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En agosto de 2018, John y Susan Cooper estaban de vacaciones en Egipto. La gente del hotel donde se hospedaban decidió fumigar la habitación contigua a la de ellos debido a la presencia de chinches. Esa decisión terminó costándole la vida a la pareja, de acuerdo con los resultados de una investigación que recién se dieron a conocer, informó PA Media.
John, de 69 años, y Susan, de 63, se hospedaron en el hotel Steigenberger Aqua Magic, en el resort de lujo de Hurghada, en el Mar Rojo. Tras un día de paseo, el matrimonio regresó en la noche a su habitación a dormir. Al día siguiente, su hija, quien viajaba con ellos pero se había quedado en otra habitación, los encontró muy mal.
En declaraciones al Daily Mail, Kelly Ormerod, hija de la pareja, dijo que cuando tocó a la puerta de la habitación de sus padres, John logró abrirle, pero "se tambaleaba como si hubiera tomado 10 vasos de cerveza". Su madre genía en la cama y ambos de veían realmente mal.
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La habitación, recordó Kelly, olía a acetato, como si su madre se hubiera pintado las uñas, sólo que no había sido así. De inmediato, Kelly pidió ayuda. Sin embargo, era demasiado tarde. John fue declarado muerto en la misma habitación del hotel. Susan falleció en el hospital.
En ese momento, las autoridades dijeron que la muerte de la pareja británica se debió a un fallo cardíaco. Pero la familia no se quedó inconforme y ahora, una investigación les dio la razón.
Cauando John y su esposa llegaron a su habitación, desconocían que la de al lado había sido fumigada para erradicar un brote de chinches. Según el medio PA, se utilizó un pesticida conocido como Lambda. En algunos países, este pesticida es diluido con diclorometano. Este último es un solvente que se metaboliza en monóxido de carbono.
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Aunque la habitación fumigada fue sellada con cinta adhesiva alrededor de la puerta, el veneno llegó al cuarto donde dormían John y Susan.
Cuando una persona respira monóxido de carbono, se reduce su capacidad de transportar oxígeno en la sangre, afectando el cerebro y corazon. En casos graves, puede provocar la muerte.
James Adelely, forense del condado inglés de Lancashire, se encargó de la investigación y finalmente dictaminó que las muertes se debieron a intoxicación por monóxido de carbono, como consecuencia de la inhalación del vapor procedente de la pulverización del pesticida aplicado en la habitación contigua.
Tras darse a conocer los resultados, Kelly dijo, en un comunicado: "Hasta el día de hoy, nuestra familia lucha por comprender lo que ocurrió. Nunca se debería haber permitido que ocurriera".
"Nada compensa el dolor y la pérdida que sentimos desde aquel día. Los últimos años han sido muy traumáticos y emotivos para todos los implicados", expresó.
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