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Tokio. El organismo regulador nuclear de Japón retiró oficialmente el miércoles el permiso para reiniciar un reactor en la región centro-norte del país, la primera descalificación según unos estándares de seguridad que se reforzaron después del desastre de Fukushima en 2011. La decisión supone un revés para Japón en su intento de acelerar los reinicios de reactores para maximizar la energía nuclear.
La Autoridad de Regulación Nuclear anunció en una reunión ordinaria que el reactor número dos de Tsuruga es “inadecuado”, ya que su operador no abordó los riesgos de seguridad derivados de posibles fallas activas debajo de la instalación.
El reactor número dos de Tsuruga, operado por Japan Atomic Power Co., es el primer reactor que pierde la certificación según los estándares de seguridad adoptados en 2013, basados en las lecciones aprendidas del desastre de fusión nuclear en Fukushima Daiichi tras un terremoto y un tsunami enormes en 2011.
“Llegamos a nuestra conclusión basados en un examen muy estricto”, dijo a los periodistas Shinsuke Yamanaka, presidente de la ARN.
La decisión es un golpe para Japan Atomic Power porque prácticamente pone fin a sus esperanzas de un reinicio. La operadora, que está desmantelando su otro reactor, Tsuruga número 1, tenía la esperanza de volver a poner en línea el segundo, pero requeriría un estudio de docenas de fallas alrededor del reactor para probar su seguridad.
Un panel de seguridad de la ARN concluyó hace tres meses que no hay evidencia que niegue la posibilidad de fallas activas a unos 300 metros al norte del reactor número dos, que se extienden justo debajo de la instalación, lo que significa que el reactor no puede ponerse en marcha.
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El gobierno de Japón adoptó en 2022 un plan para maximizar el uso de la energía nuclear, impulsando la aceleración de los reinicios de reactores para asegurar un suministro de energía estable y cumplir su compromiso de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
La preocupación sobre el nuevo impulso del gobierno a la energía nuclear creció después de que un terremoto de magnitud 7.5 golpeara la península japonesa de Noto el 1 de enero de 2024. El sismo mató a más de 400 personas y dañó más de 100 mil estructuras, además de causar daños menores a dos instalaciones nucleares cercanas, y se descubrió que los planes de evacuación para la región eran inadecuados.
Construir instalaciones nucleares importantes, como reactores, directamente sobre fallas activas está prohibido en Japón, un país propenso a terremotos.
Yamanaka dijo que la ARN no ordenaba un desmantelamiento inmediato porque el reactor, que está desconectado y con el combustible gastado enfriado de manera segura, no supondrá una amenaza mayor si las fallas activas se mueven.
Si la empresa decide volver a solicitar su reinicio, debe abordar no solo el problema de las fallas, sino también implementar medidas de seguridad adecuadas para toda la planta, dijo Yamanaka. Proporcionar pruebas científicas del estado de las fallas debajo de las instalaciones nucleares clave es difícil, pero otros operadores que obtuvieron permisos de reinicio cumplieron con el requisito, señaló.
El reactor número dos de Tsuruga comenzó su actividad comercial en febrero de 1987 y lleva desconectado desde mayo de 2011. El operador negó los resultados de la inspección realizada en 2013 por el panel de la ARN, que concluyó que las fallas debajo del reactor número dos estaban activas, y solicitó su reactivación en 2015.
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Interrumpidas repetidamente por encubrimientos de datos y errores por parte del operador, dijo Yamanaka. Calificó el caso de “anómalo” e instó a la empresa de energía a tomarse el resultado en serio.
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