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Saná.— Los rebeldes hutíes afirmaron ayer que los intereses de Estados Unidos y Reino Unido eran “blancos legítimos”, tras los bombardeos de estos países en Yemen en respuesta a semanas de ataques contra embarcaciones en el mar Rojo que amenazan el comercio mundial.
La Marina de Estados Unidos advirtió a los buques con bandera estadounidense que se mantuvieran alejados de las zonas alrededor de Yemen en el mar Rojo y el golfo de Adén durante las próximas 72 horas después de los bombardeos.
La andanada de bombardeos contra los hutíes avivó los temores de que la guerra entre Israel y Hamas se extienda a toda la región.
Según el portavoz militar hutí, Yahya Saree, al menos cinco personas murieron. Los rebeldes hutíes lanzaron un misil balístico antibuque “en represalia” a los ataques de EU y Reino Unido, informó el director del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el teniente general Douglas Sims. El disparo no alcanzó ningún buque, añadió.
Las fuerzas estadounidenses y de la coalición atacaron al menos 60 objetivos con más de 150 municiones guiadas con precisión en 28 ubicaciones de militantes hutíes respaldadas por Irán, dijeron funcionarios militares. Los activos hutíes incluían espacios de mando y control, municiones, depósitos, sistemas de lanzamiento, instalaciones de producción y sistemas de radar de defensa aérea.
El grupo rebelde, aliado de Irán, potencia regional y rival de Israel, lleva semanas atacando a los barcos que atraviesan el mar Rojo, por donde transita 12% del comercio mundial, en “solidaridad” con los palestinos en Gaza.
En respuesta, Estados Unidos, Reino Unido y ocho de sus aliados aseguraron en un comunicado que sus ataques buscaban “desescalar tensiones” y “restaurar la estabilidad en el mar Rojo”.
El presidente Joe Biden dijo que ha enviado un mensaje a Irán con los ataques aéreos del jueves contra los rebeldes hutíes en Yemen, a los que ahora llama grupo terrorista.
El gobierno internacionalmente reconocido de Yemen acusó a los hutíes de “arrastrar al país a un escenario de enfrentamiento militar”.
Irán y otros países condenaron las acciones de las potencias occidentales y advirtieron que la situación podría empeorar.
“No buscamos una guerra en Yemen contra los hutíes. Queremos que cesen sus ataques”, subrayó a la prensa el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, quien añadió que la intención del presidente Joe Biden es rebajar la tensión en la región.
“Sabemos que Irán apoya a los hutíes igual que apoya a Hezbolá y a Hamas. Ciertamente seguiremos responsabilizando a Irán por sus acciones desestabilizadoras”, apuntó Kirby, que no descartó la posibilidad de aplicar sanciones económicas.
EU sancionó a dos empresas en Hong Kong y Emiratos Árabes Unidos por el envío de mercancías iraníes a nombre de la red del facilitador financiero hutí Sa’id al-Jamal, radicado en Irán y respaldado por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y la brigada Al Qods (IRGC-QF).
El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto celebrar una reunión de emergencia.
Cientos de miles de personas, algunas con rifles Kalashnikov, se congregaron en Saná, la capital de Yemen, para protestar. Muchas ondeaban banderas yemenitas y palestinas. “Muerte a EU, muerte a Israel”, coreaban. En Teherán, cientos se manifestaron contra EU, Reino Unido e Israel.
China expresó “preocupación” por la escalada en “un importante punto de paso para la logística internacional” y el abastecimiento energético y pidió “moderación” a todas las partes. Rusia tildó los bombardeos de “ilegítimos” y Turquía de “respuesta desproporcionada”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a las partes “que no agraven” la situación.
Israel niega buscar un genocidio
Mientras, Israel justificó la guerra en Gaza como su “derecho inherente a defender a sus ciudadanos” de Hamas y rechazó la acusación de genocidio, al tiempo que culpó a Sudáfrica de presentar a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una “imagen fáctica y jurídica profundamente distorsionada”.
El equipo legal israelí tildó de “asombrosa” la petición de Sudáfrica a la CIJ para imponer a Israel medidas cautelares que incluyan la “suspensión inmediata de las actividades militares” en Gaza y aseguró que eso dejaría “a la otra parte” del conflicto “en libertad de continuar sus ataques”.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, afirmó que Canadá no apoya “la premisa” del caso de genocidio contra Israel.