Bruselas.— El compromiso contraído en la Agenda 2030 de alcanzar la igualdad de género no sólo sigue siendo un objetivo lejano, los fuertes vientos mundiales en contra están poniendo en peligro los progresos que habían sido mínimos o moderados.
Desde la pandemia, no sólo ha habido una desaceleración de los esfuerzos en la consecución de la paridad de género en la vida pública, sino un retroceso en algunos ámbitos, pues como suele ocurrir, las mujeres, los niños y las personas vulnerables se llevan la peor parte de las crisis. La emergencia sanitaria eliminó en 2020 el 4.2% de los empleos de las mujeres, en comparación con 3.5% de los hombres. Como consecuencia, el año siguiente sólo 43.2% de las mujeres en edad de trabajar en el mundo estaban empleadas, en comparación con 68.6% de los hombres, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo.
La guerra iniciada por el presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania también ha tenido un impacto devastador en las mujeres y las niñas de todo el mundo, ampliando las brechas de género y aumentando las tasas de inseguridad alimentaria y desnutrición, afirma la Organización de Naciones Unidas dedicada a promover el empoderamiento de las mujeres, ONU Mujeres.

En particular, la crisis energética y el incremento del costo de la vida en 2023, interrelacionada a la campaña bélica de Putin en Ucrania, afectó más a mujeres que a hombres debido a una combinación de factores, como la brecha salarial, la inseguridad de los ingresos de la mujer, el acceso a pensiones más bajas y la ocupación en actividades no remuneradas relacionadas con el cuidado y el hogar. “La pobreza energética afecta más a las mujeres, ya que ellas representan 85% de las familias monoparentales y a menudo son las responsables de las tareas que más dependen de la energía”, señala una investigación publicada por el Departamento de Políticas de Derechos de los Ciudadanos y Asuntos Constitucionales del Parlamento Europeo.
Según la Organización Mundial de la Salud, 3.2 millones de personas en todo el mundo, desproporcionadamente mujeres y niños, mueren prematuramente cada año por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire en el hogar causada por cocinar y calentar con combustibles y tecnologías ineficientes y contaminantes.
Faltando sólo cinco años de la fecha pactada, la meta tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se fija como finalidad la promoción de la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer parece que terminará siendo un mero compromiso de buenas intenciones. Los avances han sido lentos en atender las necesidades particulares de la mujer, según el último informe del Secretariado de la Asamblea General del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas sobre los progresos realizados para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Lee también Mujeres, los desafíos
Muchas siguen sin controlar su salud sexual y reproductiva. La cobertura de planificación familiar con métodos anticonceptivos modernos en mujeres en edad de procrear, ha aumentado modestamente, de 76.5% en 2015 a 77.6 % en 2024, mientras que la tasa de natalidad en adolescentes se redujo ligeramente, pasó de 47.2 nacimientos por cada mil a 40.7 durante el mismo periodo. Millones de mujeres continúan siendo incapaces de decidir sobre su futuro, como resultado de prácticas perversas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina. En 2023 habían contraído matrimonio 640 millones de niñas, un tercio de ellas en India. El compromiso planetario es eliminar esa práctica de aquí a 2030.
La violencia de la que son víctimas no para. En América y Europa, la media de la prevalencia de la violencia sexual es de 3.0% en el caso de las mujeres y 0.8% de los hombres. Fuera de esas regiones, los datos estadísticos son escasos, lo que es sinónimo de una enorme desatención de la problemática.
En materia de empoderamiento, especialmente en la vida pública y los puestos directivos, al ritmo actual, tendrán que pasar 176 años para lograr la paridad en puestos directivos. Si bien la mujer representa 40% de la fuerza laboral, en 2022 ocupó sólo 27.5% de los puestos de gestión, por debajo de 28.5% el año previo.
Lee también Mujeres migrantes, en la inseguridad
Igual de lejano está el objetivo de acabar con la discriminación. Los últimos datos muestran que de 120 países, 55% carecen de leyes que prohíban la discriminación directa o indirecta de las mujeres. Otro estudio correspondiente a datos comunicados a la ONU por 105 países entre 2018 y 2022, muestra que sólo 26% cuentan con sistemas integrales para el seguimiento de la igualdad de género, así como con partidas financieras específicas.
La Secretaría del Consejo Económico y Social de la ONU señala con contundencia que “no cabe duda de que no se avanza según lo previsto hacia la igualdad de género. Es urgente cuestionar las normas sociales sesgadas, eliminar las prácticas nocivas y modificar las leyes discriminatorias, y resulta imprescindible que aumenten el número de puestos de liderazgo que ocupan las mujeres y las inversiones en igualdad de género a nivel nacional, regional y mundial”.
El Banco Mundial advierte que la economía global se estancará este año, resultado de una mayor incertidumbre política y cambios adversos en la política comercial. El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump amenaza con aranceles y con desatar una guerra al comercio.
El organismo prevé un crecimiento de 2.7%, tasa que será insuficiente para fomentar un desarrollo económico sostenido, lo que exacerbará la desigualdad de los ingresos y dificultará el progreso hacia una mayor equidad, siendo algunos de los capítulos más afectados en contextos en los que la economía pierde fuerza.