El presidente electo de Bolivia,, está consciente de que gobernar el país no será un reto fácil. En entrevista con, reconoce que la nación enfrenta “graves problemas económicos que demandan soluciones urgentes”, y subraya la necesidad “de cerrar de una vez el y división” que, afirma, “promovieron los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).

Paz, quien asumirá el cargo el 8 de noviembre, apuesta por un “nuevo modelo de economía que desconcentre 50% del presupuesto nacional hacia las regiones” y señala que Bolivia necesita una “reconstrucción institucional; devolver independencia al órgano judicial luego de años de sometimiento al poder político, es una de las prioridades”.

Sobre la relación con México, destaca que “los pueblos de Bolivia y México siempre han sido muy cercanos, y ese es un tema central”; asegura que “nosotros no condicionaremos nuestra política de relacionamiento internacional, comercial o estratégica, a las afinidades ideológicas, Bolivia necesita mucho más que eso”.

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¿Cómo se siente con su triunfo?

—Doy gracias a Dios primeramente porque sin su ayuda esto no hubiera sido posible. A la gente, por confiar en que podemos hacer un buen gobierno; porque aquí no ganó Rodrigo Paz Pereira, ganó Bolivia, porque en democracia ganamos todos.

Muchos lo llamaron la sorpresa de Bolivia. ¿Qué significa para usted haber ganado la presidencia de su país?

—Una gran responsabilidad, porque Bolivia atraviesa graves problemas económicos que demandan soluciones urgentes, además de la necesidad de cerrar de una vez el ciclo de polarización y división que promovieron los gobiernos del Movimiento al Socialismo [MAS]. Nuestros objetivos son aplicar las medidas necesarias para estabilizar la economía, asegurar el abastecimiento de combustibles, un tema especialmente grave en el último año, pero sobre todo frenar la inflación que ha golpeado el presupuesto de las familias.

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¿Qué opinión tiene de los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce (aún en el poder)?

—La opinión la dio el pueblo boliviano en las elecciones del 17 de agosto y 19 de octubre. El Movimiento al Socialismo tiene menos de 5% de respaldo y los otros candidatos que provenían del mismo tronco político estuvieron todos por debajo de 8%. El presidente Arce, al que le queda muy poco tiempo en el poder, tiene 90% de rechazo, y Evo Morales también ha quedado fuera, ya no está en las preferencias de la gente, eso dice mucho de lo que fueron sus gobiernos.

¿Qué diferencia hubo entre usted y el candidato y expresidente Jorge Quiroga? ¿Por qué cree que la gente votó por usted para ser su presidente?

—Hace casi 70 años hubo un presidente, Gualberto Villarroel, que dijo una frase que para mí tiene un significado muy profundo: “No soy enemigo de los poderosos, pero soy más amigo de los pobres y humildes”. Eso resume mi manera de ver y sentir las cosas.

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¿Cuál es el panorama que ve usted en Bolivia en estos momentos y cuáles son los cambios urgentes que el país necesita?

—Como dije: estabilizar la economía para luego impulsar la reactivación, lograr la unidad de un país que fue artificialmente dividido y polarizado por los gobiernos del MAS; y un nuevo modelo de economía que desconcentre 50% del presupuesto nacional hacia las regiones. Además, y esto no es lo menor, debemos emprender reconstrucción institucional; devolver independencia al órgano judicial luego de años de sometimiento al poder político, es una de las prioridades.

¿Cómo serán las relaciones de Bolivia con gobiernos de izquierda, como Cuba, Venezuela o México?

—Estamos abiertos a tener relaciones provechosas con todos los países que compartan intereses comerciales y estratégicos, en especial en nuestra región.

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¿Y con Estados Unidos?

—Vamos a retomar las relaciones con Estados Unidos que fueron suspendidas por Evo Morales, y esperamos poder restablecer esos vínculos estratégicos con todos los países del eje continental.

¿Cómo ve la relación con México? ¿En qué profundizaría?

—Los pueblos de Bolivia y México siempre han sido muy cercanos, y ese es un tema central. Seguramente conversaremos sobre muchos asuntos de interés para ambos países en el campo del comercio, la cultura, el desarrollo tecnológico, etcétera. Nosotros no condicionaremos nuestra política de relacionamiento internacional, comercial o estratégica a las afinidades ideológicas, Bolivia necesita mucho más que eso. Envío un cálido saludo para todos los mexicanos y esperamos trabajar en conjunto.

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