Roma.— “Francisco era un hombre universal que prefirió construir puentes en lugar de muros”, asegura, en entrevista con EL UNIVERSAL, Alberto Barranco Chavarría, embajador de México ante la Santa Sede.
“Defendió a los marginados, tal como lo hizo Cristo”, señala. Sobre el futuro Pontífice, considera que más allá de dónde provenga, deberá enfocarse no sólo en temas espirituales, sino en asuntos “como la pobreza, las guerras, las migraciones y el cambio climático”.
El embajador explica que la presidenta Claudia Sheinbaum “no asistirá al funeral de Francisco por los delicados problemas que enfrenta actualmente México”. En su lugar, va la secretaria de Gobernación Rosa Icela Rodríguez.
¿Qué significado tiene para México y América Latina el fallecimiento del papa Francisco?
—Es algo que nadie deseaba, pero que se esperaba por el difícil estado de salud del Papa y porque los dos episodios que pusieron en peligro su vida lo transformaron en un hombre muy frágil, que no hubiera podido mantener un pontificado con el vigor y la fuerza que le imprimió en buena parte de los 12 años que estuvo al frente de la Iglesia. Nos dejó un hombre universal, un hombre que tenía bien ubicado lo que pasaba en el mundo, un hombre que nunca perdió la espiritualidad y que quiso apagar el sufrimiento en el mundo, no sólo católico. Es por ello que fue un hombre de diálogo. En una ocasión dijo que había que construir puentes en lugar de muros y él los construyó.
El diálogo que estableció con todas las iglesias, con las ortodoxas, anglicanas, etc., es una prueba. Todo el mundo se conjuntó con él para pedir por la pandemia y para pedir por la paz. Por estos y muchos otros motivos su muerte es muy dolorosa, pero nos legó un gran regalo: su honestidad, su coraje y su tesón para alcanzar sus objetivos, pero también su humildad y de manera especial su sencillez.
¿Es posible que el futuro Papa pueda dar continuidad a la manera de gobernar de Francisco?
—Yo creo que no debe haber lo que se llama continuismo, pero sí una línea que de alguna manera retome algunas de las reformas que Francisco aprobó y que han dado frutos. En África y Asia, por ejemplo, está creciendo el cristianismo entre los jóvenes, por quienes el Papa, junto con los niños, tenía un especial aprecio. En esas partes del mundo también las vocaciones están creciendo, cuando en Europa y América disminuyen.
México tiene el campeonato en materia de vocaciones, con Jalisco a la cabeza. El nuevo Papa que deberá tener pleno conocimiento y conciencia de las cosas que ocurren no sólo en el ámbito espiritual, sino también en lo material: a Francisco le preocupaba mucho el desequilibrio ecológico, el cambio climático, la migración, el sufrimiento de la gente a causa de los bombardeos a las poblaciones civiles, a las mujeres, niños y ancianos. Si el nuevo Papa mantiene esa línea, cambiando obviamente estilo y expresiones, creo que la Iglesia irá en ascenso.
En su opinión, ¿es posible que un italiano pueda ser Papa? Los tres últimos no lo han sido. ¿O puede consolidarse la tendencia de un Papa no italiano?
—Para mí lo que va a prevalecer es el futuro de la Iglesia y no el lugar o la región de donde provenga el nuevo Papa. No es significativo que el Papa pueda provenir de América, África, Asia o Europa, ni que sea blanco o de color o que se quiera regresar a los orígenes del Papa italiano. Todo esto es secundario frente a lo que requiere la iglesia, que es un líder con la fuerza moral que tenía Francisco, porque sólo así podrá mediar en conflictos internacionales. También deberá contar con una voz potente para convencer, para construir puentes. Importante es el que logre crear un equilibrio entre las facciones progresistas y tradicionalistas dentro de la Iglesia, que se encuentre en el justo medio, pero que tenga claro que en este mundo hay pobres y que Cristo prefirió a los pobres y vivió entre los pobres. El nuevo Papa tendrá también que tener un equilibrio en materia dogmática, interpretar el Evangelio de tal manera que, entre comillas, modernice la actitud, pero mantenga el cimiento.
¿Cuál es el motivo por el que la presidenta Sheinbaum no asiste al funeral de Francisco, en el que estarán presentes 170 entre jefes de Estado, de gobierno y altos representantes de nobleza?
—Sí, efectivamente, viene un nutrido grupo de líderes del mundo, pero el contacto que pueda haber entre ellos es mínimo.
Es oficial que habrá no pocos encuentros bilaterales: “No sé si tendré tiempo para cumplir con todos los encuentros que tengo previstos”, escribió el presidente Trump.
—Es cierto, pero de América Latina, una región profundamente católica, son pocos los mandatarios que asistirán a la ceremonia.
Aún no me aclara el motivo de la ausencia de la Presidenta.
—La presidenta Sheinbaum decidió no asistir porque la situación en México está muy difícil por la cuestión de temas tan delicados como el de los migrantes, el de los aranceles y muchos otros. No obstante, nuestro país tiene una muy buena representación encabezada por la secretaria de Gobernación.