El secretario de Defensa, , ha aceptado un Boeing 747 regalado por Qatar para que el presidente lo utilice como Air Force One, dijo el Pentágono el miércoles.

El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, dijo que el departamento "trabajará para garantizar las medidas de seguridad adecuadas" en el avión para que sea seguro para su uso por el presidente.

El funcionario estadounidense dijo que la aeronave fue aceptada "de acuerdo con todas las reglas y regulaciones federales".

Para cualquier detalle adicional al respecto remitió a la Fuerza Aérea.

Trump fue preguntado por la medida el miércoles mientras estaba en el con el presidente de Sudáfrica y dijo: "Le están dando a laun jet".

Incluso bromeó con su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, sobre la posibilidad de aceptar un avión "gratis" similar al Boeing donado por Qatar para ser usado como Air Force One presidencial, y dijo que si Sudáfrica lo ofreciera, él lo aceptaría.

La noticia sobre la oferta qatarí se filtró a mediados de mes y desde el principio fue vista con escepticismo incluso entre las filas republicanas, que ponen en duda que el complejo proceso necesario para adaptar la aeronave a los requisitos de seguridad haga que valga la pena.

"Podría ser un estúpido y decir: 'No, no queremos un avión gratis y carísimo', pero me pareció un gran gesto", dijo después Trump, en su red, Truth Social, donde negó que se trate de un regalo personal y aseguró que, al concluir su segundo mandato en 2029, dejaría de usarlo y lo depositaría en su biblioteca presidencial.

El primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abdulrahmán, aseguró este martes que su ofrecimiento es algo "normal entre aliados" y no un "soborno".

El regalo ha provocado numerosas críticas de aliados y detractores por igual, que citan una provisión en la Constitución que prohíbe a los funcionarios públicos aceptar regalos de gobiernos o representantes extranjeros.

Un grupo de senadores demócratas, miembros del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, ha denunciado en un comunicado que el regalo representa "un claro conflicto de intereses" e "invita a la influencia extranjera" en Estados Unidos.

La implicación de Qatar surge tras la decepción de Trump con los varios retrasos que acumula Boeing en fabricar un nuevo Air Force One para reemplazar el actual.

Durante su primer mandato (2017-2021), el republicano ordenó al Pentágono desembolsar 3 mil 900 millones para un par de Boeing 747-8 que servirían como la próxima generación del Air Force One. La Casa Blanca declaró este febrero que el proyecto "lleva cinco años de retraso, pospuesto hasta 2029 o más tarde, a pesar de que el contrato se adjudicó en 2018".

Convertir el avión de lujo obsequiado por Qatar en uno apto para la función presidencial podría costar cientos de millones de dólares y requerir hasta dos años, mientras se le instalan el equipo de seguridad, las comunicaciones y capacidades defensivas necesarias.

Esto ha hecho que sea cuestionado incluso entre los republicanos. Para el senador Ted Cruz, de Texas, aceptar ese avión "plantea importantes problemas de espionaje y vigilancia", una opinión compartida por legisladores demócratas como Jack Reed, que ha alertado de los riesgos de otorgar a una nación extranjera acceso potencial a sistemas y comunicaciones sensibles.

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