco vio al presidente socialista de España, Pedro Sánchez en sus dos pasos por aquel país; no se cruzó con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva cuando llegó a Camboriú para participar en una cumbre conservadora; tampoco concertó una reunión bilateral con el presidente demócrata de Estados Unidos, Joe Biden, a pesar de haber cruzado las fronteras norteamericanas en cinco oportunidades.
La constante -se dio, al menos, en esas cinco oportunidades- tiene pocos antecedentes en los últimos gobiernos, y forma parte, aseguran en la Casa Rosada y la Cancillería, del estilo presidencial. Un funcionario del gobierno de Cambiemos asegura que el expresidente Mauricio Macri solía visitar al presidente o autoridad de cada país al que llegaba. “Lo contrario era la excepción, no verse con las autoridades de ese país se dio muy pocas veces”, comentó a La Nación el exfuncionario de la administración macrista. También exfuncionarios del gobierno kirchnerista de Alberto Fernández destacan que el hoy cuestionado expresidente acostumbraba a encontrarse con su par en cada salida al exterior. “Por protocolo, y por seguridad, se avisaba antes, hubiera o no bilateral”, recordaba un exfuncionario albertista.
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“Puede venir cualquier persona, presidente, dirigente de oposición, representante de los bloques de derecha que hay en el mundo y este es un país libre, no hay censura, no hay persecución, hay libertades plenas”, dijo López Obrador esta semana, en su conferencia de prensa diaria, en referencia a la eventual llegada de Milei. Un viaje del que la diplomacia mexicana se había enterado por los medios de comunicación, a una reunión organizada por el exactor y cantante, hoy dirigente derechista, Eduardo Verástegui en la capital mexicana. El intercambio de mensajes subidos de tono entre ambos presidentes impidió, al igual que en otros casos, pensar en la posibilidad de un encuentro.
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Al igual que con López Obrador-de buen vínculo con el kirchnerismo, y con una mirada diferente sobre las soluciones para Venezuela-la relación personal de Milei con Boric no permitió encontrar “un lugar en la agenda” del presidente chileno. “Fue todo muy desprolijo”, se quejaron en Santiago de Chile, luego de que el pedido de audiencia con Boric llegará tan solo una semana antes del viaje presidencial.
El desencuentro fue aún más patente en el caso de Brasil. Mientras aún espera que Milei le pida perdón por haberlo tildado de “comunista” y “corrupto”, Lula da Silva prefirió no verbalizar su enojo a principios de julio por el viaje de Milei, quien se encontró con su rival, Jair Bolsonaro, en aquel encuentro en el sur brasileño.
De todos modos, y luego de encabezar la postura internacional dialoguista para intentar encontrar una salida negociada entre gobierno y oposición en Venezuela, Lula devolvió gentilezas con su encuentro, el martes, con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. “Cada Presidente elige con quien se reúne”, contestó el portavoz presidencial Manuel Adorni a este diario, minutos antes de la foto entre el gobernador kirchnerista y el presidente brasileño.
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