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Unos 10 millones de niños en cuatro países de África occidental y central no van a la escuela actualmente debido a graves inundaciones que han dañado y destruido infraestructura y desplazado a casi un millón de personas de sus hogares, advirtió este martes la ONG humanitaria Save The Children.
"Este tipo de fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y graves como consecuencia de la crisis climática", subrayó la organización en un comunicado.
Los 10 millones de niños, actualmente atrapados en sus hogares o desplazados debido a las inundaciones, se suman a unos 36 millones de menores (de los cuales más de 20 millones están en Nigeria) que ya no están escolarizados en los cuatro países debido a los conflictos y la pobreza, según la ONU.
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"En todo el mundo, el inicio de un nuevo año escolar es un momento de alegría y esperanza. Para muchos niños de África occidental y central, el inicio del año escolar es sinónimo de tristeza al ver sus hogares y escuelas bajo el agua", aseveró Vishna Shah-Little, directora regional de promoción y campañas de Save the Children.
- A finales de septiembre, Níger declaró el aplazamiento del inicio del año escolar durante al menos tres semanas, lo que obligó a 3.8 millones de alumnos a abandonar la escuela. Además, hay 5 mil 520 aulas dañadas, destruidas u ocupadas por las familias desplazadas.
- A principios de octubre, Malí también declaró un aplazamiento de un mes para el inicio del año escolar, una decisión que afecta a unos 3.8 millones de alumnos de escuelas primarias y secundarias.
- En Nigeria, las fuertes lluvias afectaron a 30 de los 36 estados durante el mes pasado; unos 2.2 millones de niños dejaron la escuela debido a los cierres en el estado de Borno (noreste del país). También, se registraron 269 personas muertas y 640 mil abandonaron sus hogares.
- En la República Democrática del Congo, a principios de año, las inundaciones provocaron la destrucción de mil 325 escuelas y afectaron a más de 200 mil niños.
"Además de ver a sus familias devastadas y sus hogares destruidos, los niños tienen que aceptar ser testigos de la inundación de su educación", agregó Shah-Little.
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