Bruselas.— La agresión armada del presidente ruso Vladimir Putin contra ha obligado a los países de la Unión Europea () a salir de su zona de confort en materia de seguridad y defensa.

Los presupuestos militares van en línea ascendente, los almacenes de los ejércitos de tierra y los hangares de las fuerzas aéreas están cargados de proyectiles y municiones, y el frente este europeo es reforzado por sistemas de defensa de misiles balísticos alineados a la OTAN.

Igualmente, se han tomado decisiones nunca antes adoptadas en conjunto, como el uso de presupuesto comunitario para comprar metralla y blindados, así como asistir a un tercer país a defenderse militarmente.

Lee también

Soldados del Ejército francés, a bordo del portahelicópteros anfibio Mistral de la Armada Francesa en un ejercicio naval conjunto con tropas de Costa de Marfil en San Pedro. Foto: Issouf Sanogo / AFP)
Soldados del Ejército francés, a bordo del portahelicópteros anfibio Mistral de la Armada Francesa en un ejercicio naval conjunto con tropas de Costa de Marfil en San Pedro. Foto: Issouf Sanogo / AFP)

Más recientemente, acordaron flexibilizar la regla de oro sobre endeudamiento público para inyectar en los próximos cuatro años alrededor de 800 mil millones de euros para el rearme de Europa.

A la par de estas evoluciones inéditas, otro tabú del fin de la Guerra Fría está desapareciendo: el que tiene que ver con el servicio militar obligatorio, un debate político que está tomando seriedad en la opinión pública de los países europeos y que figura en las agendas de los legisladores.

En Países Bajos, cuando el Partido Democristiano (CDA) trató de introducir el tema en la agenda, años antes de la segunda invasión rusa a Ucrania, el resto de las fracciones desestimaron la propuesta al tacharla de “broma fuera de lugar”. En febrero pasado, la Cámara escuchó con atención lo que tuvo que decir el legislador democristiano Derk Boswijk: “Esto es inevitable (...) algo así no se puede arreglar en cinco o seis años, pero tenemos que empezar”.

Lee también

“En este momento no podemos descartar nada, ni siquiera la reintroducción del servicio militar obligatorio. La seguridad ya no es algo dado”, dijo por su parte Olger van Dijk, del partido holandés Nuevo Contrato Social.

El Viejo Continente no es un mosaico homogéneo en el rubro del adiestramiento castrense obligatorio de la población civil. Después de la caída del Muro de Berlín, ese requisito fue abandonado en gran medida porque la idea de una guerra prolongada de alta intensidad fue declarada cosa del pasado.

Como resultado, entre 1994 y 2024, países como Francia, Alemania, Italia y Polonia vieron reducir a la mitad el número de efectivos, al pasar a modelos militares basados exclusivamente en voluntarios. Esto a su vez condujo a una disminución de las capacidades. Alemania pasó de 215 batallones en 1990 a 31 en 2023.

Aunque hubo naciones que nunca abandonaron la conscripción, como Dinamarca, Estonia, Finlandia y Noruega. En una conferencia celebrada en Bruselas por el think tank Friends of Europe, el presidente finlandés Alexander Stubb explicó los motivos: su país siempre ha considerado a Rusia, como vecino expansionista, una amenaza.

Lee también

“Hemos tenido más de 30 guerras o conflictos con Rusia desde el siglo XIII. Siempre hemos comprendido que debemos estar preparados”, aseguró. De ahí que Helsinki cuente con 900 mil hombres y mujeres adiestrados militarmente y 280 mil listos para despliegue.

Grecia, en tensión permanente con Turquía, y la isla de Chipre, dividida desde 1973 por la ocupación turca de la zona norte, siempre han preservado esta práctica. En la isla, lo es para todos los varones grecochipriotas de entre 18 y 50 años durante un periodo de 14 meses.

Austria y Suiza completan la lista de los países de Europa en donde el servicio militar obligatorio nunca ha sido abolido, mientras que en Irlanda e Islandia (que no tiene Ejército), ese requisito en ninguna ocasión se ha considerado.

Lee también

Después de que Rusia se apoderara de la península ucraniana de Crimea, fue revivido en Lituania, en 2015 y en Suecia en 2018. Letonia hizo lo propio en 2024 en reacción a la guerra a gran escala contra Ucrania iniciada por Rusia en 2022.

De acuerdo con el International Institute for Strategic Studies (IISS) con sede en Londres, las discusiones en curso en Bulgaria, República Checa, Alemania, Hungría y Rumania demuestran que, aunque a grados diferentes, es un tema que ocupa una vez más a los planificadores de seguridad nacional.

El documento estratégico sostiene que la decisión de mantener el actual status quo o restablecer el servicio militar obligatorio, está dependiendo de factores como la percepción de la amenaza, la geografía y la situación geopolítica, así como el tamaño de la población, experiencias y el presupuesto público.

“La situación geopolítica específica de los países nórdicos y bálticos, y su proximidad a Rusia, han llevado a estos Estados a adoptar conceptos de defensa global o de defensa total”.

Lee también

En Europa no hay un sistema único, aunque predominan tres modelos. Está el llamado modelo sueco, el cual tiene como principio central la motivación. Cada año se envía a cerca de 100 mil personas un cuestionario, en el que responden sobre salud, educación, récord criminal y opinión sobre el servicio militar. A partir de ahí se aplican varios filtros, incluyendo un examen sicológico y médico. Al final suelen quedar unos 9 mil candidatos que reciben adiestramiento entre nueve y 15 meses.

Otro es el estonio, los voluntarios pueden presentarse antes de ser llamados y con ello tienen el control sobre su servicio, es decir, pueden elegir el momento más conveniente. De no haber suficientes voluntarios se recurre al sorteo con elección aleatoria, sistema aplicado en Dinamarca, Letonia y Lituania. Dinamarca tiene previsto aumentar la planilla de 4 mil 700 en 2023 a 6 mil en 2026 hasta llegar a 7 mil 500 en 2033.

El tercer modelo incluye el enfoque de la equidad de género y una ampliación de las funciones militares. En Noruega y Suecia el servicio militar obligatorio es de género neutro, mientras que Dinamarca lo introducirá a partir de 2027: “Para muchos países, introducir el servicio militar obligatorio para las mujeres es una forma de ampliar el potencial de reclutamiento en tiempos de cambio demográfico y escasez de personal”, detalla el IISS.

Lee también

En una serie de actos públicos y mesas redondas a puerta cerrada celebrados por el European Policy Centre, centro de estudios con sede en Bruselas, el consenso general ha sido que, si bien el servicio militar universal puede ser necesario en algunos Estados europeos, sobre todo en el flanco oriental, no es una solución fácil o viable para los países que lo abolieron o suspendieron en las últimas décadas: en Bélgica expiró en 1995, en Francia y España en 2001, y Alemania en 2011.

Los países no disponen de la infraestructura, ni del personal para acoger a un gran número de reclutas. El factor económico es otro aspecto de las discusiones, tiene repercusiones en la productividad y en el desarrollo personal del recluta, quien al final asume los costes.

Estudios realizados en los Países Bajos calculan que la pérdida de ingresos por el servicio obligatorio es de entre 3% y 5%, en tanto que en Dinamarca el efecto negativo acumulado en los reclutas se estima en 23 mil dólares a lo largo de la vida por 12 meses en servicio.

Lee también

El Instituto de Investigación Económica (IFO), con sede en Múnich, calcula que enrolar sólo a 5% de los candidatos, tendría un costo para el PIB alemán de 0.1% o 3 mil millones de euros.

Las asociaciones que representan al personal de las fuerzas armadas y los sindicatos consultados por el EPC, argumentan que en lugar del reclutamiento general, tiene más sentido invertir en hacer atractiva la carrera en las fuerzas armadas y la creación de reservas formadas por antiguos soldados experimentados.

El remedio al bajo enrolamiento en las Fuerzas Armadas, puede estar en mejorar los salarios. En adaptarse a las actuales actitudes sociales y en ser más flexibles en las estructuras y funciones, particularmente, en aquellas centradas en tecnología.

Igualmente, prevén mayores resultados forjando alianzas con el sector privado para que los reservistas puedan ser llamados a las filas, conservando su empleo y salario.

Estonia es uno de los mayores casos de éxito. El país Báltico tiene una de las defensas más avanzadas en materia de seguridad cibernética tras haber creado una unidad estatal apoyada por una red que combina los conocimientos de voluntarios cualificados, y los sectores público y privado.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios