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Milwaukee. Los exaspirantes presidenciales republicanos Nikky Haley y Ron DeSantis dejaron atrás su rivalidad con Donald Trump e hicieron cierre filas, durante la segunda noche de la Convención Nacional Republicana.
"El presidente Trump me pidió que hablara en esta convención en nombre de la unidad. Fue una invitación amable y acepté felizmente y empezaré dejando una cosa perfectamente clara: Donald Trump cuenta con mi firme respaldo", añadió.
La exgobernadora de Carolina del Sur y exrepresentante de Estados Unidos ante la ONU fue la ponente más destacada en la segunda jornada de la Convención Nacional Republicana que se celebra esta semana en la ciudad de Milwaukee (Wisconsin).
Ofreció su discurso frente a Trump, quien se presentó en el Fiserv Forum unos minutos antes, entre una fuerte ovación de los asistentes, después de que el lunes hiciera lo propio y protagonizara su primera aparición pública tras el intento de atentado que sufrió el sábado en Butler (Pensilvania).
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"Ahora, mis compañeros republicanos, no sólo debemos ser un partido unificado, sino que también debemos expandir nuestro partido", afirmó Haley, pues es tiempo de "dejar de lado nuestras diferencias y centrarnos en lo que nos une y fortalece a nuestro país".
La exprecandidata aseguró que es consciente de que hay mucha gente que no está de acuerdo con Trump y que ella mismo no lo ha estado en algunas ocasiones, pero que "no es necesario estar de acuerdo con Trump el 100% de las veces para votar por él".
"Estamos de acuerdo en la verdad en las necesidades de América, en mantener a Estados Unidos seguro y en que los demócratas se han desplazado tanto hacia la izquierda que están poniendo en peligro nuestras libertades", apuntó.
Por su parte, DeSantis, gobernador de Florida, aseguró que el actual presidente, el demócrata Joe Biden, no es apto para sus funciones.
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"Nuestros enemigos no actúan solo de diez de la mañana a cuatro de la tarde. Necesitamos a un comandante en jefe que pueda liderar el país las 24 horas del día y los siete días de la semana", reivindicó.
El gobernador, que se retiró de la carrera por la nominación tras los caucus de Iowa, pidió el voto por Trump, quien durante mucho tiempo se mofaba de él con el apodo "mojigato".
"Trump ha sido demonizado, perseguido y casi pierde la vida. No podemos dejar que caiga y no podemos dejar que caiga Estados Unidos", afirmó en referencia al intento de asesinato que sufrió el candidato republicano el sábado en un mitin, donde resultó herido en una oreja.
DeSantis ofreció un discurso mucho más ideológico y dirigido a las bases del partido que Haley, quien apeló a los votantes moderados e indecisos. DeSantis reivindicó gran parte de las políticas conservadoras que lleva a cabo al frente de Florida, con críticas a la migración irregular y a la izquierda, a la que acusó de "adoctrinar" las escuelas por hablar de "diversidad, equidad e inclusión".
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