Roma.— Así como cuando asumió el 19 de marzo de 2013 había reunido a los poderosos de la Tierra junto a los últimos, el Papa del fin del mundo que pregonó toda su vida la cultura del encuentro, volverá a hacer lo mismo este sábado, según lo dejó establecido, en su despedida final.
En un funeral solemne que él quiso que fuera simple, porque el que se está despidiendo “es un pastor y no un monarca”, como recordaron la mañana de este viernes en el Vaticano, estarán Donald Trump, su antecesor, Joe Biden, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron, Javier Milei, Lula da Silva, don Felipe y doña Letizia, Ursula von der Leyen y sigue la lista.
Trump confirmó que se reunirá en Roma con la primera ministra italiana, Meloni, pero prefirió no responder a la pregunta de si también está prevista una reunión cara a cara con su par ucraniano, Volodimir Zelensky, ni tampoco reveló la lista de líderes con los que se reunirá en las próximas horas.
Zelensky dijo que su viaje a Roma para el funeral del papa Francisco estaba en duda. Declaró que “no estaba seguro de tener tiempo”. Añadió: “Si tengo tiempo, sin duda estaré ahí”.
Para el sábado están previstas reuniones entre el presidente y sus jefes militares. “No sé cuánto tiempo llevará”, explicó Zelensky.
En el funeral solemne en una Plaza de San Pedro abarrotada y blindada por medidas de seguridad extremas, llegan por lo menos 50 jefes de Estado, una decena de soberanos reinantes, ministros, gobernantes, embajadores, líderes religiosos de diversos credos, diplomáticos; al menos 170 delegaciones extranjeras. Como fue su voluntad, no faltan tampoco sus hijos predilectos: su amigo, el cartonero Sergio Sánchez —que también estuvo en la misa de inauguración de pontificado— y también trans, pobres, prostitutas, migrantes y detenidos que obtuvieron un permiso especial.
Es un funeral sin precedente no sólo por esta cumbre de potentes y marginados. Además, porque por primera vez en décadas, el Papa no es enterrado en la Basílica de San Pedro. El féretro de Francisco se preveía fuera trasladado en una procesión, que seguramente será imponente, hasta la Basílica de Santa María la Mayor. Su coche fúnebre pasará los seis kilómetros que dividen las dos basílicas papales, atravesando a paso de hombre el corazón histórico de Roma —corso Vittorio Emanuele II, Piazza Venezia, Fori Imperiali—, para darle ocasión a las miles de personas que no podrán acceder a la zona del Vaticano, de también decirle adiós.
En una despedida que evidentemente planificó desde hace muchos años, al llegar a la Basílica de Santa María la Mayor, su predilecta, donde se encuentra su Virgen favorita, se espera lo reciban en sus escalinatas un grupo de olvidados del mundo, con una rosa blanca —su flor favorita— en mano. Horas antes, en la misa solemne, presidida por el cardenal italiano Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio y concelebrada por cardenales, obispos y sacerdotes, se preveía la presencia de muchísimos jóvenes.
Aunque por la muerte del Papa se canceló la canonización de Carlo de Acutis, que debería haber tenido lugar el domingo, no se suspendió el Jubileo de los Adolescentes. Y este sábado era impresionante la cantidad de jóvenes que se acercaron al Vaticano para despedirse, con mucha alegría, pancartas, cantos, de un Papa de 88 años, pero joven de alma y abierto a “todos, todos, todos”.
También se esperaba la presencia de varios parientes del Papa, que son sobrinos directos, parientes de ramas más lejanas, como una de Córdoba, así como de la rama piamontesa. La única hermana viva del Papa, María Elena, la menor de los cinco Bergoglio, que no está bien de salud desde hace años y que jamás pudo ver a su hermano vestido de Papa, no estará presente.
José María del Corral, uno de los presidentes del movimiento Scholas Occurrentes, que en la misa de asunción de Francisco estuvo en primera fila con su guardapolvo blanco, también estará presente. Y varios otros amigos argentinos como su exvocero en tiempos de arzobispo porteño, el sacerdote Guillermo Marcó, que viajó junto al dirigente musulmán Omar Abboud y al rabino Daniel Goldman, los tres fundadores del Instituto para el Diálogo Religioso.
La secretaria de Gobernación, por México
Después de haber sido designada como representante de México para asistir a los funerales del papa Francisco, la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Rosa Icela Rodríguez, llegó al Vaticano. A través de sus redes, Rodríguez compartió una foto en la Puerta de la Plegaria de la Basílica de San Pedro, acompañada del embajador Alberto Barranco Chavarría y de Clara Luz Flores, titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención y Reconstrucción del Tejido Social de la Segob. Con información de agencias