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Agricultores y ganaderos en tractores cortaron calles, lanzaron papas y huevos, y utilizaron pirotecnia en Bruselas durante una cumbre de líderes de la Unión Europea, lo que llevó a la policía a responder con gases lacrimógenos y cañones de agua mientras los manifestantes protestaban contra el acuerdo de libre comercio con el Mercosur, unas negociaciones que están en instancias cruciales y que generan fuertes rispideces en Europa.
Los productores temen que el acuerdo afecte a sus medios de vida, y hay una preocupación política más amplia a que también pueda impulsar el apoyo a la ultraderecha.
También se esperaba que miles de agricultores asistieran a marchas paralelas de sindicatos agrarios que convergerían en la plaza de Luxemburgo, muy cerca del Parlamento Europeo y el edificio Europa donde se reunían los líderes de los 27 miembros de la UE.
Tenían previsto abordar posibles enmiendas al pacto comercial o un retraso en la firma del documento, que el gobierno brasileño proyectaba para este sábado, cuando el Mercosur se reunirá en Foz de Iguazú. El presidente Javier Milei asistirá al encuentro.
Los agricultores europeos temen el impacto negativo de la llegada masiva a Europa de carne, arroz, miel o soja sudamericanos, considerados más competitivos debido a sus normas de producción. A cambio los europeos podrían exportar vehículos y maquinaria al Mercosur.
“Estamos aquí para decir no al Mercosur”, dijo el ganadero belga Maxime Mabille.“Es como si Europa se hubiera convertido en una dictadura”, añadió, acusando a la presidenta de la Comisión Europea de intentar “imponer el acuerdo por la fuerza”.
“¿Por qué importar azúcar del otro lado del mundo cuando aquí producimos la mejor? Frenen al Mercosur", rezaba un cartel en un tractor.
La agenda de la cumbre europea también incluía una propuesta para confiscar activos rusos y dedicarlos a Ucrania.

Divisiones en Europa
A dos días de la firma prevista en Brasil, los líderes europeos debaten este jueves en Bruselas si lo respaldan, en medio de la oposición de Francia, Italia, Polonia y Hungría y de las protestas de agricultores. Alemania, España y los países nórdicos afirman que ayudará a las exportaciones afectadas por los aranceles estadounidenses y reducirá la dependencia de China al facilitar el acceso a los minerales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tenía previsto viajar a Brasil para firmar el acuerdo celebrado el año pasado con el bloque formado por la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, necesita el apoyo de los gobiernos de la UE y se anticipa complicado que llegue a la mayoría necesaria de 15 países que representan el 65% de la población de la UE.
El texto lleva un cuarto de siglo en negociación y daría lugar a la mayor zona de libre comercio del mundo.
“Mercosur juega un papel central en nuestra estrategia comercial: es un mercado potencial de 700 millones de consumidores y resulta de enorme importancia que logremos la luz verde para completar la firma”, afirmó Von der Leyen al llegar a la cumbre.
Bloque opositor
El miércoles, Italia se sumó al bloque opositor al acuerdo, liderado por Francia.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se mostró firme contra el acuerdo del Mercosur cuando llegó a la cumbre en Bruselas, presionando por más concesiones y más discusiones en enero.
“No estamos listos. No cuadra”, dijo. “Este acuerdo no puede firmarse”.
“Los agricultores y ganaderos ya enfrentan una enorme cantidad de desafíos”, dijo, mientras las protestas sacuden regiones alrededor de Francia. “No podemos sacrificarlos en este acuerdo”.
Preocupados por una ultraderecha en auge que reúne apoyo criticando el acuerdo, el gobierno de Macron ha exigido salvaguardas para monitorear y detener grandes disrupciones económicas en la UE, regulaciones aumentadas en las naciones del Mercosur como restricciones a pesticidas, y más inspecciones de importaciones en los puertos de la UE.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dijo al Parlamento italiano el miércoles que firmar el acuerdo en los próximos días “sería prematuro”.
“Esto no significa que Italia tenga la intención de bloquear u oponerse (al acuerdo), sino que tiene la intención de aprobar el acuerdo sólo cuando incluya garantías recíprocas adecuadas para nuestro sector agrícola”, dijo Meloni.
En cambio, España, Alemania y los países nórdicos respaldan firmemente el pacto, deseosos de impulsar las exportaciones mientras Europa se enfrenta a la competencia china y con un gobierno estadounidense proclive a los aranceles.
“Sería muy frustrante el que Europa no lograra un acuerdo con el Mercosur”, declaró el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a su llegada al Consejo Europeo.
“Si la Unión Europea quiere seguir siendo creíble en la política comercial global, entonces las decisiones deben tomarse ahora”, declaró el canciller alemán Friedrich Merz en Bruselas.
Frente a las visibles divisiones en Europa, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó el miércoles un ultimátum a los europeos. “Si no lo hacemos ahora, Brasil no hará ningún otro acuerdo mientras yo sea presidente”, sostuvo durante una reunión ministerial en Brasilia. “Si dicen que no, vamos a ser duros de aquí en adelante con ellos”.

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El acuerdo lleva 25 años en negociación. Una vez ratificado, cubriría un mercado de 780 millones de personas y una cuarta parte del producto interno bruto mundial.
Las tensiones políticas que han marcado al Mercosur en los últimos años -especialmente entre el presidente Javier Milei y el brasileño Lula da Silva, los dos principales socios del bloque- no han alterado la disposición de los líderes sudamericanos para sellar una alianza con Europa que resultará en beneficios para su producción agrícola.
Lula ha sido uno de los promotores más fervientes del acuerdo desde la economía más grande de América del Sur. Como anfitrión de la próxima cumbre, el presidente brasileño apuesta por cerrar el acuerdo el sábado y lograr un hito diplomático antes de las elecciones generales del próximo año, en las que buscará la reelección.
Milei, un cercano aliado ideológico de Trump, también apoya el acuerdo y ha señalado que Mercosur no debería verse como un escudo, sino como “una “lanza” para penetrar en los mercados globales.
sg/mcc
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