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Gisèle Pelicot volvió este lunes a un tribunal en Francia casi un año después de lograr condenar a 51 hombres por violarla o agredirla sexualmente, luego que uno de ellos recurrió la sentencia en este caso que la elevó a icono feminista mundial.
Pelicot, de 72 años, llegó al tribunal de Nimes bajo aplausos y estrechó las manos de varias de las personas que se aceraron a expresarle su apoyo antes de ingresar al juicio de uno de sus presuntos violadores, Husamettin Dogan.
"Basta de violaciones" o "Violadores, la vergüenza" se leía en pancartas de personas fuera del tribunal.
Con una chaqueta rosa y sin hacer declaraciones, Gisèle Pelicot avanzó junto a uno de sus hijos, Florian, mientras que el acusado, subió las escaleras del tribunal de manera discreta, oculto bajo una gorra, una máscara y lentes, apoyándose en una muleta, constató un periodista de AFPTV.

"La audiencia está abierta, pueden sentarse", indicó el presidente del tribunal, Christian Pasta. Unos minutos más tarde, Pelicot se sentó en la sala acompañada por sus dos abogados.
Su historia conmocionó al mundo. En diciembre, un tribunal de Aviñón condenó a su exmarido Dominique Pelicot a la pena máxima de 20 años de prisión por drogarla con ansiolíticos entre 2011 y 2020 para dormirla y violarla junto a desconocidos.
Los magistrados también condenaron a 50 de estos hombres a entre 3 y 15 años de prisión. Aunque al principio 17 recurrieron la sentencia, finalmente solo uno mantuvo su recurso.
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Este lunes Husamettin Dogan comparece libre como único acusado ante el tribunal de Nimes. Aunque en diciembre este exobrero fue condenado a 9 años de prisión, ahora se enfrenta de nuevo a 20 años por violación.
La presión sobre este hombre de 44 años será fuerte. A diferencia del primer juicio, se sentará solo en el banquillo de los acusados en un caso con fuerte interés social. Más de 100 periodistas de todo el mundo se acreditaron.
Un colectivo feminista se dio cita para darle la "bienvenida" antes del inicio de la audiencia y se anunciaron otras movilizaciones frente al palacio de justicia de Nimes a lo largo del juicio, que debería terminar miércoles o jueves.
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Pelicot estará presente en el tribunal para "pasar página" definitivamente, aunque "habría preferido quedarse donde está para concentrarse en su nueva vida y en su futuro", dijo su abogado, Antoine Camus.
"Sí, son realmente violaciones"
Los hechos juzgados ocurrieron en la noche del 28 de junio de 2019 en el domicilio de los Pelicot en Mazan.
Según el acusado, Dominique, a quien conoció por internet, lo manipuló. El exmarido de Gisèle Pelicot le habría dicho que su mujer estaba de acuerdo y fingiría estar dormida. Este último lo niega.

Esa noche, el acusado estaba en pleno acto cuando se dio cuenta de que algo no era normal, ya que la mujer roncaba. Aunque asegura que se marchó entonces apresuradamente, no consideró necesario alertar a las autoridades.
"Nunca tuvo la intención de violar a nadie", explicó a AFP su abogado, Jean-Marc Darrigade. "Él respeta completamente a Gisèle Pelicot. Está fuera de lugar que su recurso se interprete como un nuevo ataque", agregó.
El exmarido de la víctima, en prisión, comparecerá el martes como testigo. Su abogada, Béatrice Zavarro, indicó que mantendrá su postura del primer juicio: "Soy un violador y todos los hombres de esta sala" también.

La víctima no entiende esa "negación persistente", máxime cuando existen videos, según Camus. "Ella necesita que la justicia le diga: 'Todas las violaciones que hemos visto, sí, son realmente violaciones'", agregó.
Al renunciar a un juicio a puerta cerrada en Aviñón para que "la vergüenza cambie de bando", Gisèle Pelicot, reconocible por su cabello pelirrojo corto y sus gafas de sol, se convirtió en un icono feminista y su rostro dio la vuelta al mundo.
Este juicio, que ha trascendido las fronteras de Francia, también ha generado intensos debates sobre la violencia sexual, el consentimiento, la sumisión química o incluso la definición jurídica de la violación.
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