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El Ejército israelí rescató al rehén Qaid Farhan Kadi, un beduino de 52 años, en el sur de la Franja de Gaza, donde permanecía secuestrado por Hamas desde el pasado 7 de octubre, informó un comunicado castrense.
"Su estado de salud es estable y está siendo trasladado al hospital para hacerle más pruebas médicas", aseguraron las fuerzas armadas, que ya han informado a su familia del rescate.
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De los 251 secuestrados el 7 de octubre, quedan en el enclave 104 cautivos -34 confirmados muertos-, mientras que hay otros cuatro rehenes desde hace años, de ellos dos soldados muertos.
La "compleja operación", según las fuerzas armadas, se llevó a cabo de la mano de la agencia de inteligencia interior de Israel, el Shin Bet, y permitió sacar tras 326 días de cautiverio en la Franja a Al Qadi.
"No pueden publicarse más detalles por consideraciones sobre la seguridad de nuestros rehenes, la de nuestras fuerzas y la seguridad nacional", añadió el comunicado castrense.
Al Qadi fue secuestrado en el kibutz -comunidad agraria- de Magen, a unos 5 kilómetros de la frontera con Gaza, cuando estaba trabajando en una fábrica de embalaje.
"Estamos haciendo todo lo posible para salvar a todos los secuestrados", dijo en un comunicado el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi.
El Foro de las Familias de los Rehenes, la principal plataforma que representa a los familiares de los secuestrados el 7 de octubre, celebró el rescate, pero dejó claro que el resto de rehenes que todavía quedan en Gaza necesitan un acuerdo de alto el fuego para poder salir.
"Pedimos urgentemente a la comunidad internacional mantener la presión a Hamas para aceptar la propuesta de acuerdo", dijo el grupo.
En su ataque del 7 de octubre, Hamás lanzó unos 3.000 cohetes hacia territorio israelí. En total, seis personas murieron en la comunidad beduina Al Bat -todas por impacto de los proyectiles- de las cuales cinco eran menores de edad. Otro niño beduino de 5 años murió en la cercana Arara en las mismas circunstancias.
Al Bat, al igual que otras 36 comunidades beduinas no reconocidas por Israel -donde viven unas 80.000 personas-, no existe en el mapa oficial y por ende no cuenta con la protección del sistema de defensa antiaéreo.
Israel busca que los más de 300.0000 beduinos que viven en su territorio desde hace cientos de años, mucho antes del establecimiento del Estado en 1948, renuncien a su estilo de vida agrícola para habitar reducidas y empobrecidas zonas urbanas que les han concedido. Unos 192.000 beduinos ya lo hicieron.
El ataque de Hamás dejó en total 19 beduinos muertos: además de los siete por impacto de cohete, diez fueron masacrados por los milicianos que se infiltraron en aldeas israelíes, y otros dos, miembros del Ejército israelí, murieron combatiéndolos. Otros seis fueron secuestrados como rehenes por Hamás.
El beduino Amer Abu Sabila, de 25 años, murió en Sdérot mientras ayudaba a una familia judía a escapar de los milicianos. La madre y el padre fueron asesinados a tiros al igual que Amer, pero las dos niñas han sobrevivido.
kicp/mcc