Miami.— Más allá de gritar y promover insultos y violencia política y personal contra sus adversarios, para los seguidores de Donald Trump, la imagen que él proyecta sigue siendo la de un líder fuerte que desafía a la élite política y defiende la independencia de Estados Unidos frente a influencias externas. A pesar de los numerosos juicios y controversias, sus simpatizantes lo ven como una figura que lucha contra un sistema que consideran corrupto y manipulado en su contra. Este grupo suele interpretar los ataques de Trump hacia la candidata demócrata y vicepresidenta Kamala Harris y otros oponentes como parte de su autenticidad, viéndolo como un guerrero que enfrenta a sus rivales sin tapujos. Encuestas revelan que un alto porcentaje de estadounidenses lo asocian con rasgos autoritarios y lo ven como un factor que profundiza las divisiones sociales, particularmente en temas de inmigración, derechos civiles y justicia social.
Trump nació el 14 de junio de 1946 en Queens, Nueva York, en el seno de una familia acomodada; Trump es segunda generación familiar nacida en Estados Unidos. Su padre, Fred Trump, fue un exitoso desarrollador inmobiliario en Nueva York que, desde una temprana edad, introdujo a Donald en el mundo de los negocios. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por una educación disciplinada y competitiva; a los 13 años fue enviado a la Academia Militar de Nueva York, una decisión que moldeó su carácter en términos de liderazgo y disciplina, pero también en una búsqueda constante de poder. Este entorno le inculcó una mentalidad de “ganar a cualquier costo”.
La familia Trump se ha convertido en un pilar de la marca y narrativa pública de Donald. Ha estado casado tres veces y cada matrimonio ha dejado una marca en su vida pública. Su primera esposa, Ivana Trump, una modelo checa, fue su socia en los primeros días de la Trump Organization y madre de sus tres hijos mayores, Donald Jr., Ivanka y Eric. Durante su mandato, Ivanka se convirtió en asesora de la Casa Blanca y en una de sus figuras públicas más moderadas, mientras que Donald Jr. y Eric asumieron roles activos en sus negocios y se convirtieron en defensores firmes de su carrera política.
Su segundo matrimonio con Marla Maples, una actriz estadounidense, resultó en una breve relación, pero dio lugar a su hija Tiffany, quien, aunque menos involucrada en la política, ha apoyado a su padre en momentos clave. Su tercera esposa, Melania Knauss, exmodelo eslovena y madre de su hijo menor, Barron, ha proyectado una imagen de elegancia y apoyo en el ámbito público. Como primera dama, Melania mantuvo un perfil discreto y su hijo Barron ha permanecido protegido de los reflectores. La familia Trump ha sido la representación de una dinastía de éxito y lujo, especialmente para sus seguidores, quienes ven en esta imagen un símbolo de logro y perseverancia, a pesar las sombras que persiguen a Trump.
La trayectoria política de Trump es corta, pero efectiva. Comenzó en 2015 cuando anunció su candidatura a la presidencia como republicano, promoviendo una plataforma populista y nacionalista bajo el lema Make America Great Again, (MAGA). En 2016 ganó las elecciones contra Hillary Clinton y asumió la presidencia en enero de 2017. Durante su mandato implementó políticas del corte proteccionista, como el aumento de aranceles a China y la renegociación del TLCAN (que se convirtió en el T-MEC). También impulsó un enfoque restrictivo en inmigración, incluyendo el mantenimiento y la construcción de muros en la frontera sur y amplió las restricciones a programas de asilo; especialmente durante el inicio de la pandemia de Covid-19, a través del llamado Título 42.
Trump fue objeto de dos juicios políticos (impeachments) en su mandato; el primero, por abuso de poder y obstrucción al Congreso, relacionado con sus presiones a Ucrania para investigar a Joe Biden, y a su hijo, Hunter. Y el segundo, por incitar el asalto al Capitolio en enero de 2021. Aunque fue absuelto en ambos casos por el Senado, su presidencia dejó una profunda división política en el país, pero aún carga en su haber un juicio judicial por la toma del Capitolio.
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En 2021, tras dejar el cargo, Trump continuó influyendo en el Partido Republicano y se postuló nuevamente para las elecciones de 2024, defendiendo su narrativa de fraude electoral en 2020 y reforzando sus temas de inmigración, economía y políticas de “América Primero”.
En inmigración, un tema de enorme valor político, propone un enfoque de “ley y orden” con políticas restrictivas en la frontera, incluyendo la construcción de muros adicionales y restricciones de asilo, así como redadas y deportaciones masivas.
En su propuesta económica plantea reducir impuestos corporativos y continuar eliminando regulaciones para promover la inversión y el crecimiento del sector privado, especialmente en industrias tradicionales como el petróleo y el gas. Su agenda se centra en revitalizar el empleo en sectores industriales y manufactura, defendiendo un enfoque proteccionista y limitando la globalización para mantener los empleos en territorio estadounidense. Quiere eliminar o recortar impuestos sobre la seguridad social y fomentar que las grandes corporaciones retengan más ganancias para reinvertir.
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En materia de salud se ha comprometido a reformar y reducir las regulaciones de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare), promoviendo alternativas de salud privada y eliminando requisitos de cobertura mínima. En cuanto a los derechos reproductivos, apoya restricciones estrictas sobre el aborto y, posiblemente, la prohibición a nivel nacional, respaldado por su política de nombrar jueces conservadores en la Corte Suprema.
Sobre el cambio climático y la energía, cuestiona la gravedad que el mundo sufre a causa del cambio climático y propone fortalecer la producción de combustibles fósiles, enfocándose en la independencia energética a través de recursos tradicionales como petróleo y gas natural. Desmantelaría regulaciones ambientales y retiraría a EU, nuevamente, de acuerdos internacionales.
Mientras, el exmandatario enfrenta cargas que la vicepresidenta no: en el estado de Georgia enfrenta cargos relacionados con la presunta interferencia en los resultados de las elecciones de 2020. Sobre los documentos clasificados confiscados por el FBI en Mar-a-Lago, cuando Trump ya no era presidente, las autoridades lo han acusado de violar la Ley de Espionaje y de obstruir los intentos de recuperar estos documentos cuando le solicitaron información y cuando trató de desviar la atención de las autoridades sobre el caso.
En Nueva York fue juzgado culpable de los 34 cargos presentados en su contra por falsificación de documentos contables, a fin de esconder un pago destinado a silenciar a la exactriz porno Stormy Daniels.