Miami.— Desde el inicio del segundo mandato de , el tablero político de EU se ha convertido en un campo de batalla donde la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer son piezas centrales del juego. Mientras unas manos dibujaban leyes para “proteger valores tradicionales”, otras levantaban pancartas exigiendo autonomía y derechos. Todo es un espectáculo que sólo podría describirse como una tragicomedia contemporánea: un presidente hablando de defender a las mujeres mientras restringe sus opciones; alzando sus voces frente a un escenario político adverso, y los coros de apoyo conservador clamando que toda marcha “en el nombre de la familia”.

El impacto de estas políticas ha catalizado una movilización masiva de agrupaciones feministas, organizaciones sociales y activistas.

EU sigue profundamente dividido en términos políticos y sociales. Según encuestas recientes, aproximadamente 48% de las mujeres votaron por Trump en las elecciones de 2024, mientras que 52% apoyaron a su oponente demócrata.

Lee también

Asistentes a la marcha del pueblo, donde hubo consignas a favor de los derechos de las mujeres, del aborto, de las minorías vulnerables, en Washington, el 18 de enero pasado. Foto: Max Aub / EL UNIVERSAL
Asistentes a la marcha del pueblo, donde hubo consignas a favor de los derechos de las mujeres, del aborto, de las minorías vulnerables, en Washington, el 18 de enero pasado. Foto: Max Aub / EL UNIVERSAL

Restricciones a los derechos reproductivos

Las restricciones al acceso al aborto y la eliminación de fondos federales para clínicas de salud como Planned Parenthood han sido puntos focales de la política de Trump en su segundo mandato. Estas medidas han tenido un impacto profundo en mujeres de bajos ingresos, quienes dependen de estos servicios para acceder a exámenes médicos, planificación familiar y cuidados esenciales.

Un informe reciente del Instituto Guttmacher señala que en 2025 más de 30% de las clínicas en áreas rurales han reducido sus servicios debido a la falta de fondos, dejando a miles de mujeres sin acceso a atención médica básica.

Cecile Richards, exdirectora de Planned Parenthood, señaló que “estas políticas no son sólo restrictivas; son un ataque directo a la dignidad y la salud de millones de mujeres en Estados Unidos”.

Lee también

Apenas el martes, el gobierno de EU informó de su plan de retirarse de un caso que defiende el acceso a abortos de emergencia y al mismo tiempo pidió a la Corte Suprema permiso para unirse a un caso contra Planned Parenthood.

En enero se llevó a cabo una protesta conocida como La Marcha del Pueblo, organizada días antes de la segunda investidura de Trump y que reunió a alrededor de 50 mil seguidores; incluyó demandas relacionadas con derechos reproductivos, igualdad de género y justicia social. La activista Cecile Richards destacó que “las mujeres no retrocederán ante políticas que buscan controlar sus cuerpos y limitar su autonomía”.

Transformaciones laborales

A pesar de que la administración Trump destaca logros como la reducción del desempleo femenino, que bajó de 4.3% en 2024 a 3.8% en 2025, los datos cuentan una historia más compleja. Según el Departamento de Trabajo, más de 60% de estos nuevos empleos son en sectores de baja remuneración, como manufactura y servicios, mientras que la brecha salarial de género persiste en 18%.

La suspensión de políticas diseñadas para combatir la discriminación salarial y el acoso en el lugar de trabajo ha intensificado estas disparidades. Fatima Goss Graves, presidenta del National Women’s Law Center, señaló a EL UNIVERSAL que “no podemos hablar de progreso cuando el acceso a la igualdad salarial y a un entorno laboral seguro no está garantizado. Estas acciones desmantelan años de lucha por la equidad”.

Organizaciones como Equal Pay Today han redoblado esfuerzos en campañas nacionales para visibilizar estas desigualdades. Sus informes destacan que, si bien más mujeres han ingresado a sectores tradicionalmente dominados por hombres, las condiciones laborales en dichos sectores reflejan niveles preocupantes de discriminación y precariedad. “Pero siguen sin igualarse los sueldos en responsabilidades ejecutivas donde las mujeres están ejerciendo el mismo nivel que los hombres”, subraya Gross.

Lee también

Trump también firmó una orden, en su primer día en su segundo mandato no consecutivo, en la que sólo reconoce a los dos géneros biológicos del nacimiento: hombre y mujer. Canceló los apoyos a las personas trans y prohibió a los sistemas públicos federales estadounidenses, como escuelas, oficinas y fuerzas armadas, a apoyar al movimiento.

La administración Trump también implementó medidas que restringen los derechos de las personas transgénero en áreas de participación de deportes femeninos, así como restricciones al acceso a baños, regaderas y vestidores para mujeres y refugios para personas que han sido víctimas de violencia doméstica. Justificadas como una forma de “proteger la equidad en el deporte y la seguridad de las mujeres”, estas políticas han sido ampliamente criticadas por organizaciones como Human Rights Campaign.

Sarah McBride, activista transgénero y portavoz de Human Rights Campaign, declaró que “no hay equidad cuando un grupo de personas es sistemáticamente excluido. Estas políticas promueven la división y perpetúan estereotipos dañinos”. Según un informe de la Alianza de Gays y Lesbianas contra la Difamación (GLAAD, por sus siglas en inglés), los incidentes de discriminación contra personas transgénero han aumentado 25% desde finales de 2024.

Lee también

En el ámbito educativo, la administración eliminó protecciones clave contra el acoso sexual en universidades bajo el Título IX estadounidense. Según Betsy DeVos, estas medidas estaban destinadas a “restaurar el debido proceso para todas las partes involucradas”. Sin embargo, muchas sobrevivientes ven estas acciones como un debilitamiento de las herramientas disponibles para denunciar y buscar justicia en casos de violencia sexual.

Jessica Valenti, escritora y activista feminista, denunció: “Eliminar protecciones en las universidades es un retroceso devastador. Estas políticas envían un mensaje claro: el bienestar de las sobrevivientes no es una prioridad”. Desde 2025, las denuncias de acoso sexual en campus han disminuido en 15%, lo cual, según organizaciones como Know Your IX, no refleja una disminución real de los incidentes, sino falta de confianza en instituciones.

Movimientos sociales

El segundo mandato de Trump también ha catalizado un resurgimiento y evolución de los movimientos sociales. El #MeToo sigue siendo una plataforma clave para denunciar el acoso y la violencia de género. Tarana Burke, fundadora del movimiento, comentó: “En tiempos de retrocesos políticos, la resistencia de las mujeres debe ser aún más fuerte”.

El movimiento #HerToo, que representa a mujeres conservadoras, ha ganado fuerza al posicionarse como una alternativa al feminismo progresista. Kayleigh McEnany, una de las líderes, declaró que “el feminismo no debe excluir a las mujeres con valores tradicionales. Nuestras historias merecen ser escuchadas”.

Planned Parenthood ha continuado siendo una de las organizaciones más visibles en la defensa de los derechos reproductivos. Además, colectivos como Amnistía Internacional y Human Rights Campaign han trabajado en la defensa de los derechos de las personas transgénero.

Lee también

En el lado conservador hay órganizaciones como Concerned Women for America (CWA), que han respaldado las políticas de Trump. Penny Nance, presidenta de CWA,

Además, Family Research Council (FRC) ha desempeñado un papel importante en la promoción de políticas que consideran alineadas con los valores tradicionales.

Entre restricciones, protestas y discursos grandilocuentes, la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres en EU es un maratón con obstáculos.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios